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El universo de humor y espionaje de la saga “Kingsman” volvió a las salas con su tercera entrega

Es una película “muy épica” para que el público “escape en una historia que viaja en muchas direcciones diferentes”, apuntó Harris Dickinson protagonista del film que dirige Matthew Vaughn y que puede verse desde el jueves en las salas locales


King’s Man: El origen, la tercera cinta de la saga de películas de comedia y espías Kingsman realizada por el director británico Matthew Vaughn, que con los protagónicos de Ralph Fiennes, Harris Dickinson y Rhys Ifans narra el nacimiento de esa agencia de inteligencia ficticia en el marco de la Primera Guerra Mundial, llegó el pasado jueves a las salas con una propuesta “muy épica” para que el público “escape en una historia que viaja en muchas direcciones diferentes”.

Así lo resumió Dickinson el estilo de esta producción en una entrevista junto a Ifans con la agencia nacional de noticias Télam y otros medios internacionales en la que conversaron sobre el film que convierte en trilogía lo que comenzó en 2014 cuando Vaughn adaptó por primera vez para la pantalla grande el cómic The Secret Service, escrito por Mark Millar y Dave Gibbons, ambos conocidos por crear populares relatos como los de Kick-Ass y Watchmen, respectivamente.

Sin embargo, el tono y la estética atrapantes que caracterizaron a Kingsman: El servicio secreto y a su sucesora, Kingsman: El círculo dorado (2017), ambas con Colin Firth y Taron Egerton en los papeles principales, son reemplazados en esta ocasión por un ritmo menos frenético e inyectados con una dosis de dramatismo que busca sintonizar con el trágico escenario en el que se sitúa.

De esa manera, las estilizadas y vertiginosas secuencias de acción y peleas que abundan en las primeras entregas pasan a un segundo plano para dar espacio a un relato más emotivo y familiar, aunque sin abandonar del todo el humor negro tan bien recibido por las y los seguidores de la franquicia.

Con ese espíritu se dispara la narrativa de King’s Man: El origen, en la que Fiennes encarna a Orlando, el duque de Oxford, un hombre de ideología pacifista que tras la muerte de su esposa durante una visita a un campo de concentración en Sudáfrica como representantes de la Cruz Roja en 1902, queda a cargo de la crianza de su pequeño hijo, Conrad (Dickinson).

El episodio lleva además al aristócrata a convencerse de la necesidad de crear un equipo que pueda adelantarse a la implosión de violentos conflictos, por lo que a lo largo de 12 años recluta a dos de sus sirvientes, Shola (Djimon Hounsou) y Polly (Gemma Arterton), para conformar una red de espionaje que proteja al Reino Unido de la Gran Guerra que ya se avizoraba en el futuro próximo.

Para ese momento, Conrad ya es un adolescente que “intenta romper las cadenas de su estilo de vida” aunque “todos dudan de su valentía”, según explicó Dickinson sobre el devenir de su personaje, sobreprotegido por un padre que quiere evitar a toda costa que el jovencito se una al sangriento y extenuante combate de lo que fue el primer conflicto bélico a escala mundial de la historia.

“Está en esa edad en la que realmente empezás a enfrentarte con tus padres, con la moral de las decisiones que toman, y creo que en ese sentido él es un poco inocente, porque no entiende realmente en lo que se está metiendo”, apuntó el actor británico.

Es que en esta versión de los hechos, el peligro se agranda cuando la incipiente organización de inteligencia descubre que detrás de la guerra está el misterioso Pastor (Matthew Goode), un temible villano que intenta a toda costa enfrentar a los imperios ruso, británico y alemán con la ayuda de sus secuaces.

Entre ellos se encuentra el infame Grigori Rasputin, el autoproclamado monje y asesor del zar Nicolás II de Rusia que existió en la vida real pero que en la ficción es un bizarro antagonista interpretado por Rhys Ifans, recordado como el desastroso compañero de casa de Hugh Grant en Un lugar llamado Notting Hill (1999) y como el padre de Luna Lovegood en la saga fílmica de Harry Potter.

“Fue fantástico porque no tuve que interpretar de una manera tan rígida a este personaje, porque en el universo de Kingsman hay espacio para ser subversivo y malicioso. Matthew (Vaughn) alentó mucho eso para darle vida a Rasputin, él necesitaba que fuera alguien que causara temor pero que también le cayera bien al público, tenía que ser todas esas cosas”, contó el galés.

Todos esos elementos conforman lo que Ifans describió como una “lasaña” cinematográfica en la que se identifican distintas capas que saltan de la comedia al drama y de la acción a un sintético pero sentido homenaje a las víctimas de la Primera Guerra, con sus repugnantes trincheras y el horror de la muerte industrializada.

“Creo que el tema se toca con reverencia, no le pasa por al lado haciendo una caricatura de la situación. Tiene el balance de que cada personaje esté enmarcado desde un lugar humorístico que se mezcla con los hechos, con los villanos y los políticos, y está muy bien porque de otra manera hubiese sido una historia demasiado respetuosa”, ahondó Dickinson sobre esa faceta de la producción.

Y en esa línea, Ifans agregó que “lo que más odian los dictadores en el mundo es que se burlen de ellos”: “Cuando contamos la historia de esas personas que produjeron esa guerra que le costó la vida a millones de personas inocentes, nos reímos de esas figuras pero de la manera correcta, sin minimizar o ignorar la devastación”, señaló.

King’s Man: El origen llegó con esa oferta de acentos que la distingue de las anteriores películas de la saga más de dos años después de su fecha de estreno original, prevista para fines de 2019, cuando debió ser pospuesta en varias ocasiones debido al estallido de la crisis sanitaria por el coronavirus.

Por eso, en relación a su esperado desembarco en las salas, Ifans consideró que “como especie humana tenemos algo en común en este momento, que son las experiencias por las que estamos pasando con la pandemia”.

“Espero que todos puedan juntarse de manera segura en un mismo lugar, quizás por primera vez en muchísimo tiempo, y mirar una película que los haga emocionar y salir con la sensación de unión, de haber disfrutado ese rato. Es algo simple que creo que todos merecemos, y es la opción perfecta para este momento”, concluyó.

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