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En vías de recuperación

El jefe de la cartera laboral aseguró que en los últimos meses se ha observado un “crecimiento moderado del empleo registrado”. Además, expresó su deseo de que pueda conformarse el Consejo Económico Social.

El impacto de la crisis internacional se hizo sentir en la Argentina afectando fuertemente la actividad. Economistas privados estiman que la caída del Producto Bruto Interno podrá ubicarse entre el 3,5 y 5 por ciento en el año. La pérdida de puestos de trabajo fue una de las consecuencias de esta menor actividad y el Ministerio de Trabajo jugó un rol preponderante para mitigar los despidos. En este sentido, cobró mucha importancia una herramienta de la cartera laboral, los Planes de Recuperación Productiva (Repro).

El ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, en una entrevista exclusiva para El Ciudadano, admitió que ya se han otorgado unos 160.000 Repro y que, si bien las perspectivas económicas son más optimistas para el año que viene, aún no se verifica una disminución de los pedidos por parte de las empresas. Aunque los datos preliminares del último trimestre de 2009, de acuerdo a estadísticas del ministerio, vuelven a mostrar una tendencia al crecimiento moderado en el empleo registrado.

En referencia al aumento del desempleo en Santa Fe, Tomada explicó que obedece a que fue una de las provincias que más se vio afectada por la crisis a lo que se sumó los efectos de la sequía. Anticipó que en marzo aspira a elevar al Congreso nacional un proyecto de ley para reglamentar el trabajo rural y que se está estudiando cómo facilitar el registro laboral de trabajadores temporeros de las economías regionales, el trabajo a domicilio – más vinculado al sector textil– y atacar la problemática del teletrabajo.

Además, Tomada reconoció su deseo de que finalmente se conforme el Consejo Económico Social y fue muy duro en criticar el hecho de que los jueces no paguen impuesto a las ganancias.

—¿El año que viene cree que realmente podrá conformarse el Consejo Económico Social?

—La posibilidad de que el Consejo se ponga en marcha depende de lograr una actitud por parte de todos los sectores proclives a sentarse a una mesa como es la del Consejo Económico Social, que es un espacio para escuchar, para aportar y lograr consenso. Es un espacio donde los actores no deben sentarse para ver qué se llevan, sino qué es lo que pueden aportar. Éste es el tema central y hasta que no lo comprendamos va a ser difícil que podamos contar con un Consejo Económico Social.

—¿Pero no se llevaron a cabo algunas reuniones?

—No hubo reuniones, es más no se llegó a dictar la norma que lo ponía en marcha. Sí hubo reuniones técnicas donde se analizaron algunos trabajos.

—En la cena en Olivos de la semana pasada, ¿la presidenta habló del Consejo Económico Social?

—La presidenta lo que hizo fue una convocatoria a un diálogo abierto y directo con las empresas para que se pudieran encontrar las respuestas que cada uno, de los sectores o de las empresas, está requiriendo para mantener el nivel de actividad. Esto fue muy bien recibido por parte de los empresarios que en general reconocían que la situación estaba mucho mejor, que se estaban recuperando los niveles de inversión, que había proyectos importantes para 2010.

—¿Podría elevarse el límite del impuesto a las ganancias el año que viene?

—La verdad, no lo sé pues es un tema que excede mi competencia. Probablemente alguna modificación habrá que hacer, pero en todo caso sería más importante que sectores que hoy no pagan impuestos lo hagan. Yo creo que hoy hay actividades que están exentas del pago de ganancias que deberían pagar.

—¿A qué sectores se refiere, al de los jueces?

—Yo creo que los jueces deberían pagar, pero éste es un tema que no se puede tocar porque, si uno dice que los jueces tienen que pagar sus impuestos como cualquier ciudadano, parece que uno estuviera alterando el espíritu constitucional que habla de la intangibilidad de la remuneración de los jueces, que no tiene nada que ver, es simplemente aprovechar una relación de fuerzas que les es favorable.

—¿Es de esperar que el año que viene se pueda disminuir el nivel de desempleo?

—La crisis internacional, sin duda, afectó los niveles de empleo; los números pueden ser discutidos, pero todos coinciden en que el incremento de la desocupación fue entre 1 y 2 por ciento. Hay muy pocos países en donde el aumento de la desocupación fue inferior al 5 por ciento. En la Argentina, hubo pérdida de empleos pero ha sido controlada, no ha habido una cantidad importante de despidos colectivos. Los datos que el ministerio está recogiendo a través de la encuesta de Indicadores Laborales de los meses septiembre y octubre ya empiezan a mostrar, por primera vez, después de un año, crecimiento en el empleo registrado y esperamos que esto sea una tendencia que se vaya consolidando. Por lo menos los datos preliminares del último trimestre del 2009 vuelvan a mostrar una tendencia de crecimiento moderado del empleo registrado.

