La relación de Ariel Garcé con Central lleva años y tiene varios capítulos, pero es estrecha, al punto de que en una entrevista en el diario La Nación, el Chino afirmó que es hincha “de River y de Central”.
Alejado del mundo del fútbol, pero con ganas de reinsertarse, el ex defensor que vistió la casaca auriazul en 2006 cuando Leonardo Astrada era el DT, cuenta que a veces va al Gigante y que reparte sus horas con su hija, el amor por el automovilismo y el merendero que apadrina en Capitán Bermúdez y al que asisten más de 70 niños y niñas.
En la nota al diario La Nación, Garcé habló entre otras cosas de su vínculo con Eduardo Coudet y de las finales de la Copa Argentina con Boca y River.
De su vínculo con el Chacho, de quién después terminó siendo ayudante de campo cuando el ex Platense dirigió al Canalla, afirmó que comenzó en River.
“Empezamos a coincidir en cierta forma de ver la vida. Es muy compañero con los chicos y a mí me ayudó en el campo de juego, porque íbamos por el mismo costado y me decía cuándo pasar y cuándo esperar”, contó el Chino.
Amistad que continúa al día de hoy, pero que en algún momento estuvo en un segundo plano, cuando Garcé decidió no continuar con su trabajo en el cuerpo técnico de Coudet.
“Cuando uno comparte el día a día durante dos años se agigantan las diferencias. Fue un aprendizaje para ambos, pero me arrastró la situación en lo emocional”, destacó.
Y agregó: “le había dicho a él que solamente lo iba a acompañar en su primera experiencia como técnico, dure lo que dure”.
Sobre la polémica final de la Copa Argentina ante Boca, el Chino confesó que “en ese momento, en el campo, sentí una animosidad en nuestra contra. Del árbitro y de sus colaboradores”.
“¿Si Ceballos estaba puesto? Y. después te enterás de un montón de cosas, y hasta salieron las cifras de lo que supuestamente había cobrado. Podés hacer mil conjeturas, yo quiero creer que no hubo nada de eso, o no lo quiero ver”, afirmó.
Diferente es la percepción de la final con River, en la siguiente edición del torneo nacional.
“En esa final nosotros tuvimos gran parte de culpa: salimos como a una guerra, desenfocados, no lo jugamos ese partido. Y erramos con Chacho por nuestra inexperiencia: cuando Gallardo metió a los dos delanteros en el segundo tiempo, tendríamos que haber armado una línea de 5, no reaccionamos. Con esa final no hay quejas; la otra fue asquerosa”, dijo sobre la derrota 4-3 ante River.
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