Ciudad

Satisfactorio

El viejo tranvía volvió a rodar

En la quietud de anteanoche y la madrugada de ayer la asociación Amigos del Riel hizo rodar por avenida Wheelwright el coche número 277, rescatado de un baldío y restaurado para volver en la primavera como atractivo turístico.


Los viejos adoquines de avenida Wheelwright parecieron revivir con el regreso de un viejo amigo, a la par de los comensales que estiraban la sobremesa en algunos restaurantes del lugar y no podían creer lo que veían. Es que anteanoche, a las 22.48, el tranvía Nº 277 comenzó a rodar de nuevo por los rieles de la calzada, desde Balcarce hasta Presidente Roca, en un viaje de prueba que recorrió quince veces el trayecto, hasta las tres de la madrugada, ajustando detalles de lo que será la restauración de la presencia del mítico medio de transporte en el paisaje de la ciudad.

“Todo salió como lo esperábamos: el coche respondió correctamente y las vías y la lanza que va al cable también. Fue muy emocionante poder conducirlo y ver las caras de asombro de los vecinos”, dijo Carlos Fernández Priotti, integrante de la asociación Amigos del Riel y entusiasta defensor del transporte ferrovial.

De la prueba participó el titular de la Semtur, Gustavo Perrone, junto a personal e inspectores de la Dirección Municipal de Tránsito.

Expectativa satisfecha

“El primer viaje fue algo «saltadito» por la suciedad que se junta en los rieles donde deben encajar las pestañas de las ruedas, pero luego de algunas pasadas el coche se condujo maravillosamente. Teníamos una incógnita de cómo podían responder las vías después de tantos años y soportaron perfectamente”, agregó Fernández Priotti.

Ayer por la mañana, observando con detenimiento, se podía detectar el brillo renovado del acero y el surco hendido, marca inequívoca del paso del vehículo en el ensayo sobre el terreno de lo que será la recreación, acotada y con carácter histórico-recreativo, del servicio que movilizó a los rosarinos por más de medio siglo y que la dinámica del “progreso” mandó a cuarteles de invierno en la década del 60.

El trayecto elegido pasa a espaldas de la Casa del Tango, aunando en el paisaje a dos elementos entrañablemente asociados en la mitología ciudadana.

El tranvía estará listo para poner a circular en primavera, aún resta colocar un segundo motor que está en restauración. La idea de la Municipalidad es que funcione como paseo los días domingos y feriados, ese trayecto de cinco cuadras, ida y vuelta, con una mirada turística “para que la gente se saque fotos” con un boleto de costo mínimo cuya recaudación sería destinada para el Hospital de Niños.

Paciente reconstrucción

En los galpones de la Semtur hay unos veinticinco metros de vías donde está montado el tranvía y fue allí donde superó las primeras pruebas.

“El 16 de diciembre comenzó a moverse y fuimos haciéndole ajustes, ya tiene unos 48 kilómetros recorridos en el taller. Pero la prueba más importante la superó anoche (por el martes). Fue muy emotivo ver la reacción de la gente, sobre todo de los mayores, que nos pidieron subir y obviamente no nos negamos”, contó Fernández Priotti.

El coche fue rescatado hace treinta años de un terreno junto al río en Villa Gobernador Gálvez, donde estaba arrumbado, y utilizado como refugio por los pescadores de la zona. Hoy está recuperado y puesto en valor, con su pintura y mobiliario interno originales.

“A último momento le vamos a colocar las chapas indicadoras y plaquetas y se terminarán algunos detalles mínimos como la instalación de los burletes en la puerta, pero en términos generales está listo”, afirmó el directivo de Amigos del Riel.

El tranvía, “bien rosarino” luce el número 277 tal cual lo pintó el letrista y fileteador sobreviviente de la empresa tranviaria Ulises Boschetti.

“Hablar del 277 es adentrarnos en una historia de ingenio, necesidad y vocación de servicio. Es abarcar la génesis misma de la ingeniería y de la industria rosarina, parte de la cual subsiste hasta nuestros días a través de empresas carroceras y electromecánicas.

Estudiantes, trabajadores; miles y miles de personas diariamente concurrieron a sus ocupaciones en ese coche que, al igual que tantos otros, garantizaron el transporte público durante más de cinco décadas. No es casual entonces, que a casi igual tiempo transcurrido desde su supresión, tantos rosarinos evoquen todavía al tranvía”, concluyó Fernández Priotti.

Curiosos, nostálgicos, entusiastas y quejosos

Los comensales de los restaurantes Los Ilustres y El Cholo, ubicados a la altura de calle España y Wheelwright, no salían de su asombro. Muchos de ellos de sobremesa, pasadas las once de la noche, se levantaron para ver pasar al tranvía. Algunos pidieron subir y fueron los privilegiados que consiguieron su paseo nostálgico.

“Es increíble lo que provoca en la gente y sobre todo en aquellos que de chicos viajaron en tranvía. Sólo hubo problemas con una vecina que bajó de su edificio y se acercó a los inspectores de Tránsito quejándose por los ruidos, lo que llamó la atención teniendo en cuenta que el andar del vehículo es totalmente silencioso”, relató Mariano Antenore, otro de los animadores de Amigos del Riel, sobre las reacciones que despertó el ensayo del recorrido histórico.

“Para toda la gente de la Semtur y de Amigos del Riel fue algo muy emotivo: Rosario rescata una de las glorias del transporte urbano”, señaló sobre las impresiones de los propios responsables del proyecto.

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