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En “La herida y el cuchillo”, Zeballos recorre el universo creativo de Emilio García Wehbi

El realizador dio detalles del film que se estrenará este jueves en Cine.ar TV, una propuesta que combina el documental con la ficción y registra cinco años de trabajo del artista entremezclando fragmentos de sus obras con imágenes de cuerpos que forman parte de esos proyectos


El realizador Miguel Zeballos estrena este jueves a las 22 por Cine.ar TV La herida y el cuchillo, un film que recorre el universo creativo del artista interdisciplinario Emilio García Wehbi y que se transforma en un montaje de parte de su obra.

La herida y el cuchillo es más que un documental o el retrato de un artista, más bien diría que a partir de ese retrato se abren otras líneas que van más allá de la biografía, como por ejemplo, el ensayo sobre el cuerpo”, explicó Zeballos en entrevista con Télam.

La película, que combina el documental con la ficción, registra cinco años de trabajo del artista Emilio García Wehbi, de 2014 a 2019, en una propuesta que entremezcla fragmentos de sus obras con imágenes de cuerpos que forman parte de esos trabajos.

García Wehbi, fundador de El Periférico de Objetos, grupo de teatro experimental e independiente, es un artista interdisciplinario y autodidacta que trabaja en el cruce de lenguajes escénicos, y se destaca como director teatral, performer, actor, artista visual y docente.

Sus espectáculos, performances, instalaciones e intervenciones urbanas se presentaron tanto en escenarios locales como en ciudades de distintos países del mundo.

El cuarto film de Zeballos tendrá una repetición este sábado en el mismo horario y señal y desde el viernes estará disponible gratis en la plataforma Cine.ar Play durante siete días.

La idea del film, según contó Zeballos, surge a partir de Hécuba…, una obra que García Wehbi realizó en el 2012. “Desde ese primer encuentro decido hacer la película. Era una propuesta abrumadora y el trabajo de Maricel Álvarez hipnótico, las escenas se sucedían mezclando capas y géneros, había coreografías, bailes e intervenciones discursivas que irrumpían en la pieza. Nicolás Prividera recitaba un poema, el propio García Wehbi cada tanto hablaba desde la platea, había tragedia, venganza. Creo que fue una de las cosas más hermosas que me pasó porque indudablemente se transformó en la plataforma de lanzamiento para saltar al vacío y construir La herida y el cuchillo”.

“En los casi seis años que duró todo el proceso de creación de la película -agregó- mis intenciones fueron variando. Sí hago un recorrido cronológico; en el 2013 fue cuando nos juntamos por primera vez con García Wehbi, yo solo quería asistir al proceso creativo de sus espectáculos. Intuía que no recurriría al material de archivo, lo cual era en sí mismo todo un desafío teniendo en cuenta lo prolífico de su trabajo con El periférico de Objetos, prefería buscar mi propio camino. Tampoco quería hacer entrevistas, no quería a nadie hablando a cámara. Y en la última etapa del rodaje se presenta esa fricción entre lo que aparece frente a mí y en el recorte que hago sobre eso. Lo que más me interesa es esa idea de los límites del cuerpo, el tema de la muerte y lo accidental en términos artísticos”, relato el realizador.

Consultado sobre qué representan en el film los cuerpos, en algunos casos sin rostros, y sus movimientos, resaltó: “Esa es una de las claves, como mencionaba antes, en el recorte, sentí que encontré la película. En esa representación aparecía mi propia mirada sobre ese mundo que venía contemplando, la incorporación de esa idea le propició al rodaje una nueva dimensión. Aunque para llegar a ese momento pasaron tres años en los que estuve a la deriva”.

“Es esa contaminación de materiales que aparece en los trabajos de García Wehbi, donde me encuentro más cerca, donde hay algo de identificación en ese caos y acumulación que me interesa trabajar. Cuando llegamos al montaje de la película, que se hizo en varias etapas ya que primero había que ordenar todas las obras y espectáculos registrados, que eran más de diez, debimos tomar cada uno como una película en sí misma y con su propia estética. En esa instancia apareció el ritmo. Algo que me interesaba enunciar desde el comienzo del film era que ese ritmo debía tensar imágenes y sonidos que lejos de dar cuenta de García Wehbi, debía invitar al espectador a conocerlo. Por esa razón hay un prólogo donde es fundamental no mostrar al protagonista, sino que una serie de elementos y objetos, dispuestos de una determinada manera y sostenidos por la música, creen el universo de un artista”, contó Zeballos y adelantó: “Con mucho esfuerzo estoy filmando una película sobre Jean Genet, que transcurre entre Francia y Argentina, al tiempo que escribo un trabajo similar pero con (Pier Paolo) Pasolini, mientras avanzo con dos películas de ficción. Una es El naufragio y la otra es Los caminos abandonados, un film bastante complejo de producir y que mi intención es que la protagonicen Diego Velázquez y Vera Spinetta”.

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