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Básquet

El volver a ser del básquet: cómo son las nuevas prácticas con los protocolos de sanidad

El Hincha acompañó a Gimnasia en su retorno a los entrenamientos para seguir paso a paso la organización de la práctica pero también para conocer las sensaciones en el regreso a la actividad


“¡Por fin volvimos!”, dice Gastón Fredes mientras baña sus manos con uno de los tres preparados que esperan sobre la mesa para higienizarse apenas se cruza la puerta de ingreso del gimnasio de pesas y aparatos del segundo piso de la sede céntrica de Gimnasia y Esgrima.

Minutos antes, uno a uno los jugadores de primera, U19 y U17 del mensana entraron por la puerta principal de calle Laprida y pasaron por el control obligatorio de acceso de parte de Mario, personal del club. Primero la presentación de la declaración jurada, luego el líquido para limpiar las manos y por último la toma de temperatura, todos requisitos obligatorios para trocar un ingreso hasta hace muy poco infranqueable en el reencuentro con el deporte que aman. Diferente, claro, pero algo es algo.

“Hay que acostumbrarse”, explica Alejandro Gallardo, batallador pivot reconvertido en el preparador físico de un conjunto que estaba en pleno proceso de renovación cuando apareció la pandemia para poner el básquet en stand by. Y que este martes pudo volver a moverse. En fase 5, en nueva normalidad o como le quieran llamar. Para ellos, para todos, es volver a conectar con lo que más quieren.

Mariano Sáenz es el encargado de la subcomisión y quien llevó adelante junto con los entrenadores la organización para volver a las prácticas, con presentación de protocolos incluida. Hubo que adaptarse a las nuevas disposiciones y también acondicionar los elementos en las instalaciones a utilizar, así como acordar ingresos y egresos, turnos y división de tareas y hasta buscar las máscaras para los jugadores.

Es una realidad que no es sencillo, porque la emoción gana. Resulta harto complicado explicarle a un joven que no intente como mínimo darle la mano a un compañero, respetar la distancia siempre o evitar tocar una pelota suelta que viene al encuentro. Tampoco son cómodos los barbijos y las máscaras para algunas etapas de los entrenamientos. Pero la tarea es acomodarse, entender, respetar y hacer el esfuerzo. Todo vale para empezar poco a poco.

Nadie habla de jugar. Quizás sea para no fogonear ansiedades y todos se concentran en el momento. Mientras un grupo (aleros e internos) marcha al gimnasio con Gallardo y comienza a moverse y a realizar ejercicios y pesas, se encuentra con sectores bien delimitados, con una gran reorganización para cumplir con los protocolos.

Los más jóvenes (U17) arrancan por la cancha de la mano de Agustín Santamaría, quien dispone ejercicios físicos y luego trabajos con pelota, sobre todo en fundamentos individuales. Sin contacto, serán la vedette de las prácticas. Los pibes tienen una tarea después de culminar, deben limpiar cada una de las pelotas con un rociador y colocarlas en el fondo de cancha tal cual la recibieron, con un par de metros de distancia una de otra. Otra vez barbijo, otra vez a abrigarse y a encarar la salida, esta vez por calle Buenos Aires.

Mientras tanto, comienzan a bajar del gimnasio a la cancha el grupo que estaba realizando pesas para trabajar a las órdenes de Marcelo Roig. Y de manera instantánea, entran al club los bases y escoltas, que se dirigen al gimnasio. Entre grupo y grupo, se higienizan las instalaciones y los elementos en cada uno de los lugares en los que se realizan las prácticas.

Roig quiere que los jugadores hagan básquet, que vean posicionamientos pero quiere que haya pelota y acción. Por eso coloca una silla en un costado del rectángulo y un par de figuras de metal en la zona pintada que da a calle Buenos Aires. No habrá contacto ni pantalla humana, pero al menos se podrá simular.

“Me puso muy contento volver a escuchar el ruido de la pelota, de volver a ver a los chicos en actividad. Están entusiasmados, con ganas y energía. Si bien veníamos haciendo trabajos por Zoom y realizando trabajos físicos, obviamente no es lo mismo. Felices de poder estar en una cancha, aunque sea con restricciones, pero felices de poder volver a encontrarnos”, explica el DT y se nota la alegría en cada uno de sus basquetbolistas.

Y vuelven a jugar, a picar, a tirar al aro, que a esta altura para los pibes es como volver a respirar. Es básquet, diferente pero es básquet. Y vale la pena arrancar.

Vuelven poco a poco

Son varios los clubes de toda la provincia los que están retornando a los entrenamientos. Algunos adelantados lo hicieron la semana pasada y muchos se suman en estos días. El gobierno de Santa Fe autorizó que jugadores y jugadoras de 12 años en adelante podrán participar de estas prácticas individuales sin contacto físico en los clubes (antes era sólo para mayores de 16) en horarios de 7 a 21.

 

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