Política

Junta de firmas

“El uso de la mentira como instrumento político atenta fuertemente contra la democracia”

Con la proliferación de redes y medios digitales, un comunicador de la provincia de Buenos Aires, Mauro Brissio, elaboró una petición a través de Change.org para que el Congreso discuta una ley contra las noticias falsas


Mauro Brissio es magíster en Comunicación de la Universidad Nacional de La Matanza y desde hace dos meses impulsa una junta de firmas para que el Congreso nacional tome un tema de agenda que considera urgente: la viralización de noticias falsas. A través de la plataforma Change.org junta firmas para que el cuerpo legislativo se haga eco del proyecto, como lo llama, anti fake news.

En la redacción del pedido de firmas dice: “Es fundamental preservar el valor de la verdad en las noticias difundidas por los medios de comunicación, reconocer la dimensión social del derecho a la libertad de pensamiento y expresión, y garantizar el derecho a la información adecuada y veraz”. El mismo contempla posibles sanciones a periodistas, medios y hasta influencers.

En este diálogo con El Ciudadano repasó por qué considera importante que se aborde este tema desde el Poder Legislativo y cómo sería la creación de un organismo que determine la veracidad o no de la información que se publica en medios.

—¿Cómo surge la idea de este proyecto?

Surge en relación a lo que yo sufrí durante la pandemia. Tuve ataques de pánico apenas comenzó, cuando se decretó la pandemia. Me acuerdo que todo comenzó con un audio que había llegado al Whatsapp que decía que había un piso del Hospital Güemes que estaba colapsado con personas positivo de coronavirus cuando en el país recién había un caso. Obviamente si hoy lo analizás con el diario del lunes y le ponés un poquito de sentido común te das cuenta de que era imposible, pero sabemos que en estos contextos de incertidumbre, angustia y en esa búsqueda que tiene la población  por tener verdades y certezas es cuando se difunden con más fuerza este tipo de noticias. A partir de esos ataques de pánico que tuve con éstos y otros videos que llegaban, por ejemplo, de personas que no podían respirar y se morían, sumado a noticias que empezaron a tomar relevancia como tratamientos no aprobados por la Anmat, por ejemplo, tomar lavandina y demás, comencé a transitar un estado mental que me hizo mal y mi psicóloga me recomendó apagar la tele, desconectarme de las redes y después de un tiempo cuando retomé dije “si yo que me dedico a la comunicación y tengo herramientas e instrumentos para defenderme, me sentí tan vulnerado no quiero imaginar lo que sucedió con aquellas personas que no son del palo de la comunicación”. Fue ahí cuando vi fundamental y necesario comenzar a pensar algún tipo de dispositivo por parte del Estado nacional para combatir las fake news.

¿Cómo se determinaría si una noticia es falsa o no? ¿Cuáles serían los criterios, las fuentes a consultar? ¿Quién lo define? 

Quien va a determinar si una noticia es verdadera o no, va a ser un consejo civil de fake news. Este consejo va a estar conformado por organizaciones de la sociedad civil, fundaciones, colegios de profesionales, clubes de barrio, sindicatos y todas las organizaciones que quieran participar. La idea es que haya un representante por cada organización y que vaya cambiando anualmente. Los criterios y clientes a consultar van a ser los organismos estatales. La idea es que ese consejo esté nutrido por  los informes, los papers, las investigaciones que lleva adelante cada una de las áreas del Estado que es quien le va a aportar la información para que ese consejo después de contrastar las noticias con esta información objetiva que le llega de los órganos oficiales pueda establecer si lo que se difunde es falso o verdadero.

¿En definitiva quien tiene la última palabra es el Estado? 

Sí, es el Estado quién aporta las fuentes oficiales.

¿No hay información que pueda estar omitiendo el propio Estado? ¿Cómo se chequea en ese caso?

En ese caso, se podría pensar, previo chequeo de que el Estado está omitiendo información, en solicitarle a las universidades u observatorios informes que respalden o completen la información faltante.