—Los trabajadores en negro representan el 36 por ciento, de acuerdo a los últimos datos del Indec. Si bien la cifra ha ido en baja, esta proporción sigue siendo alta. ¿Qué tareas está encarando el ministerio para combatirlo?

—Recién ahora se está recuperando una fuerte fiscalización y creo que ha llegado la hora de intervenir en algunos sectores, sobre todo a nivel de economías regionales o subsectores de actividad, para facilitarles su registración. Estamos en una tarea sistemática con la Afip que continuará el año que viene, en dirección a facilitar cada vez más la registración de los trabajadores. Hay algunos sectores, como trabajo rural, trabajo a domicilio, los temporeros de las economías regionales, por mencionar algunas actividades. Este país que tiene una importante población campesina afectada a trabajos rurales, no ha tenido una adecuada regulación y no les estamos dando una buena respuesta a aquellos que trabajan en distintas actividades de tipo zafrero en 16 provincias argentinas. Éste será uno de los ejes fundamentales de nuestra tarea, a punto tal que esperamos en marzo poder estar presentando en el Parlamento un proyecto de ley de trabajo rural; y enviar otros para el servicio doméstico, trabajo a domicilio –más vinculado al sector textil– y probablemente para la problemática del teletrabajo.

—Si bien a nivel nacional se mantuvo estable, en Santa Fe la tasa de empleo en negro aumentó a 36,5 por ciento. ¿La provincia no está acompañando el combate al empleo en negro?

—No me animaría a hacer una afirmación de esa naturaleza conociendo a quienes están al frente del gobierno, pero creo que lo que ha pasado en la provincia es que fue impactada por la crisis que, como todos sabíamos, iba a afectar más a los trabajadores en condiciones más vulnerables y eso ocurrió. En una provincia que tiene un número importante de trabajadores registrados, entonces, el impacto de la caída de actividad fue mayor en los trabajadores en negro; de todas maneras fue un pequeño crecimiento.

—Según la última medición del Indec, el aglomerado Santa Fe sigue profundizando su desempleo, con una tasa de desocupación del 13 por ciento, pese a ser una de las provincias con una importante plataforma productiva. ¿Cómo se explica esta situación?

—Santa Fe es una de las provincias más directamente afectadas por la crisis internacional. Ha habido una respuesta importante y un aporte del gobierno nacional a través del programa de Recuperación productiva, de los procedimientos de crisis y de una tarea conjunta con el Ministerio de Trabajo de la provincia de Santa Fe, que nos permitió afrontar y mitigar los impactos de la crisis. Pero, debo señalar que Santa Fe es una provincia donde la cantidad de establecimientos metalmecánicos y la industria en general es muy importante y en estos sectores es donde la crisis pegó en primer término. Otro sector afectado fueron los frigoríficos que tuvieron algunos momentos de retracción, pero ahora se están superando. Si a esto sumamos que en el norte de la provincia la sequía se hizo presente de una manera muy importante y que la gripe A también pegó en algunos puntos del territorio, tenemos un cuadro que ha sido ciertamente duro. Me parece que de todas formas, tanto en la provincia de Santa Fe como en el plano internacional, estamos empezando a salir de la crisis de una manera que era impensada a comienzos del 2009.

—¿Cuántos Planes de Recuperación Productiva (Repro) se han otorgado este año y cuáles son los sectores que más los utilizaron?

—En el pico máximo que fue el mes pasado, cuando hubo unos 160.000 Repro, 92 por ciento dirigido al sector de la pequeña y mediana empresa de todo el país y el 7 por ciento a empresas de más de 300 trabajadores; en este caso, correspondió a algunas automotrices. Los sectores que más demandaron Repro fueron, en primer lugar, la industria metalmecánica; luego la industria del turismo y gastronomía (afectadas no sólo por la crisis internacional, sino también por la gripe), y salud. Pero también hubo otro tipo de intervenciones que a mi juicio fueron muy eficaces, como en el caso de las economías regionales: la determinación del otorgamiento de los Repro a criterio de las autoridades locales.

—¿Están disminuyendo los pedidos de Repro?

—En la medida que la recuperación económica se consolide, seguramente los pedidos de Repro disminuirán, pero aún esto no se percibe. Algunos sectores, como las automotrices, la hotelería y gastronomía están dejando de utilizarlos, pero también observo que algunos sectores también nos solicitan Repros, como los textiles. Cabe recordar que lo que persigue el Repro es garantizar el ingreso de los trabajadores y el puesto de trabajo. Por eso, el Estado se hace cargo de una parte del pago del sueldo.

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