Asociativismo

El interior del interior

“En la cooperativa, lo humano prevalece sobre lo comercial”

La productora Tándem Audiovisual Cooperativa de Trabajo genera contenidos desde Villa María, Córdoba. Se conformó en 2011, cuando prácticamente no existía la producción local y ahora está avanzando sobre dos largometrajes, "Nos está yendo bastante bien", celebró Eric Muzart, socio fundador y titular


Por Andrés Acha / La Nueva Mañana

“Es complicado llevar adelante un proyecto cooperativo si no se tiene la convicción y el entendimiento respecto a qué implica ser parte de una cooperativa, cómo es el trabajo, la relación con los otros y que lo humano prevalece sobre lo comercial”, sostiene Eric Muzart, socio fundador y presidente de la productora Tándem Audiovisual Cooperativa de Trabajo Limitada.

Tándem nació en 2011 como un proyecto de estudiantes avanzados y graduados de la carrera de Diseño y Producción Audiovisual de la Universidad Nacional de Villa María. “Queríamos armar nuestra productora y nos pareció que los principios cooperativos tenían mucho que ver con la manera en la que queríamos funcionar. Más allá de que la producción audiovisual tiene una estructura jerárquica, al trabajar nos interesa la horizontalidad en la toma de decisiones. Al mismo tiempo estábamos comenzando en el campo profesional y los saberes laborales estaban parejos”, recordó Muzart.

Después de casi ocho años en el proyecto, el guionista y director consideró que la experiencia es positiva, y advirtió que los miembros de la cooperativa deben tener una mirada común: “Si no se comparte una perspectiva política sobre el contexto social, sobre la práctica profesional, sobre la cultura, es muy difícil llevar adelante un proyecto cooperativo. Y en Tándem ahora tenemos un consenso sobre esto. Queremos que funcione como un proyecto independiente, autogestionado y autosustentable, pero si no está lo humano y esa perspectiva social, política y cultural común, es muy difícil”.

—¿Cómo fue el proceso administrativo para conformar la cooperativa?

—El trámite fue bastante rápido: ocho meses. Participamos del Programa Polos, del Ministerio de Planificación de la Nación, que incentivaba al asociativismo y que tuvo un gran impacto en el sector audiovisual en Villa María. Aprendimos sobre la marcha las cuestiones administrativas: las actas, las asambleas, los roles en la comisión directiva.

—¿Cuáles son las ventajas y las contras de conformar una cooperativa?

—Los contras tienen que ver con lo engorroso de los procesos administrativos y contables, registros, libros. Lo que más destaco del asociativismo es la dinámica colectiva y de pares al trabajar. En Villa María se generó una movida a partir del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos que nos permitió conocernos con otras cooperativas y generar vínculos. Lo humano es lo que más destacamos de trabajar de manera cooperativa.

—Hay una visión política detrás de esta elección…

—Totalmente. Hay una perspectiva política que tiene que ver con las razones por las que llevamos adelante nuestra práctica profesional, que está relacionada con un sector que quiere ser industrial, pero que al mismo tiempo tiene su base en lo cultural, donde construimos identidad. Es una mirada política que se relaciona con las historias que contamos, con qué actores convocamos, qué mostramos. La incidencia en las comunidades que habitamos es fundamental y es lo que tenemos como perspectiva política cuando llevamos adelante nuestra práctica profesional.

—¿Cómo es hacer cine como cooperativa desde el interior del interior?

—Cuando estudiábamos pensábamos que no se podía hacer nada desde acá, pero eso se fue transformando a partir del desarrollo de políticas públicas que aportaron al fomento y a instalar capacidades de producción en los territorios federales. Hoy en Villa María hay un auge de posibilidades de producción a gran escala: largometrajes de cine, posibles series de televisión, y más. Eso tiene que ver también con el asociativismo a nivel provincial y a la concepción de nuestra actividad como un sector industrial y, sobre todo, con que nos empezamos a mirar como trabajadores de la cultura, a reclamar por nuestros derechos, a hacer valer nuestro trabajo. Eso se está dando.

—¿Y cómo les va como trabajadores de la cultura?

—Nos cuesta, pero nos está yendo bastante bien. Es un ambiente súper competitivo para lograr producciones, para filmar con presupuesto para hacer un producto de calidad, pero también para que los que trabajan cobren lo que tienen que cobrar. De a poco estamos haciendo girar esa rueda. El próximo paso es ver cómo nos relacionamos con el sector privado a la hora de que reconozcan nuestro trabajo.

Tándem está conformada por 14 personas y tiene dos proyectos principales en marcha a largo plazo. Uno es “Crónica Bárbara. Tras el barco de Fitzcarraldo”, que se rodaría en Villa María, Córdoba y la Amazonia peruana. Este largometraje fue declarado de interés cultural por la Dirección de Cultura de Loreto del Ministerio de Cultura de Perú, por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Córdoba y por el Concejo Deliberante de Villa María y de Córdoba.

Por otro lado, comenzaron a filmar una película de ficción que es su ópera prima como casa productora: “Cuentos Solitarios de una Ciudad Breve”, ganadora del Concurso 2018 para el desarrollo de largometrajes de ficción del Polo Audiovisual Córdoba. Es la primera película de Muzart como director y fueron convocados actrices y actores de Villa María, Córdoba y Buenos Aires. En los roles protagónicos participan Ana María Picchio, Joaquín Torres, Ignacio Tamagno y Yamila Fortuzzi. Ya filmaron el teaser (adelanto de la película) con el que pueden aplicar a los concursos de producción del mismo Polo Audiovisual, a los del Incaa (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) y a concursos en el exterior. Hacia allá van.

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