El Hincha

Copa de la Liga

En el tramo decisivo apareció la jerarquía y Boca se coronó campeón en Córdoba

El equipo de Battaglia derrotó 3-0 a Tigre con goles de Rojo, Fabra y Vázquez y se quedó con el título. Un error de Marinelli destrabó el partido en el final del primer tiempo y el Matador no pudo reaccionar


Para ser campeón hay que tener virtudes. A algunos equipos le sobran argumentos, a otros le alcanza con menos, pero inevitablemente hay méritos para conseguir un título. Y Boca es un buen ejemplo de esto. Seguramente no fue el equipo más vistoso del torneo, incluso hubo dudas sobre la continuidad de Battaglia, pero en el tramo decisivo apareció la jerarquía de algunos de sus jugadores y, sin lucir, se quedó con la Copa de la Liga. La final fue un 3-0 ante Tigre que no tiene objeciones, aunque difícilmente el partido disputado en Córdoba quede en el recuerdo de muchos más allá de los próximos días.

Casi como una consecuencia de su forma de jugar en el torneo, Boca fue dominante aunque le costó trasladar a chances de gol la supremacía en tenencia del balón. El equipo de Battaglia no es vistoso, las críticas en este punto encuentran argumentos en cada partido, pero los resultados mandan y poco le importa a los hinchas xeneizes lo que digan los demás.

Tigre amagó en el inicio a ser un equipo de pressing alto y buenas intenciones, pero fue una puesta en escena que no duró nada. Se asustó, especuló, prefirió bloquear antes que jugar. Y el partido se trabó, por momentos fue un espanto, y bien temprano muchos empezaron a presagiar que el título de la Copa de la Liga iba a definirse por penales.

Sebastián Villa, quien jugó porque Boca optó por lo deportivo y no por lo moral, fue el primero en despabilar a aquellos que despojados de pasión siguieron esta final. Un remate del colombiano encontró una buena respuesta de Marinelli. Y un rato más tarde, encontró un hueco en el laberinto de piernas que armó Tigre cerca de su arco, y dejó a Benedetto de cara al gol. El Pipa definió con clase, pero el grito se ahogó rápido cuando Belatti levantó la bandera y hubo que ir al VAR a determinar si había off side. Como sucede casi siempre, por más que en este caso sólo se trataba de un tema que la tecnología podía resolver rápidamente, la decisión final demoró un par de minutos. Y al final no fue gol.

Los vestuarios ya estaban abiertos a la espera de los equipos para el descanso del entretiempo cuando el destino le dio un giro al partido. A veces para ser campeón hay que tener fortuna. Y Boca encontró el gol cuando había hecho poco para merecerlo. Un buen cabezazo de Rojo fueron directo a las manos de Marinelli, bien afirmado en el arco, pero inexplicablemente el arquero se confió y la pelota se le escapó para poner el 1-0 a los 48 minutos.

Con la obligación del resultado en contra, Tigre salió el segundo tiempo con otra postura. Y a Boca no lo sonrojó pararse cerca de Rossi.

Ahí fue cuando Retegui le puso el cartel de ineficacia a su tarde cordobesa. El hijo del Chapa tuvo tres chances, pero no pudo vulnerar a Rossi. Primero lo habilitó Colidio y el remate cruzado encontró un manotazo de Rossi. En la continuidad de esa jugada, hubo un centro y el delantero se estiró de cabeza, pero no puso darle destino de red. Y al ratito, tras un córner, encontró la pelota en el área chica y falló cuando parecía que el gol era inevitable.

Y ahí es donde la jerarquía marcó la diferencia. Porque Boca encontró tranquilidad a los 22 minutos con un golazo de Fabra. El lateral colombiano recibió con espacio y cuando se acercó al área sacó un disparo teledirigido, como si tuviera un control manual de dónde ubicarlo. Fue potente, al ángulo y envolvió toda la red del arco, para que la imagen lo hiciera más espectacular.

Con dos goles abajo el partido a Tigre se le hizo imposible. Y empezó a pensar más en una derrota digna y un torneo con resultados por encima de las expectativas que en descontar.

Y Boca supo que podía aumentar la cuenta y que nadie se queje de su forma de jugar. El 3-0 tras cabezazo de Vázquez dejó en claro la diferencia entre ambos equipos. Y le dio a Boca un nuevo título. Y aunque los puristas del fútbol reclamen, la realidad fue la única verdad.

 

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