El argentino Marcelo Scaglione es consultor internacional, master en administración pública de la Escuela Nacional de Administración de Francia, con muy buena llegada al gobierno de François Hollande. De hecho, compartió con empresarios franceses y con el presidente la reciente visita a la Argentina. En diálogo con El Ciudadano, hizo un balance de la relación entre ambos países y proyectó las posibilidades de nuevas inversiones.
—¿Qué balance hace de la visita de Hollande a la Argentina?
—En primer lugar hay que enmarcar esta visita en una nueva etapa de la agenda internacional de la República Argentina. Esto es importante porque en los últimos años, y esto lo puedo decir por la experiencia de haber vivido fuera del país, tanto en Europa como en América latina, se había percibido un aislamiento argentino en cuanto a las relaciones diplomáticas con los grandes bloques, y no estoy hablando únicamente de los países. Entonces esta visita es un apoyo fuerte a una nueva etapa que está abriendo el presidente (Mauricio) Macri de insertar a la Argentina con otra óptica a nivel internacional, además de las oportunidades que pueden surgir evidentemente en el plan económico.
—¿Cuáles son esas oportunidades?
—Para comprender mejor hay que contextualizar. Antes de la crisis de 2001, el nivel de stock de inversiones de Francia en la Argentina era superior a los 5 mil millones de dólares. Hoy, 15 años después, ese nivel de inversión es menos de la mitad: 2.300 millones. Igualmente hay en el país unas 250 empresas y grupos franceses que siguen invirtiendo y desarrollándose, en sectores importantes como el sector automotriz, el de energía, el de salud, el de transporte y distribución (supermercados). Ese conjunto de empresas emplea 60.000 trabajadores argentinos. Es decir que a pesar del enfriamiento y la disminución de la actividad de Francia en Argentina –recordemos que hubo el caso de empresas que han sido expropiadas como el caso de Aguas Argentinas, del grupo Suez, cuya relación terminó muy mal–, en esta nueva etapa, con un moderado optimismo, está empezando a revertirse esa imagen, aunque hay todavía mucho que hacer para que otras empresas vuelvan a la Argentina.
—¿Qué fue lo que acordaron Macri y Hollande?
—La posibilidad de nuevos proyectos y nuevas inversiones en relación con las empresas que ya están instaladas. En el caso de nuevas empresas están a la espera de definiciones macroeconómicas relativas a la estabilidad de precios, y a la seguridad de las inversiones y de los contratos, y de repatriar dividendos. Este marco económico global es lo que va a dar la posibilidad de que otras empresas francesas vuelvan a venir al país. Igualmente, la charla que he tenido con empresarios que acompañaron a Hollande ha sido positiva, pero evidentemente hay que esperar cómo se desarrolla esta hoja de ruta de la economía argentina para atraer más inversiones. Mi impresión es que en dos o tres años se puede volver a duplicar el nivel de inversiones en la Argentina para acercarnos a la situación que existía antes de 2001.
—¿Cuáles son las nuevas inversiones que harían las empresas ya radicadas en el país?
—Hubo anuncios, pero ninguno en forma oficial. Lo que sí dijo el presidente Hollande fue que él habló con las empresas que están en el país, y estas empresas le han manifestado su deseo de desarrollar nuevos proyectos, que implican nuevas inversiones. Pero no podría citar un caso concreto.
—Usted habla de las empresas francesas que se fueron de la Argentina, en particular la vinculada al servicio del agua. Hay fuertes acusaciones sobre el incumplimiento de los contratos de estas empresas, en particular en Santa Fe.
—Este es un caso que está en los tribunales internacionales y no te podría precisar con un grado de detalle la situación actual. Las empresas que fueron expropiadas elevaron la queja ante el tribunal. Igualmente te diría que esta es una situación del pasado, porque muchas empresas que están relacionadas con la energía, con el servicio público, están muy interesadas en las obras de infraestructura que tienen que realizarse en el país, sobre todo en el noroeste a partir del plan Belgrano y esto podría hacer que por un lado sirva para finalizar algunos conflictos que aún están latentes y permitan el desarrollo de nuevas inversiones.
—Es decir que buena parte de las inversiones podrían estar vinculadas con el plan Belgrano que anunció Macri.
—Te diría que el interés de las empresas francesas que no están hoy en el país está relacionado por un lado con la infraestructura y con todo el tema energético e hidrocarburos por el otro.
—¿Vaca Muerta?
—Vaca Muerta podría ser, pero también va a depender mucho de la evolución del precio del petróleo en los próximos años, pero Total, una de las diez empresas productoras de hidrocarburos de origen frances y una de las 40 mayores empresas francesas en cuanto a capitalización, es en Argentina el primer productor de gas después de YPF, con lo cual evidentemente está también analizando la evolución del sector energético del país en los próximos meses.
Cooperación científico-tecnológica “es uno de los pilares del proceso de reinversión”
En su diálogo con El Ciudadano, el consultor internacional Marcelo Scaglione resaltó como “uno de los puntos positivos todo lo que viene desarrollando el país en el tema de Ciencia y Tecnología” y el trabajo conjunto con Francia: “En el 2007, la creación del Ministerio que comanda Lino Barañao hizo que la Argentina fuera uno de los países más importantes a nivel mundial de cooperación científico-tecnológica con Francia, que es uno de los líderes mundiales en Ciencia y Tecnología. Justamente hay muchos proyectos de cooperación, con científicos franceses que están en la Argentina y argentinos que están en Francia, hay desarrollos de proyectos conjuntos”.
En ese orden, el consultor internacional explicó: “Uno de los veintidós acuerdos de cooperación bilateral que se firmaron entre Francia y Argentina está destinado a la energía nuclear, y también hay otros acuerdos que prevén cooperaciones en sectores estratégicos como el sector aeroespacial y el sector satelital y de comunicaciones. A pesar de que las inversiones francesas pasaron de 5 mil millones a 2.300, y eso se lo puede analizar como un retroceso, a nivel de la cooperación científico-tecnológica es todo lo contrario y yo creo que esta cooperación, que está muy vinculada con el desarrollo productivo, puede ser uno de los pilares que permitan soportar esta nueva ola de inversiones que puede llegar a venir a la Argentina, aunque no van a llegar de inmediato”.
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