Policiales

Emotiva y dura carta de Carolina Píparo

La mujer baleada en una salidera aseguró que se siente "desamparada y abandonada por las instituciones". "En muchos países, un caso como el mío obligaría a que responsables políticos den un paso al costado", sostuvo.

Carolina Píparo, la mujer embarazada, baleada en una salidera bancaria que trajo como consecuencia la muerte de su bebé, aseguró que se siente “desamparada y abandonada por las instituciones” tras el brutal hecho.

En una carta, después de la celebración del Día de la Madre, Piparo manifestó que su “tristeza y bronca” radican en “la desprotección que siente por parte de las autoridades”.

Además, sostuvo que “en muchos países, un caso como el mío obligaría a que muchos responsables políticos den un paso al costado” y que está tratando de “juntar fuerzas” para efectuar su reclamo.

“Me siento desamparada y abandonada por todas las instituciones públicas y privadas que debieron protegerme”, expresó la mujer en la misiva.

Y agregó: “Estoy tratando de juntar fuerzas para hacer público mi reclamo, porque no entiendo que se esté hablando de imagen y de futuras candidaturas, y nada se hace para que no se repita uno de los crímenes más crueles en la historia de nuestro país, en muchos países un caso como el mío, obligaría a que muchos responsables políticos den un paso al costado”.

Asimismo, Piparo unió su dolor al de los familiares de Matías Berardi, el joven de Ingeniero Mastwichtz secuestrado y asesinado y criticó al gobierno bonaerense al decir que “con total desfachatez se adjudican la resolución de los casos por el solo hecho de tener algunos detenidos en tiempos record”.

“No entiendo esa persecución de mi paradero y evaluación psicofísica para corroborar lo que YA dijeron los profesionales que me atienden, esto hace que me sienta más indagada que los asesinos de mi hijo”, agregó en la misiva.

Por último, sostuvo que “en definitiva ni iniciar el juicio que merece el banco por no haber resguardado mi seguridad ni el hecho de que haya siete delincuentes en la cárcel, que no debían estar formando parte de la sociedad, no disminuye en nada el dolor de ni siquiera haber podido conocer a mi bebe y de haber tenido que pasar mi primer día de la madre en un cementerio”.

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