Política

"Trabajaremos juntos"

Ensayo de lo que viene: primer diálogo de Alberto con el FMI de Kirstalina

El presidente electo y la aún nueva titular del Fondo intercambiaron buenos augurios, sin resignar posiciones: Fernández avisó tiene un plan y la idea es que la Argentina pueda crecer para pagar, en lugar de ajustar. Georgieva respondió "conmovida" por su prioridad de atender "hambre" y "pobreza"


El presidente electo, Alberto Fernández, mantuvo una conversación telefónica en la tarde este lunes con la todavía nueva titular del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva. Según trascendió, el futuro jefe del Estado dijo que está “en condiciones de proponer” un acuerdo de pago sobre el empréstito que tomó el mandatario saliente Mauricio Macri, pero “sin más ajustes”. Y la titular del organismo respondió con una fórmula incluso más amable que las de su antecesora Christine Lagarde: “Me han conmovido sus prioridades: la reducción de la pobreza y la lucha contra el hambre en un entorno económico que permita crecer y generar empleo, para mejorar la vida del pueblo argentino”, dijo Georgieva.

Los principales objetivos del programa económico del nuevo gobierno serán plasmados en un plan “que la Argentina pueda cumplir y que le permita recuperar el crecimiento” para poder honrar sus deudas. “Queremos asumir un compromiso que podamos cumplir”, reafirmó el Alberto F. “Hemos elaborado un plan sustentable que nos va a permitir crecer y cumplir con las obligaciones que la Argentina tiene con ustedes y con el resto de los acreedores. Estamos  asumiendo un compromiso que podamos cumplir”, abundó el mandatario electo en la conversación.

“Entiendo la relevancia de la viabilidad fiscal, no me tiene que convencer de eso. Pero es mi deber anticiparle que en la situación en la que se encuentra la economía argentina es difícil propiciar un mayor ajuste. No podemos hacer más ajustes fiscales porque la situación es de una complejidad enorme, el nivel de ajustes en la era de Macri ha sido tremendo”, marcó el mandatario.

De ahí a que esos principios se plasmen en un acuerdo hay un trecho largo por recorrer. Para la ex titular del FMI Lagarde, por caso, consideró en septiembre pasado que si el Fondo no hubiera acudido “la crisis de la Argentina sería mucho peor”. Por lo tanto, las cláusulas del acuerdo como las políticas impulsadas por el organismo han resultado un beneficio, cuando datos y análisis de economistas revisionistas concluyen todo lo contrario, marcando desregulaciones y aperturas indiscriminadas como causas de la debacle y no consecuencias de esta.

Se sabe, Alberto Fernández intentará seguir un rumo distinto, sino el contrario, al establecido en el pacto por el que Macri había sugerido “enamorarse” de Lagarde. La recepción inicial al menos abre expectativas: “Es una misión que compartimos, quisiéramos ver a la Argentina dejando atrás los ciclos de auge y recesión para lograr una trayectoria sostenible de crecimiento con desarrollo social”, dijo Giorgieva y agregó: “También nos interesa la propuesta que usted ha hecho en torno a un Pacto Social para disminuir la inflación”, consideró.

El presidente electo le reiteró que la Argentina está “en un momento particularmente difícil” pero insistió: “Estamos en condiciones de proponer un plan para resolver el problema de la Argentina y poder pagar la deuda con el FMI y el resto de los acreedores”.

En ese marco, Fernández valoró el llamado de la titular del organismo de crédito internacional y celebró “las coincidencias” en torno a la prioridad respecto a la “disminución de la pobreza y la eliminación del hambre”. Georgieva abrió el juego: “Queremos trabajar con usted atacando el problema de la inflación y promoviendo el crecimiento”, dijo y se mostró “muy ansiosa de conocer más detalles de su plan, porque cuando un país es dueño de su plan, esos planes son efectivos”.

“Contamos con su liderazgo y el de su equipo, pongamos manos a la orden para ir avanzando. Estoy segura que trabajaremos juntos”, dijo Giorgieva antes de despedirse.

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