Vecinos de Avellaneda y Reconquista se movilizaron este martes en contra de la decisión del gobierno nacional de intervenir la empresa Vicentín. En el norte provincial, donde la firma agroexportadora tiene su casa matriz, la medida anunciada este lunes por el presidente Alberto Fernández cayó decididamente mal. La interpretan como una intromisión del Estado sobre una empresa emblemática de la región. Las protestas fueron fogoneadas por el intendente de Avellaneda, Dionisio Scarpín, quien mostró activa participación como un virtual vocero de la firma que se encuentra desde principios de año en concurso de acreedores, camino a la quiebra, y bajo sospecha de la Justicia por los multimillonarios créditos que recibió del Banco Nación en la gestión de Mauricio Macri, de quien la firma santafesina fue principal aportante en las últimas elecciones.
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El radical macrista Scarpín, quien gobierna desde 2011 el municipio de Avellaneda, motorizó los banderazos protagonizados por los vecinos de a pie en defensa de una de las más grandes empresas del país, que tiene un rojo de 1.350 millones de dólares motivo por el cual la Nación decidió su intervención.
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Según el intendente de Avellaneda, “hablar de Vicentín es hablar de una empresa familiar de la provincia que ha crecido de la nada. No estamos hablando de una multinacional extranjera”. También el senador departamental, el también radical Orfilio Marcón, se sumó a las protestas. Ambos arengaron a la multitud, igual que un sacerdote.
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En las dos principales ciudades del departamento General Obligado, las manifestaciones fueron masivas. Los vecinos recorrieron las calles con banderas argentinas, acompañados por camionetas con altoparlantes desde las cuales sonaba una y otra vez el Himno Nacional.
Las imágenes pudieron ser las de un festejo de la Selección Argentina, pero corresponden a una protesta promovida por las propias autoridades locales en medio de un brote de contagios de coronavirus que hace diez días mantiene en vilo a todo el departamento General Obligado.
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Las protestas se repitieron durante todo el martes, pero tuvieron su pico al atardecer. Los vecinos de Avellaneda se agolparon frente a las oficinas de la empresa y se colocaron detrás de una extensa bandera argentina. El propio intendente Scarpín, junto a miembros de su gabinete, se sumaron a la manifestación y a la convocaria. “Están robando parte de una historia”, repitió Scarpín una y otra ante los medios locales y nacionales que cubrieron las protestas.
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Ya caída la noche, lejos de aplacar los ánimos, los manifestantes de Avellaneda decidieron ir hacia la vecina ciudad de Reconquista para protestar frente al Grand Hotel, donde se están alojando los funcionarios nacionales que fueron este martes a intentar recorrer las instalaciones de la casa matriz.
“Que se vayan todos”, fue el grito repetido por los manifestantes que llegaron pasadas las 19 al hotel custodiado por personal de la Policía Federal y la Policía de Seguridad Aeroportuaria, con apoyo de la Policía provincial.
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También allí los manifestantes cantaron el himno envueltos en banderas argentinas, imágenes muy similares a las manifestaciones de 2008 contra la Resolución 125 motorizadas por otras patronales del agro.
“Están robando parte de una historia”
A diferencia de las autoridades provinciales, que dieron el visto bueno al anuncio presidencial, en Avellaneda rechazaron la intervención y el proyecto de expropiación que enviará el gobierno naional al Congreso.
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Según el intendente Scarpín, la decisión de Alberto Fernández cayó “como un baldazo de agua fría” en su ciudad y aseguró además que “hay un montón de alternativas para rescatar una empresa”.
“Vicentín es una parte muy importante de la economía, junto a otras empresas fomentaron el desarrollo de toda una región”, agregó el mandatario de Avellaneda. Y minimizó la situación que dio origen a la intervención nacional: “En un país que está en crisis, que una empresa tenga problemas no debería extrañarle a nadie”.
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“La deuda se paga con trabajo y por eso hay un concurso de acreedores. Es un proceso normal, habitual”, agregó Scarpín. Y opinó que con la decisión del gobierno nacional “están robando parte de una historia, sacrificio y esfuerzo”. “La parte más dura es la expropiación y seguramente la pelearemos para tratar de que no se haga”, concluyó.
Scarpín es un dirigente radical del norte santafesino que, si bien participa formalmente dentro del Frente Progresista, tiene buen vínculo con el macrismo: de hecho convocó a votar a Macri en las últimas elecciones presidenciales.
