La Universidad Nacional de Rosario cumplió con el primer examen final con modalidad presencial desde el inicio de la cuarentena, no sólo en el ámbito de la casa de estudios sino en todo el nivel superior del país en el área médica. Fue en la Facultad de Ciencias Médicas, y participaron 165 estudiantes de la cohorte 49 que rindieron su Práctica Final Obligatoria (PFO) con un examen escrito, luego de la autorización otorgada por autoridades nacionales y provinciales.
La UNR es la primera institución de educación superior del país en el área salud en llevarlo a la práctica desde el pasado 20 de marzo, asegurando estrictas y rigurosas medidas de cuidado y respeto del distanciamiento social.
“Considerando la relevancia que adquiere la posibilidad de que se incorporen rápidamente al sistema de salud en este contexto, habíamos elevado el pedido de excepción al gobernador Omar Perotti, acompañado de una propuesta de protocolo para tomar este examen de la PFO a la cohorte 49. Agradecemos la rápida resolución de las autoridades provinciales y nacionales, es una experiencia importante en este contexto, la primera de carácter presencial, por lo que aspiramos que pueda ser un aporte para empezar a recuperar, de a poco y con mucho cuidado, actividades académicas de carácter presencial”, informó el Rector Franco Bartolacci.
Para resguardar la salud de los participantes del examen, se aplicaron estrictos protocolos elaborados específicamente para esa instancia que aprobaron las autoridades sanitarias. Se dispuso de cinco espacios físicos distintos para la toma de las pruebas para garantizar la distancia social de los estudiantes y docentes.
Para acceder al edificio, se les exigió a los estudiantes la utilización de tapabocas y respetar los recorridos elaborados por las autoridades para mantener las distancias sanitarias. Antes del ingreso a las aulas, se tomó la temperatura de cada uno y se llevó a cabo la desinfección de manos con alcohol en gel. Se proveyó a cada uno de los alumnos de máscaras faciales de protección para usar durante la instancia. El examen se desarrolló en las aulas denominadas “anfiteatros”, que tienen una capacidad promedio de 180 alumnos pero que, en este caso, fueron ocupadas apenas en un 20 por ciento.
Prueba piloto para el regreso progresivo a las aulas
En el caso de que surgieran dudas durante el examen, los estudiantes debieron realizarlas desde sus asientos para evitar cualquier contacto estrecho. Con el fin de mantener la ventilación de los espacios, las puertas y ventanas se mantuvieron abiertas durante 15 minutos por cada hora. Luego de realizar el examen, se les pidió a los alumnos retirarse inmediatamente del establecimiento, con la recomendación de desinfectar zapatos y ropa.
Bartolacci recalcó el trabajo colectivo que se viene realizando para materializar esa instancia sin riesgos. “Hay un gran esfuerzo de las autoridades de la Facultad, que han hecho un gran trabajo, de la cátedra de la PFO, muy comprometida, de las y los estudiantes, especialmente”, aseguró. Este examen servirá como experiencia para la evaluación de un regreso progresivo y paulatino a las actividades académicas presenciales, que deben contar previamente con habilitación de autoridades provinciales y nacionales. una posible vuelta hacia los exámenes presenciales.
Satisfechos, pero cautelosos
“Hay que tomarlo con entusiasmo, pero también con prudencia y cautela, continuar en este camino con responsabilidad y priorizando las políticas y estrategias de cuidado individual y colectivo. Hemos hecho todos un enorme esfuerzo que nos permitió llegar hasta aquí, empezar a retomar primero actividades administrativas y luego ésta experiencia presencial y esperamos seguir avanzando, en virtud de las gestiones que realizamos y conforme lo indiquen las autoridades correspondientes. Mientras tanto, el extraordinario trabajo de nuestra comunidad en materia de acompañamiento pedagógico virtual, de examenes virtuales, seguirá profundizándose”, concluyó el rector.
Bartolacci recorrió la Facultad y las instancias previstas para el examen junto al vicerrector Darío Masia y el decano de Ciencias Médicas, Jorge Molinas.
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