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En pos del “acuerdo razonable”

El gobierno y el bloque oficialista minimizaron la pelea en el Senado, pero reclamaron un nuevo reparto “equilibrado” de las comisiones. La UCR respondió que la semana que viene intentará dar otro zarpazo.

El gobierno nacional y el bloque oficialista en el Senado salieron a minimizar ayer la retirada del bloque del Frente para la Victoria el miércoles –que dejó sin quórum la sesión– como algo “usual” en las lides parlamentarias, a la par que intimó a la unión de bloques opositores a sentarse a negociar la composición de las comisiones de la Cámara alta. “La ausencia de Carlos Menem demostró que no tenían los 37 votos que dijeron que tenían para poder sostener la sesión”, dijo el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y chicaneó: “El quórum se hace con personas, por lo que si dicen que tienen 37 votos pero no están las 37 personas, entonces las cosas hay que volver a discutirlas”. En el mismo tono el ministro del Interior, Florencio Randazzo, enrostró a al abanico de bloques opositores que intentó tomar el control de la Cámara alta que hizo todo lo contrario al “diálogo” que viene declamando: “Nos encontramos con una oposición que durante mucho tiempo habló de consenso, de políticas abarcativas y nos dimos cuenta que eso no era así”, espetó. La operación la completó el jefe de la bancada K, el rionegrino Miguel Pichetto –que comandó la retirada del miércoles– quien pidió que se vuelva al reparto original: “Si ellos tienen 36 senadores y nosotros 35, tenemos derecho a un acuerdo político más razonable”, marcó.

En el día después de la dura pulseada en la Cámara alta, el jefe de Gabinete sostuvo que la discusión en el Congreso se dará “ley por ley” y recordó que así como la oposición tiene la posibilidad de rechazar las leyes del Poder Ejecutivo, el gobierno tiene “el veto”.

“Así lo dispone la Constitución por tratarse de un régimen presidencialista”, dijo Aníbal. En esa línea, aclaró que “tampoco es la idea” del gobierno vetar un proyecto “que es espectacular” por el simple hecho de venir de la oposición, y lamentó la diferencia: “Muchos legisladores en privado dicen que al gobierno no le votan ni el pronóstico del tiempo”. Fernández señaló que la situación que se creó a partir de la actitud de la oposición de arrogarse la mayoría en las comisiones “es no deseada y rompe una tradición parlamentaria de 100 años”. Según dijo, “se trata de una mayoría circunstancial” y mencionó el caso de dos dirigentes como los santafesinos Carlos Reutemann y Rubén Giustiniani que se enfrentaron en las últimas elecciones y ahora “firmaron juntos el acta”.

Por su parte Randazzo consideró que la conformación de comisiones en el Congreso “debe producirse mediante un análisis de las mayorías y minorías”. En esa línea pidió “reflexionar sobre el reflejo de las comisiones según el número de los legisladores de cada partido”. Y lamentó que legisladores “no aliados al gobierno” aprovechen los resultados electorales de 2009 “para imponerse como mayoría, a pesar de no cumplir con ello”. Pero los llamados a un acuerdo –la idea era que el oficialismo se quedara con las comisiones que tienen que ver con la “gestión” de gobierno y la oposición con las de “control”– por ahora cayeron en saco roto: el jefe de la bancada de la UCR, Gerardo Morales, anticipó que la semana que viene el Senado volverá a reunirse para constituir las comisiones, “esté o no presente Carlos Menem”, y que la oposición insistirá con quedarse con 13 de las 25 comisiones, y con la mayoría de los integrantes en todas. Ante ello, el reelecto presidente provisional del Senado, José Pampuro, dijo que una vez que “aparezcan los 37 senadores que la oposición necesita para demostrar ser mayoría”, el oficialismo aceptará la decisión que se tome en el recinto en cuanto a la conformación de las comisiones. Pero antes no.

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