¿Qué sanciones prevén para quienes incurran en noticias falsas? ¿La sanción sería al periodista de forma individual o al medio?

Las sanciones son económicas y se van a establecer en litros de nafta, de 1 a 10.000, según el tamaño del medio y el alcance de la publicación. La sanción será para todos los que participaron en la elaboración de la fake, ya sea el periodista, el medio o el productor. En caso de que el periodista o medio reconozcan que difundieron una fake news, se les quitará la sanción. Siempre y cuando se utilice la misma cantidad de tiempo para desmentir la información.

Con una legislación de este tipo podría haber un límite muy fino en relación a la violación de la libertad de expresión, por el tema de las sanciones, ¿cómo se garantizaría que esto no pase?

Es que esta propuesta justamente busca lo contrario: busca que se restituya el derecho vulnerado a la comunicación. Hoy ya se está vulnerando el artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica, el que plantea que existen dos dimensiones: la individual/personal y la social/colectiva. La individual es la que te protege a vos como periodista de difundir información e ideas de todo tipo, la social social/colectiva es la que garantiza que recibamos información veraz. A nadie se le quitará ese derecho. Si no pretenden pagar la multa, simplemente deben reconocer que la información que dieron era una fake news. La discusión de la libertad de prensa quedó obsoleta en la era de las redes sociales y de la comunicación digital. El artículo 14 de la Constitución Nacional es de 1853, el artículo 13 del Pacto de San José es de 1969, en ningún caso existían las redes sociales. Por eso es tan importante esta discusión, para entender que las nuevas redes han generado un nuevo escenario y que la definición de “libertad de prensa” necesita ser revisada a la luz del nuevo fenómeno.

¿Tienen el apoyo de algún sector político? 

No, no tenemos el apoyo de ningún sector político porque no pertenezco a ninguna estructura de ningún partido político. Es una iniciativa que comenzó en las redes sociales hace alrededor de dos meses y que tomó una fuerza colosal. Tal es así que se instaló con mucha potencia tanto en la agenda social como en la agenda mediática y política. Si bien hay dirigentes cercanos al Frente de Todos que se están acercando y me quieren ayudar a llevar esta propuesta al Congreso de la Nación, lo que tengo para decir es que este proyecto no responde a ninguna bandera ni a ningún partido político.  Igualmente están esperando que avance la junta de firmas para ver si realmente hay muchas necesidades y voluntades porque esto se trate.

Lo que tenemos que entender es que, primero, nos encontramos en la necesidad y en la obligación de salir de la grieta. Y segundo, entender que el uso de la mentira como instrumento político atenta fuertemente contra la democracia porque anula el acto político más importante que tenemos que es la escucha. Porque las fake news alimentan el culto del yo: parten de una verdad absoluta, entonces como las fake news no se difunden porque son falsas o verdaderas sino porque uno buscan respaldar prejuicios y formas particulares en que se tiende a ver y entender el mundo, uno busca noticias que refuerzan lo que uno piensa para decir “viste, tenía razón al final”. Entonces en una discusión ya no va a interesar saber lo que el otro piense porque uno ya tiene su verdad absoluta producto de esa fake news. ¿Y qué hace uno? Anular al otro, no va a interesar lo que piense o proponga el otro: ahí se anula la democracia porque se anula la escucha. Si no hay escucha no hay debate, no hay disensos, no hay acuerdos y si no hay acuerdos, una sociedad no va a poder estar organizada.

En una nota que hablaste de una noticia falsa por día, ¿cómo establés ese número? ¿Hay alguna sección o temática en la que aparezcan más noticias falsas?

