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En Siria reprimir es matar

Mientras tropas del gobierno ultimaban a 33 personas en operativos en dos ciudades, entre ellas una nena de 11 años, Unicef denunciaba que 30 niños fueron asesinados desde el inicio de las protestas.

Tropas sirias mataron a 33 personas en bombardeos y operativos en dos ciudades, entre ellas una niña de 11 años, informaron ayer activistas, mientras opositores dijeron que una amnistía anunciada ayer es un “truco” del presidente Bashar al Assad para aplacar la ola de protestas en su contra. En Roma, en tanto, el organismo de la ONU para la infancia (Unicef) denunció ayer que 30 niños murieron por la represión desde el inicio de las protestas, en marzo último, en medio del creciente escándalo local e internacional por el asesinato y aparente tortura de un chico sirio de 13 años.

En nuevas acciones del Ejército, 25 personas murieron baleadas anteanoche por tropas en Rastan, escenario de una fuerte represión de opositores los últimos días, y sus cuerpos llegaron ayer a un hospital de la cercana ciudad central de Homs. Estas muertes elevan a 36 la cifra de víctimas fatales causadas por el Ejército en Rastan y las vecinas Talbisah y Teir Maaleh desde el sábado, según los activistas.

Otras ocho personas murieron en un ataque del Ejército con tanques y artillería contra la localidad de Hirak, que está ubicada cerca de la ciudad de Daraa, donde a mediados de marzo comenzó la actual revuelta popular contra Assad.

El activista Mustafá Oso, director de la Organización Kurda para los Derechos Humanos de Siria, dijo que el Ejército empezó a atacar la ciudad el domingo y las muertes ocurrieron desde el lunes, incluyendo la de la niña Malak Munir al Qaddah, a quien los soldados le pegaron un tiro en la cabeza.

La muerte de la niña ocurre tras el asesinato y presunta tortura de un chico de 13 años que se convirtió en un símbolo del movimiento de protesta sirio.

Grupos de derechos humanos sirios e internacionales afirman que más de 1.100 personas murieron por la represión de las ya 10 semanas de protestas contra Assad.

La TV estatal siria dijo ayer que el ministro del Interior, Mohammed Shaar, ordenó una investigación sobre la muerte del chico, Hamza al Khatib, que causó indignación luego de que imágenes de su cadáver con aparentes señales de torturas fueran mostradas por la cadena Al Jazira y subidas al sitio YouTube, donde se ve que al chico le cortaron sus órganos sexuales y tenía su cuello roto. La oposición acusó a las fuerzas de seguridad de la muerte del chico.

En un comunicado emitido en Roma, Unicef dijo que además de las muertes de los 30 niños, cada vez es más alto el número de chicos heridos, detenidos, desplazados y torturados por participar en manifestaciones antigubernamentales. “Pedimos al gobierno sirio realizar una investigación minuciosa sobre estas investigaciones y operar para que los autores de estos horribles crímenes sean identificados y llevados frente a la Justicia”, subrayó Unicef.

Por su parte, Human Rights Watch (HRW) denunció ayer “crímenes de lesa humanidad” cometidos por el Ejército sirio en la región de Daraa, en un informe titulado “Nunca habíamos visto tal horror”. Unos 50 testimonios recibidos por HRW describen matanzas sistemáticas, palizas, torturas con picana eléctrica y detención de personas bajo tratamiento médico.

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