Lleva tres mandatos al hilo como intendente de Avellaneda, desde 2011. En la misma posición de rechazo a la intervención de Vicentín se ubicó el senador provincial Marcón, también radical del Frente Progresista, quien atraviesa actualmente su tercer mandato al hilo.
Ambos dirigentes radicales se referencian en el llamado Grupo Universidad, conducido por Mario Barletta y José Corral, referenciado en la conducción de la Universidad Nacional del Litoral y macristas de la primera hora cuando la UCR definió pintarse de amarillo.
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La postura de la empresa
En un comunicado emitido este martes, la compañía Vicentín aseguró que “se encuentra ajustada al marco legal vigente” y reivindicó “la legitimidad de proteger sus derechos” como empresa cerealera, tras el anuncio del presidente de intervenir la firma y enviar un proyecto de expropiación al Congreso.
“El camino elegido nos llena de incertidumbre y preocupación. Nos hemos enterado de la decisión por los medios y estamos realizando las consultas necesarias para entender las características y la profundidad de las medidas anunciadas”, señaló Vicentín a través de un comunicado de su directorio.
La compañía reclamó “la legitimidad de proteger los derechos de una empresa argentina y de sus accionistas, de origen familiar y del interior del país” y subrayó que “se encuentra ajustada al marco legal vigente, dentro de un concurso preventivo de acreedores”. También destacaron que la empresa “ha manifestado reiteradamente la voluntad de honrar los compromisos asumidos”.
“Desde diciembre de 2019, el directorio de Vicentín viene explorando distintas alternativas para refinanciar su deuda y recobrar el nivel de operación que supo tener en el pasado, que de ninguna manera se remonta a los últimos cuatro años, sino que puede medirse en décadas de esfuerzo e inversión”, aseguraron.
Además subrayaron que “no se ha despedido durante todo el proceso a un solo trabajador” y remarcaron que “más allá de que muchos no han podido trabajar por la pandemia, todos han cobrado como corresponde”.
Visita fallida
El subinterventor designado por la Nación para la empresa Vicentín, Luciano Zarich, viajó este martes al norte santafesino para notificar a las autoridades judiciales que tramitan el concurso preventivo de la compañía en Reconquista y visitar las instalaciones de la localidad de Avellaneda. La comitiva nacional encontró una fuerte resistencia: una manifestación de vecinos en apoyo a la empresa y la imposibilidad de ingresar a la sede central.
Zarich, quien secundará a Gabriel Delgado en la intervención de Vicentín, estuvo en el Juzgado Civil y Comercial de Reconquista, a cargo del juez Fabián Lorenzini, quien tramita el concurso preventivo de la compañía.
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Según los medios locales, Zarich le entregó al fiscal una copia certificada por la Escribanía General de la Nación del Decreto de Necesidad y Urgencia firmado por Fernández, en la que lo designa como subinterventor de la firma concursada. El encargado de la intervención, según el decreto presidencial, es el ex funcionario de Agricultura Gabriel Delgado.
La comitiva, que se trasladó en ocho automóviles y camionetas de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, con acompañamiento de la Policía Federal, se dirigió luego a la sede de la empresa, en Avellaneda, pero no pudieron ingresar a las oficinas, ya que sus empleados habían dejado las instalaciones y el inmueble estaba cerrado.
Según el portal Reconquista Hoy, el abogado de Vicentín había ordenado al personal desalojar las oficinas y dejar todo bajo cerrado. El poco personal y algunos herederos que permanecían en la vereda fueron testigos de la llegada de la delegación oficial rodeada de policías: dijeron que escucharon un agravio, que alguien expresó “¡abran delincuentes!”; y que “recibió puteadas de respuesta”; y que la otra reacción de integrantes de la delegación estatal fue hacerse unas “selfies con el edificio de fondo”, lo que algunos tomaron como una provocación; y se retiraron.
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En tanto que el portal El Departamental agregó que espontáneamente la gente del lugar increpaba a la comitiva con duros insultos: “Ustedes lo que tienen que hacer es poner el lomo y no robar esta empresa”, “son unos delincuentes”, y bocinazos que inundaron el centro de la ciudad donde nació la firma hace 92 años.
Luego de este episodio, la comitiva nacional recorrió el Complejo Avellaneda, la planta local del grupo, sin dialogar con la prensa local en ningún momento y terminó su visita en la Municipalidad de Reconquista, donde fueron recibidos por el intendente.
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