Ciudad

En vaivén

En la ciudad ya suman 1.500 los locales comerciales desocupados

Entre diciembre de 2014 y marzo de este año se vaciaron 170 más. Lo relevó una ONG especializada del sector inmobiliario.


Según datos que entregaron desde una ONG local, desde que inició 2015 la cantidad de locales comerciales vacíos y puestos en alquiler siguió creciendo en la ciudad. En base un relevamiento que concluyó a mediados de marzo, la organización reveló que ya suman unos 1.500 los inmuebles de ese tipo desocupados en Rosario. La cifra marca un crecimiento de casi 200 en muy poco tiempo, ya que, según la misma serie de informes, el año pasado había terminado con 1.330 locales vacíos.

El dato lo entregó quien fuera hasta hace poco tiempo el titular de la Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Cadeiros), Carlos Rovitti, que actualmente encabeza la organización no gubernamental Centro de Estudios Educación para Crecer.

En la ciudad son más de 21 mil  los locales comerciales –el total de todos los rubros es 36.511–contando los habilitados por el municipio. En ese marco, Rovitti mencionó sobre fines del año pasado que  había unos 1.330 locales en desuso y puestos en alquiler. Esa cifra venía en ascenso, el cual no se detuvo desde que comenzó 2015.

El directivo dijo ahora que según el último relevamiento de la serie que sigue esa evolución –que culminó el pasado el 15 de marzo– ya son 1.500 los inmuebles vacíos.

“La mayor cantidad de locales que cerraron se nota a medida que nos alejamos de los corredores comerciales tradicionales, y también en la periferia. No es algo que se vaya a ver en la peatonal Córdoba o en calle San Luis”, explicó Rovitti.

“Hay que tener en cuenta –agregó el empresario– que en Rosario en los últimos años la construcción de edificios fue muy importante. Y en la planta baja de esos nuevos inmuebles siempre se agregó un local que en general se fue ocupando rápidamente. Son esos los primeros que se empezaron a desocupar ahora”.

El fenómeno había comenzado a observarse desde que inició el año con sólo caminar por algunas calles de la ciudad. En general, los consultados coinciden en que el crecimiento de los locales vacíos tiene como trasfondo un “estancamiento” o “amesetamiento” en la actividad económica que se conjuga, en mala ecuación, con la constante suba de alquileres.

Rovitti se defendió de forma indirecta de los cuestionamientos que suelen recibir las inmobiliarias por la escalada en el valor de las rentas, no sólo de las propiedades comerciales sino también de las viviendas. Para el ex titular de Cadeiros, ese factor no es el único que influye a la hora de que un negocio cierre o se mude a otro lugar. “Hay que tener en cuenta si se eligió el lugar adecuado, se calcularon otros costos, como la reposición de la mercadería y los empleados. Hay toda una serie de factores que juegan, no sólo la locación”, aclaró.

Y concluyó que el nudo del problema es el sacudón de enero de 2014: “Desde la devaluación del año pasado y con la consecuente inflación hubo muchos pequeños comercios que han tenido dificultades para sostenerse. Eso deterioró la economía”.

El contraste

La semana pasada la intendenta Mónica Fein, junto a la secretaria de Producción y Desarrollo Local, Eleonora Scagliotti, presentó un informe sobre la actividad económica en la ciudad durante 2014.  Se trata de la cuarta edición de una radiografía que se viene realizando en forma anual y muestra, en base a la recaudación en concepto de Derecho de Registro e Inspección (Drei), el movimiento comercial en la economía formal de la ciudad, cuyo volumen de facturación superó los 100 mil millones de pesos. Ello representó una suba del 31 por ciento en relación a 2015 y estuvo en línea –según el Ejecutivo municipal–  con lo que muestran algunas de las consultoras privadas que miden la inflación en contraposición al Indec.

Ése es el movimiento que registraron los 36.511 locales en actividad, de los cuales 1.262 se abrieron el año pasado y son “nuevos” –no producto de mudanzas– en la comparación con los 33.565 que funcionaban en 2013, siempre según datos oficiales del Palacio de los Leones.

Suma de factores

Consultado por El Ciudadano si la información que entregó el municipio va a contramano de los datos propios, Rovitti fue tajante y apeló a una cuestión técnica.  “Lo que sucede es que cuando un negocio cierra, para que lo den de baja en el «padrón» que lo registra en el municipio tiene que estar al día con sus impuestos. Mientras eso no ocurra el Ejecutivo lo sigue teniendo como un comercio inscripto y con su cuenta de Drei activa. Eso dificulta la posibilidad de tener una medición real de la actividad sólo a partir del Drei, que muchas veces no muestra la realidad del mercado, que es otra”, señaló el intermediario.

En tanto, para el titular del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario, Javier Grandinetti, la situación tiene una relación directa con el nivel de actividad económica.  “La expectativa de facturación ha bajado y quien está alquilando y tiene que renovar su contrato se toma más tiempo para evaluar la situación”, explicó.

“Lo mismo sucede con quien quiere arrancar un emprendimiento: tiene que pensar en la ambientación del local, la compra de mercadería y demás. Y la desaceleración del consumo está generando un reacomodamiento: un local que antes quedaba vacío, a los tres meses se volvía a alquilar. Hoy demora más en ocuparse, la toma de decisiones es más lenta”, amplió Grandinetti.

Finalmente, para Ricardo Diab, el titular de la Asociación Empresaria local, la mayor oferta de locales en alquiler es “un arrastre” de lo que sucedió en 2014.  “Hubo muchos casos de negocios a los que justo se les vencía el contrato a fin de año, aprovecharon las ventas de las fiestas y luego decidieron no continuar. Por eso al inicio de este año se vieron varios locales vacíos”, terció.

“Las grandes empresas –concluyó Diab– tienen más margen para pensar a largo plazo. Pero el pequeño tiene  menos oportunidades y por ahí puede suceder que no vea que éste sea el momento más adecuado para invertir”.

Bolsillos que no resisten

La fuerte suba de las rentas no sólo se da con los locales comerciales. La Concejalía Popular, una ONG que suele enfocar sus investigaciones y proyectos en la problemática de los alquileres y las dificultades de los inquilinos, entregó un informe hace pocas semanas sobre la situación que se vive en el sector residencial.

Según la entidad, los alquileres de viviendas subieron hasta un 35 por ciento el año pasado. El incremento golpea con más fuerza en los departamentos de un dormitorio del centro y macrocentro de la ciudad.

En términos concretos, para rentar un dos ambientes hubo que pagar  632 pesos más que en 2013 en promedio. En el caso de los tres ambientes, el costo es 731 pesos más.

El año pasado el valor medio de un departamento de un dormitorio era de 2.008 pesos y de dos, 2.637. Ahora es de 2.640 pesos y 3.368 respectivamente.

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