El Hincha

Panorama rojinegro

Fin de ciclo: Fernando Gamboa dejó de ser el entrenador de Newell’s

Los malos resultados hicieron que el ciclo del Negro en la Lepra legara a su fin. La decisión fue de parte de la nueva comisión directiva rojinegra que tiene a Ignacio Astore como presidente. El reemplazante será Adrián Blas Taffarel que el lunes dirigirá su primera práctica al frente del plantel


“No voy a poner en duda mi continuidad, amo este club, y trabajamos como locos, estoy todo el día metido en el lugar donde tengo que estar metido”, fueron las palabras de Fernando Gamboa luego de la derrota con Gimnasia en La Plata, sin saber que un día más tarde iban a ser las últimas como técnico rojinegro. Es que los malos resultados hicieron que el ciclo del Negro en Newell’s llegara a su fin. La decisión fue de parte de la nueva comisión directiva rojinegra que tiene a Ignacio Astore como presidente.

Este domingo por la tarde luego de una reunión de dirigentes de peso se logró el consenso de interrumpir el vínculo con la institución que tenía Gamboa. Por la mañana el Negro dirigió la práctica de cara al duelo del jueves con Aldosivi, pero hoy será momento de despedirse del plantel.

Durante esta segunda etapa al frente del Rojinegro, la primera había sido en 2008, Gamboa dirigió 16 encuentros con cuatro triunfos, cuatro empates y ocho derrotas. Anotó 17 tantos y le convirtieron 24. El equipo acumula cuatro caídas consecutivas como local (Atlético Tucumán, River, Huracán y Vélez, y el último juego del Negro fue una pobre actuación en la derrota 1-0 en La Plata frente a Gimnasia.

Sin dudas que los números no acompañaron las ganas que demostró Gamboa cuando contó con la segunda chance de dirigir al club de sus amores, como él más de una vez lo definió. El equipo fue mayor a menor. Tuvo un gran arranque en las primeras fechas, en la cuales los hinchas se olvidaron rápidamente del ciclo de Mono Burgos, uno de los peores de los últimos años en la entidad del Parque Independencia.

En cinco fechas la Lepra acumuló 10 puntos, con tres triunfos como local, una caída y un empate, estos dos últimos como visitante. La intención era buena. Presión bien arriba y la conducción del pibe Nicolás Castro, de los mejor que tuvo el ciclo de Gamboa.

Pero llegó la jornada seis y todo se fue desinflando. Caída en Avellaneda con Racing y ya aparecían las primeras dudas. Llegó el Clásico en el Coloso y la Lepra rescató un empate gracias al tanto de Castro.

Luego de 27 puntos posibles, apenas ganó 5. Una cifra preocupante y mucho más el nivel que el equipo demostraba en cancha. Flojas actuaciones individuales, malas decisiones desde el banco y varias lesiones de jugadores titulares desembocaron en un bajón futbolístico. El triunfo en la Fortaleza sobre Lanús fue un oasis en el desierto. El resto fue pura decepción. Y más jugando en en el Parque. Ahí, en donde el Rojinegro se hizo fuerte de entrada llegaba cualquier y ganaba. Por eso acumula cuatro caídas seguidas, la última fu con Vélez, quizás un rival superior como River que también se quedó llevó los tres puntos. Pero Atlético Tucumán y Huracán no son rivales que tengan más que Newell’s. Pero igual festejaron triunfos.

Ahora será cuestión de pensar. De no tomar decisiones apresuradas. Por eso para los próximos partidos o bien para terminar el año la intención de la dirigencia es que el entrenador sea un técnico actual de las inferiores. Y el elegido para esa función fue Adrián Blas Taffarel que este lunes mismo dirigirá su primer práctica al frente del plantel rojinegro.

Pero a futuro suenas dos nombres muy importantes en la historia de Newell’s: uno es Gabriel Heinze, despedido del Atlanta United de la MLS, dos meses atrás, y el otro es Eduardo Berizzo, desvinculado esta semana de la selección de Paraguay.

La ida de Gamboa representa la tercera salida de un técnico de Newell’s a lo largo de este 2021. A comienzos de año fue Frank Darío Kudelka el primero que dejó el puesto tras no poder revertir la caída de nivel que el equipo arrastraba desde 2020, y luego fue Germán Burgos quien duró solo dos meses en el puesto, lapso en el que su equipo perdió el clásico, terminó último en el torneo local y quedó eliminado de las copas Argentina y Sudamericana.

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