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Elevan pena por gatillo fácil

La Sala I de la Cámara Penal aumentó en tres años la condena al suboficial Juan Galmarini, quien deberá pasar 20 años en prisión por matar a quemarropa a Pablo Espíndola con su arma reglamentaria.

La Cámara Penal elevó a veinte años la pena impuesta a un policía que en mayo de 2007 ultimó a Pablo Espíndola, conocido como Rusito, de un tiro en la cabeza en el barrio Toba de zona oeste, delante de varias personas. Juan Galmarini había sido condenado en abril del año pasado por homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Ahora, los integrantes de la Sala Penal 1ª, Carina Lurati, Alfredo Ivaldi Artacho y Daniel Acosta, confirmaron los términos de la sentencia, pero elevaron tres años la pena al entender que al momento de calificar el hecho no se tuvo en cuenta que el autor del crimen era un uniformado.

Pablo Espíndola murió por salir en defensa de su hermano menor, Gustavo, quien mantenía una inestable relación con la hijastra del policía Juan Marcelo Galmarini, quien no estaba de acuerdo con el noviazgo.

En la tarde del 24 de mayo de 2007, los jóvenes se vieron por última vez en una esquina de la barriada, cuando fueron descubiertos por un compañero de su padrastro –también policía–, quien salió a buscarlo en un patrullero, vestido de uniforme. El Rusito, que estaba en una gomería esperando para inflar las gomas de su moto, vio pasar como una ráfaga a su hermano y, tras él, al coche policial. No lo dudó un instante y fue tras ellos hasta que, en medio de un asentamiento toba, se plantó frente al policía, quien le puso un arma en el pecho, lo que motivó que el joven la apartara de un manotazo. Instantes después, y ante unas 20 personas, el suboficial Juan Galmarini le pegó un culatazo y acto seguido un tiro en la frente.

Los vecinos del barrio Toba que vieron el incidente no alcanzaron a reaccionar y Galmarini, arma en mano y bajo amenazas, pidió un celular, desde donde llamó a la comisaría 19ª para pedir que lo vinieran a buscar porque “se había mandado una macana”, según recordó en su momento Pablo Espíndola padre. Un rato después, Rusito fue trasladado en ambulancia el Hospital de Emergencias, mientras que el policía fue “guardado” en la seccional 19ª. Treinta horas más tarde y a una semana de haber cumplido 25 años, Pablo Rusito Espíndola falleció.

En abril de 2010, el juez de Sentencia Julio César García, condenó al policía a cumplir una pena de 17 años por homicidio agravado por el uso de armas y a pagar junto a la provincia una indemnización de $330 mil por daños y perjuicios. La sentencia fue apelada por la fiscalía, que había pedido una condena de 26 años. Y también por la Provincia y la defensa del imputado, que consideró que su cliente no actuó con dolo, que existió un enfrentamiento entre ambos (el policía y la víctima) producido por los malos tratos y agresiones que Gustavo le profería a la hijastra del policía y cuestionó la pena impuesta a su cliente al considerarla excesiva.

Los camaristas Lurati, Ivaldi Artacho y Acosta consideraron adecuada la condena de primera instancia, aunque modificaron la pena impuesta, entre otras cosas porque la mecánica del hecho disipa cualquier duda que pueda existir respecto al dolo en el actuar de Galmarini. Su intención al golpear a Espíndola fue lesionar y lo hizo con la culata del arma. Luego apuntó contra la frente y le disparó, explica el fallo.

Los magistrados entendieron en relación a la pena aplicada que Galmarini fue imputado, procesado y la fiscalía requirió una condena en base a la calificación legal de homicidio agravado por el uso de arma. Pero decidió incrementar la pena por su carácter de integrante de las fuerzas de seguridad. Por todo ello, la Cámara Penal confirmó la sentencia recurrida en todas sus partes a excepción del monto de la pena, que elevó a 20 años.

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