Asociativismo

La otra economía

Empresas recuperadas ponen la mira en financiamiento propio

Economía social y futuro. Es uno de los principales desafíos frente a las regresivas políticas oficiales. También buscan estrechar lazos con gremios


Economía social y futuro. En el marco del décimo aniversario de su creación, la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT), viene desarrollando un conjunto de encuentros para analizar la problemática que atraviesa a la economía social. El eje de los debates –este jueves se realizó el penúltimo– se focaliza en el funcionamiento de las empresas recuperadas y gestionadas por sus trabajadores y trabajadoras, y su inserción en la sociedad.

“En el contexto actual en el que los caminos se cierran cada vez más para las y los trabajadores, las empresas recuperadas, de algún modo gestoras desde hace décadas de la lucha por la defensa de las fuentes de trabajo, hoy también se ven atravesadas por la crisis que gestionó y fomentó el gobierno neoliberal actual”, señala la CNCT en una primera reflexión sobre el presente.

En este marco, se realizó el encuentro de trabajadores de empresas recuperadas de diversos sectores de la economía. Del panel participaron José Sancha, de cooperativa Decosur, primer presidente de la CNCT; Federico Tonarelli, de la cooperativa Bauen; Claudia Moreno, de la escuela cooperativa Mundo Nuevo; Fabio Resino, de cooperativa La Ciudad; Hugo Cabrera, de Gráfica Campichuelo; Francisco “Manteca” Martínez, de Textiles Pigüé, y Jorge Reisch, de la cooperativa Cueroflex y miembro del Sindicato de Obreros Curtidores.

En el encuentro se plantearon estrategias de articulación y para generar unidad dentro de las diversas corrientes que tiene el sector cooperativo.

 

Protagonistas

A modo de reflexión, Federico Tonarelli, que hizo las veces de moderador del panel, se refirió a los diez años de la CNCT antes de dar comienzo al debate. “Hace diez años –recordó– nos encontrábamos frente al desafío de lograr lo que muchísimos cooperativistas de trabajo no habían podido lograr en décadas, que era conformar una organización que nos representara a todos. Finalmente hicimos algo que debemos reivindicar y con mucho orgullo tenemos que llevar adelante, que es haber conformado aquella organización que es la CNCT. Diez años después estamos acá, en nuestra casa, y listos para seguir trabajando y haciendo crecer al cooperativismo de trabajo”, remarcó Tonarelli.

A su turno, Claudia Moreno ensayó un repaso histórico de la creación y constitución de su cooperativa, que se encuentra en el barrio porteño de Villa Crespo. Se trata de la escuela Mundo Nuevo, que tras su “quiebra” y refundación en 2007, hoy tiene 300 alumnos y 75 asociados y asociadas.

“Es necesario de desarrollar y profundizar al interior de las entidades lazos fuertes para que realmente pueda surgir un espíritu de pertenencia, identificación, identidad, participación. Si queremos más democracia, creo que el camino es ése”, señaló Moreno.

Entre las dificultades actuales, una de las más complejas de afrontar además de la económica es la edilicia, ya que no cuentan con edificio propio y tienen un gasto muy grande de alquiler.

Por su parte Jorge Reisch, de Cueroflex, trazó un diagnóstico crítico de la situación: “Estamos muy mal, esto no lo vivimos nunca. En la actualidad hacemos 50 toneladas mensuales, cuando antes hacíamos no menos de 120 o 130 toneladas”, remontó.

En tanto, Martínez, de Textiles Pigüé, advirtió que “el desafío no es solamente organizar y conducir las empresas sino también ser solidarios y estar a disposición en todo el territorio nacional para quienes están en una situación difícil”.

“Nosotros no podemos permitirnos más la situación de lo que provocan estos contextos en la fragmentación familiar, después en lo que tiene que ver con esta cacería a la industria argentina”, advirtió.

En el marco del foro, José Sancha (Cooperativa Decosur) hizo referencia a la crisis que se vivió en la Argentina en 2001, y reivindicó al movimiento de empresas recuperadas que pudo perdurar y sostenerse en el tiempo. “Hoy las pymes no dan más y sin embargo como cooperativistas y como empresas recuperadas no sé si estamos en condiciones de dar aquellas respuestas que dimos en el 2001. Creo que cambia la situación económica y cambia la sociedad. Hoy, la sociedad no es como la de aquel entonces, sacudida y dispuesta a acompañar, por ejemplo, leyes de expropiación, o una sociedad dispuesta a rearmar la cadena de pagos: hoy el mercado está agresivo y la sociedad está en otra situación”, reflexionó.

 

La unidad como desafío

En un contexto adverso para el mundo de los trabajadores y trabajadoras, Cabrera, de Gráfica Campichuelo, planteó organizar una mesa de trabajo conjunta: “Más allá de las diferencias, que existen, podemos sentarnos todas las organizaciones a planificar una propuesta inteligente para poder desarrollarla hacia el futuro inmediato”, propuso.

En ese marco, los panelistas trazaron una hoja de ruta coincidente sobre la necesidad de estrechar lazos orgánicos con estructuras sindicales, generar un espacio de solidaridad y unión con todos los actores de la economía social y desarrollar estrategias propias y concretas de comercialización. Y más: planificar el financiamiento autónomo para fortalecer al sector, de modo que genere también independencia respecto del Estado.

 

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