Alvaro Arellano
En medio del repunte que registra la construcción minorista, desde la Cámara que agrupa al sector advirtieron faltantes de materiales en corralones. Si bien hablan de un volumen de demanda “inusual” para esta época, que se suma a los efectos de la pandemia, la escasez de insumos coincide con la incertidumbre en el mercado ante el comportamiento del dólar.
Se trata de uno de los pocos sectores de la economía que hizo pie durante el avance del coronavirus, e incluso en los últimos meses registró niveles superiores respecto al año pasado. Pero durante los últimos días este mercado entró en un cuello de botella a partir de la falta de materiales básicos como cemento, ladrillos, aluminio, chapa o plásticos.
Las restricciones de acceso al dólar que tuvieron un primer capítulo a mediados de septiembre y los anuncios complementarios de principios de octubre, provocaron una nueva alteración en la cotización blue, con expectativas devaluatorias por parte de los sectores económicos más concentrados e incertidumbre en el mercado.
En ese contexto desde los corralones advirtieron que no les están entregando algunos materiales como chapa o hierro y que la industria de viguetas y ladrillos sufre dificultades en su producción. Esto provocó una faltante de stock para abastecer la demanda sostenida en los últimos meses.
Cuello de botella
Desde la Cámara Argentina de la Construcción sostuvieron que los efectos colaterales de la pandemia están dificultando el abastecimiento normal por parte de las industrias proveedoras de insumos. También explicaron que a esa situación se sumó una demanda muy por encima de la que reciben habitualmente durante esta época.
En diálogo con El Ciudadano, el gerente de la Cámara Argentina de la Construcción en Rosario, Rubén Llemas, señaló que el fenómeno responde a “dos circunstancias objetivas” en el mercado, mientras que prefirió evitar conjeturas relacionadas a una especulación por parte de grandes industrias del rubro.
En principio consideró que “hay una demanda inusual para esta época porque al no poder invertir en otro sector, la gente se vuelca a la construcción”. Por otro lado, señaló: “Se suma que las fabricas no entregan el material que corresponde porque tienen a la mitad de su plantilla contagiada y trabajan con menos personas por protocolo”.
Más allá de estas contingencias, Llemas sostuvo que “si en el medio alguien está especulando, no se puede demostrar”.
Faltante
Desde distintos corralones de materiales para la construcción de la ciudad coincidieron ante este diario en que la faltante de materiales es una realidad. Los que más escasean son: ladrillos, cemento de albañilería (Plasticor), viguetas, chapa y hierro.
Si bien todos los artículos mencionados están en falta, los comerciantes consideraron que la escasez se explica por dos motivos distintos. La escasez de Plasticor y ladrillos responde efectivamente a dificultades en la producción (ajena a los comerciantes), mientras que el caso particular de chapa y hierro tiene más que ver con una entrega a cuenta gotas por parte de proveedores.
Las firmas de venta de materiales consultadas reconocieron que ante la faltante de ladrillos se generó un comercio interno entre colegas para cumplir con pedidos pendientes que llevan semanas de atrasos. Se trata de uno de los insumos básicos más demandados en el rubro.
Dificultades en medio de la recuperación
El propio ministro de Producción provincial, Daniel Costamagna, se refirió al tema este jueves por la mañana y reconoció que existen problemas para abastecer la demanda de materiales para la construcción.
“Estamos con dificultades con empresas proveedoras de insumos para la construcción, llámese chapa, aluminio, cemento. Hay dificultades también en el sector agropecuario por la falta de alambre”, manifestó en diálogo con Radio 2.
En ese sentido, manifestó preocupación ya que la escasez de insumos puede entorpecer el potencial repunte de industrias que buscan salir de la crisis y necesitan de esos insumos. “Es un fenómeno que afecta a grandes empresas pero también a las «satélites» de 10 o 15 empleados”, señaló Costamagna.
La construcción minorista se convirtió en una posibilidad de inversión para sectores de la población que cuentan con un excedente de pesos y desean invertirlos, o para quienes poseen ahorro en dólares y hacen la diferencia a través del mercado informal.
El Índice Construya, que mide la evolución de productos vendidos al sector privado, estimó que durante septiembre hubo una mejora del 18,5% en las ventas respecto al mismo mes de 2019. A su vez informaron una suba del 3,7% respecto a agosto, lo que afirma un repunte en el sector tras meses de estancamiento por la pandemia.
Esta tendencia traccionó el repunte en plena recesión económica, aunque por ahora ese crecimiento parece encontrar dificultades para prosperar.
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