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En Brasil también aspiran a democratizar los medios

El nuevo marco regulatorio para las telecomunicaciones quedará en manos de la gestión de Rousseff.

El ministro de Comunicación Social de Brasil, Franklin Martins, afirmó ayer que espera que en 2011 la presidenta electa, Dilma Rousseff, impulse un nuevo marco regulatorio para las telecomunicaciones. “La decisión será de la presidenta electa. Ella tiene el derecho de hacer lo que juzgue necesario, si seguir o no con el debate sobre la reglamentación de los medios. Yo creo necesario un nuevo marco regulatorio de las comunicaciones, es un área vital”, dijo Martins.

El ministro dijo que el proyecto del gobierno saliente del presidente Luiz Inacio Lula da Silva sobre la reglamentación de las telecomunicaciones apunta a un ambiente de “convergencia de los medios de comunicación”.

En ese sentido, apuntó que el proyecto incluye una reglamentación de artículos de la Constitución de 1988 que tratan sobre la producción nacional, regional y concentración de medios.

Martins descartó que exista una idea de censura detrás de los medios que tienen concesiones radiofónicas y televisivas de bandas de transmisión estatales.

El secretario Martins se reunirá con funcionarios y especialistas europeos en el Seminario Internacional sobre Marco Regulatorio de Radiodifusión, que se realizará desde hoy en Brasilia.

Para el funcionario es “un absurdo” que los artículos de la ley hayan estado dos décadas esperando para su reglamentación y consideró que el marco regulatorio del sector, que data 1962, es incompatible con la realidad actual.

Como sucedió en la Argentina, se espera que las empresas monopólicas que se ven beneficiadas por la falta de una legislación adecuada a derecho, opongan una dura resistencia a la intensión de un nuevo marco regulatorio a los medios.

La socióloga brasileña Julia Mariano analizó que los medios monopólicos de Brasil desean “utilizar la libertad de expresión como una carta blanca donde usan la bandera histórica de los comunicadores sociales para expresar lo que les da la gana”.  Y consideró que la maquinaria mediática intenta debilitar la gobernabilidad del Partido de los Trabajadores (PT) y el liderazgo de Rousseff, a través de campañas de desprestigio.

“Quieren crear tensión, echar para atrás la gobernabilidad del Partido de los Trabajadores (PT), para que parezca que Dilma (Rousseff) no está preparada para el gobierno, buscan tener poderío económico a costa de lo que es el bienestar del pueblo”, denunció.

Mariano consideró que la propuesta de la mandataria electa de regular a los medios tiene como propósito que el sistema no emplee su poder de persuasión para manipular a la audiencia, y “no como han querido hacer ver que supuestamente limita la posibilidad de expresarse”.

Además, realizó una comparación de la situación ocurrida recientemente en Bolivia, donde varios medios indicaron que estaban siendo censurados por la Ley Antirracismo y “lo que se estaba aplicando era una norma de no discriminar ni ofender a nadie”.

También, indicó que actualmente Brasil no puede garantizar el ejercicio pleno de la libertad de expresión porque los medios “son controlados por seis o nueve familias para más de 190 millones de personas”.

Por su parte, el periodista Beto Almeida ratificó que el tema de la libertad de expresión y de prensa en Brasil ha sido muy polémico puesto que Rousseff ha mencionado la importancia de fortalecer un modelo de comunicación pública y plural, “cosa que no le conviene al oligopolio mediático que hay en el país”.

Y añadió que lo peligroso de esta estrategia de desprestigio es que al utilizar a los medios, “se corre el riesgo de que el juego mediático y político no sea percibido tan fácilmente”.

Sin embargo, tanto Almeida como Mariano coincidieron en que “no es tan fácil manipular a la audiencia” y que los titulares en informaciones falsas divulgadas en contra de la imagen de Rousseff no fueron suficientes en contra de la voluntad de pueblo.

“Yo diría que los grandes medios también fueron derrotados acá (en Brasil), porque jamás reconocieron las capacidades de Dilma (Rousseff), las buenas medidas que ella había adoptado, la contundencia de su posición, todo eso era tratado como simple retórica”, indicó Almeida.

En este sentido, el periodista afirmó que en el país suramericano es necesario crear un sistema comunicativo popular puesto que hasta ahora “Brasil no tiene una fuerza muy desarrollada de medios alternativos, y por ende, son más vulnerables a la ideologías de derecha”, concluyó.

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