Ciudad

Paro de choferes por salarios

Empresas de larga distancia no dan respuesta a los pasajeros

Las firmas son Chevallier, Urquiza, Sierra de Córdoba, Argentina y Pullman. Sus ventanillas de la terminal siguen cerradas. Los choferes denuncian que les quieren pagar el sueldo en cuatro cuotas y que lo mismo hicieron con el medio aguinaldo. Low cost, subsidios y negocios empresarios en la trama


Un paro sorpresivo de choferes de seis empresas del transporte de larga distancia dejó a cientos de pasajeros varados en la Terminal de Ómnibus de Rosario.

Los trabajadores denuncian que las empresas Chevallier, Pullman, Urquiza, Sierra de Córdoba y Argentina, parte del holding que tiene a Flecha Bus (también sin operar) como nave insignia, quieren pagar el sueldo en cuatro cuotas. La gota que colmó el vaso fue que, también, abonaron el medio aguinaldo en tramos. Los choferes advirtieron que si en el transcurso de este miércoles no depositan el total del salario correspondiente a julio, continuarán con la medida de fuerza.

El conflicto está centrado en Flecha Bus, la compañía que ostenta la mayor porción del mercado en el rubro. La firma de los hermanos Guillermo y Raúl Derudder hace un tiempo que proclama una crisis en el transporte por tierra que adjudica a la irrupción de las líneas aéreas de bajo costo y el retiro de subsidios nacionales. Y su propio ajuste lo descarga en las espaldas de siempre, la de sus trabajadores. El gremio de los choferes UTA Entre Ríos denunció este mismo miércoles que la el holding despidió a cuatro empleados del taller que tienen en Paraná. El secretario gremial del sindicato, Sergio Groh, coincidió con la patronal ante una consulta de la agencia APFDigital: “El servicio de colectivos de larga distancia está pasando por un muy mal momento debido a la quita de subsidios por parte del gobierno nacional y la competencia con los vuelos de bajo costo. Lamentablemente, las líneas de larga distancia están perdiendo mucho terreno y muy rápido, por lo que sólo quedarán las provinciales”. El dirigente gremial planteó la posibilidad de más cesantías. “Muchas (empresas) están levantando servicios. La última fue Costera Criolla, que decidió sacar de circulación el tramo hasta Bariloche”, puso como ejemplo.

El conflicto quedó instalado y los usuarios del servicio no obtuvieron en Rosario respuestas de las compañías en conflicto. Las boleterías de todas ellas permanecían cerradas al mediodía. Orlando De Biasi, presidente del directorio de la terminal Mariano Moreno, confirmó a El Ciudadano que la medida de fuerza es de escala nacional, acorde con el despliegue de las empresas cuestionadas por los incumplimientos. Las firmas no se habían hecho cargo al menos hasta el mediodía: las ventanillas permanecían cerradas sin ofrecer alternativas ni información a los pasajeros.

Sobre ruedas o alas, el hilo se corta por lo más delgado

El consorcio oligopólico del transporte comandado por los hermanos entrerrianos Guillermo y Raúl Derudder contaba con apenas dos colectivos en 1984, y base en la ciudad de Colón. Sumaba apenas una decena de unidades en 1992 y desde entonces, gracias a su cercanía con el menemismo y el padrinazgo de notorias figuras políticas de su provincia, como el ex gobernador Jorge Busti o el ex legislador Augusto Alasino, mostraron una vertiginosa expansión que los llevó a convertirse en el mayor jugador del sector. Hoy suma más de 1500 unidades de 30 marcas que operan bajo la insignia madre Flecha Bus. Entre ellas, Nueva Chevallier, Autotransportes San Juan, Rápido San José, Empresa Argentina, Zenit, Ciudad de Gualeguay, El Norte Bis, La Estrella de Tucumán y Sierras de Córdoba, Tata Rápido, Córdoba SRL y Arito. Los vínculos con la década del 90 y sus apellidos emblemáticos se extienden al principal estudio legal que los asesora: PCG Consulting, de Eduardo y Adrián Menem

Con ardides comerciales cuya legalidad ponen en duda muchos de sus adversarios en el negocio, los Derudder fueron absorbiendo otras empresas. ¿Cuál fue la operatoria?: comprar pasivos de las competidoras en problemas, exigir el cobro de esos créditos y, al mismo tiempo, multiplicar la oferta de servicios en los corredores que pretendían sumar, con lo que conseguían ahogar a la transportista en problemas y finalmente sumarla, junto con sus rutas y empleados, a su mega grupo.

Flecha Bus se convirtió así en el principal jugador del transporte de pasajeros de larga distancia por tierra, luego del desembarco en el negocio de los viajes estudiantiles y su intento de ingresar, también, en el manejo de terminales de ómnibus. En los últimos años, sin embargo, el emporio comenzó a tener problemas. El padrinazgo político va por otros rumbos. La gestión Cambiemos apostó a otras empresas amigas o allegadas: las compañías aéreas low cost, a las que le habilitó en forma express y con escasas exigencias numerosos corredores. Estas firmas, con sus tarifas reducidas (comparables en muchos casos a las terrestres) y menores tiempos de viaje comenzaron a quedarse con una porción de los pasajeros de micros. Otras medidas del gobierno nacional, acosado por los desbarajustes originados en sus propias decisiones económicas, sumaron amenazas a la rentabilidad de las transportistas terrestres: la reducción de subsidios destinados al pago de un porcentaje de los salarios, como parte de la cruzada de reducción del déficit fiscal.

El nuevo escenario puso en entredicho el rentable negocio de Flecha Bus pero también de los otros grandes del rubro, como el Grupo Vía Bariloche (concesionario del Cerro Catedral) y el Grupo Plaza, de los hermanos Claudio y Mario Cirigliano, holding hoy concursado de alto crecimiento durante las gestiones kirchneristas hasta el comienzo de su retroceso con la tragedia ferroviaria de Once (era el único grupo colectivero que operaba también trenes). Como siempre, el hilo se corta por lo más delgado: los trabajadores.

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