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Sociedad

“En la Patagonia aún puede haber dinosaurios más grandes”

El paleontólogo José Luis Carballido, ante el descubrimiento del animal prehistórico más grande del mundo.


“Estamos en el umbral máximo que pueden alcanzar los dino-saurios”, afirmó el paleontólogo José Luis Carballido, a cargo de la investigación que descubrió el dinosaurio más grande del mundo ya que superó en tamaño al Argentinosaurus.

Carballido cur-só sus estudios de grado en la Universidad Nacional de Mar del Plata, donde obtuvo en 2007 el título de licenciado en Biología. Luego realizó el doctorado en la Universidad Nacional del Comahue, recibiendo el título de doctor en Ciencias Naturales en el año 2012. Actualmente sus estudios posdoctorales se centran en la evolución de los diplodocoideos (especie que tiene formas de gran tamaño con colas y cuellos largos), y con especial interés en los dicraeosauridos (Dicraeosaururs significa reptil horquilla). Su nombre es debido a las espinas ahorquilladas en forma de Y de su columna vertebral. Su cola era larga y flexible, la que podía ser usada como un látigo para fustigar a sus predadores ya que carecía de coraza y garras para su defensa.

Carballido fue uno de los investigadores que, junto con sus colegas del Museo Egidio Feruglio (MEF) de Trelew, trabajó en Chubut en el hallazgo del animal prehistórico más grande del mundo hasta ahora conocido.

—¿Qué caracteriza al animal que encontraron y qué lo dife-rencia de las especies hasta aquí descubiertas?

—Lo más importante es la cuestión del tamaño; estamos hablando de un animal de 80 mil kilos que pertenece a la especie de los saudópodos, dinosaurios herbívoros, cuadrúpedos de colas largas, cuellos largos y cabezas de pequeñas dimensiones. Nos encontramos en una etapa preliminar del estudio; sin embargo, en el campo vimos una serie de características que tienen que ver con la laminación de las vértebras o el tipo de articulación que tienen las mismas, la forma de la escápula, el omóplato, que lo estarían diferenciando de otros saudópodos conocidos; serían características a utilizar para definir esta nueva especie.

—¿Cuál era la situación ambiental y geográfica en el momento que vivían estos animales?

—Estamos hablando de hace más de 90 millones de años, poco tiempo después de la separación final del continente americano y África. Ambientalmente, sobre todo en la Patagonia, teníamos un clima totalmente distinto, húmedo, con grandes ríos fluyendo por todos lados, una vegetación muy boscosa y mucho más densa que la actual.

—¿Cómo hicieron ustedes para dimensionar el tamaño del dinosaurio?

—El peso del animal tiene una relación bastante estrecha con la circunsferencia del húmero y del fémur. Teniendo esas dos medidas se puede aplicar una fórmula y obtener una estimación precisa. Nuestro cálculo se aproxima a las 80 toneladas.

—Las rocas que se encontraron junto a esta especie y junto a otras, ¿también son sometidas a estudios por ustedes?

— Sí, en el grupo tenemos un geólogo que trabaja en la tafo-nomía, una rama de la paleontología que estudia las condiciones ambientales en las que murió el animal, cómo fue sepultado, qué sedimentos lo taparon y el estado de las rocas. En este caso nos indica que el animal murió en el lugar donde fue encontrado, junto con otros seis especímenes cerca de un río. La energía del río no fue suficiente para transportar los huesos; sin embargo estaban dispersos. La desarticulación probablemente haya sido el producto de dinosaurios carnívoros que se acercaron al lugar a comer ya que se encontraron alrededor de 70 piezas dentales rotas, las que indicarían que los carnívoros desgarraron a los animales muertos.

—Todos estos trabajos que están haciendo y este último descubrimiento, ¿lo hace sospechar que puede haber animales de mayor tamaño todavía?

—Sí, pueden aparecer anima-les de mayor tamaño; este dinosaurio es probablemente un poco más grande que el Argentinosaurus y el Puertasaurus, que son los otros dos gigantes que teníamos en la Patagonia. Hablamos de animales que pesaban entre 70 mil y 90 mil kilos y me parece que estamos muy cerca del umbral máximo del tamaño que podrían haber alcanzado estos dinosaurios. El límite está condicionado por la cantidad y calidad del ali-mento disponible, los requerimientos fisiológicos, la regulación de la temperatura, el comportamiento, la cantidad de huevos y el tiempo que necesitan los embriones para formarse y los cachorros para crecer.

—¿Cómo eligen el nombre?

—La idea es que el nombre tenga que ver con características propias del animal y que esté dedicado a la familia Mayo, dueña del campo, que son los que dieron aviso del descubrimiento.

—¿Quién financia todas estas intervenciones?

—A la mayoría de las campa-ñas las financiamos con proyectos tantos nacionales como internacionales, que los investigadores presentamos. Estos trabajos de campo fueron financiados, en un comienzo, por la Agencia Nacional de Ciencia y Técnica y en las últimas etapas, cuando decidimos trabajar a un ritmo acelerado, los financió la fundación del museo de Trelew. Fue la mis-ma fundación la que decidió invertir en esto. Fueron cien días de campaña así que se necesitó un adicional al presupuesto original.

—¿Cómo afectará, a la ciencia y a la historia, este descubrimiento?

— Con respecto a la historia, hoy en día los chicos cuando tienen que nombrar un dinosaurio nombran al Argentinosaurus, que era el más grande y completo que teníamos. Me imagino que va a quedar así, es algo que va a vender mucho (juguetes, películas, etcétera). En cuanto a la ciencia va a responder un sinnúmero de preguntas que nos estábamos haciendo y espero que en los próximos años podamos seguir avanzando.

—¿Qué sensación tuvo cuando estaba haciendo este descubrimiento? ¿Cómo se sintió?

—Contento; la verdad siento alegría y emoción de estar en el momento y lugar. Uno se da cuenta, a medida que va desenterrando más huesos, que es una excavación que no vas a volver a repetir en la vida. Todos los días es una sorpresa, no sabes qué huesos vas a encontrar y cuánto van a medir. Esa es la parte apasionante de este trabajo.

—Cuando se decidió por la paleontología, ¿se imaginó que iba a protagonizar un descubrimiento de esta trascendencia?

—No, la verdad que no. Cuan-do estaba terminando la facul-tad mi fantasía era conseguir trabajo en la profesión; con eso, estaba contento. Dar a luz al fémur de mayor tamaño descubierto hasta la fecha hubiese sido una fantasía casi prohibida.

—¿Qué le diría a la sociedad?

—Desde el punto de vista científico, nosotros ya veníamos trabajando en distintos temas que hacen a la evolución y a la biología de los saudópodos. Por supuesto en estos últimos días recibimos e-mails de todo el mundo ofreciéndonos ayuda, cooperación y soporte. Es destacable que todo el mundo se fije en este hallazgo. Los colegas también tienen sus ojos en esto. Es como una oportunidad para hacerte ver.

—¿Se calcula una mayor afluencia de turistas en el museo?

—Sí, me imagino sí. Va a ser uno de los atractivos más grandes del museo.

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