Hablo de una fake news por día producto del trabajo individual que hago rastreándolas. Lo que planteo últimamente es que así como hay un contexto que es el de la pandemia y que propicia las condiciones objetivas y subjetivas para la difusión de estas noticia falsas, también hay otros contextos, por ejemplo, la guerra entre Rusia y Ucrania donde vimos que gran parte de la información que consumíamos era completamente falsa. Se calcula que cerca del 95 por ciento de la información que circula en las redes sobre la guerra es completamente falsa y es producto de esa estrategia de desinformación por parte de la Otan. Ahora nos estamos acercando a otro nuevo escenario que también permite esta difusión de noticias falsas como lo es el contexto electoral. Entonces lo que siempre digo es que en este contexto y en esta cercanía a las elecciones ejecutivas del 2023 vamos a ir en una pendiente en ascenso, día tras día vamos a ver cómo aumentan las fake news. No sabemos cuántas noticias falsas vamos a tener por semana, no sabemos si vamos a tener cinco o diez o veinte o cincuenta o cien. Lo que sí está claro es que a medida que nos vayamos acercando este número irá en aumento. Obviamente la sección donde mas fake news aparecen son las vinculadas a la política. Porque las fake news son pura y exclusivamente operaciones políticas sino no son fake news. La definición de fake news es noticia errónea o falsa que se encuentra financiada por grupos de poder que son, además, operaciones políticas y para que se difundan necesitan de una comunidad organizada de operadores. Por lo tanto, a todas las fake news las vamos a encontrar en el ámbito político porque es donde se busca dañar a una persona y lo que genera son intereses de fondo por lo tanto solamente en esta sección vamos a encontrar las fake news.

¿Hay una forma, una metodología, en que aparecen estas noticias falsas? ¿Hay algo del orden del rumor, y la imprudencia de no chequear, o son lisa y llanamente operaciones políticas?

Sí, encontramos una forma en que aparecen estas informaciones. Hay múltiples categorías. Por ejemplo, una es el contexto falso: es cuando se saca de contexto las declaraciones de una persona. Los que estudiamos comunicación bien sabemos que lo que determina el significado de un concepto es el contexto y si lo desvinculás pierde esa carga que tenía, por lo tanto es muy común que suceda. De hecho, pasó hace unos días con una mujer titular de planes sociales en una entrevista que le hicieron en TN. La entrevista fue recortada de forma malintencionada y parecía que ella decía que no quería trabajar y en realidad planteaba que no estaba de acuerdo en trabajar diez horas por día por el pago de un salario social, que hoy estamos hablando de 21 mil pesos. Ahí tenés una categoría que es contexto falso. Después, por ejemplo, la categoría de conexión falsa: es cuando el titular plantea una cosa y el contenido de la noticia planeta otra completamente distinta. Acá tenemos el diario Clarín o Infobae que son campeones mundiales en esto y lo hacen todo el tiempo. También sabemos que es una forma de llamar la atención, propia de una metodología de prensa amarillista pero tenemos que saber que cuando el titulo plantea una cosa y el contenida o la foto están totalmente desvinculados eso también es una fake news. Después, incluso podemos tener lo que es páginas falsas que es cuando circula información de paginas apócrifas, que no son verdaderas. Hay diferentes formas de chequear si la página que se difunde es falsa o verdadera.

— ¿Se considera la incorporación de universidades y escuelas de periodismo y comunicación para elaborar el proyecto?

La idea es que de la elaboración final participen escuelas de periodismo, universidades, observatorios. Necesitamos que las políticas se construyan de abajo hacia arriba no de arriba hacia abajo. Por lo tanto, si queremos que esta propuesta sea traccionada, empujada, reconocida por todos los sectores de la sociedad civil, necesitamos que estos sectores que tienen una trayectoria importantísima a lo largo y ancho del país e incluso en los territorios en los que se encuentran aporten esas experiencias en el armado del proyecto. Si no hacemos que estos actores sean parte del proyecto difícilmente después quieran apoyarlo, entonces es fundamental para todo tipo de acción política y para sumar acuerdos y voluntades. Sumar todas las voces que hay en un país y un territorio en una temática específica.

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