Espectáculos

El fin de semana en La Comedia

“El Trinche es un hombre que eligió desde el deseo”

El prestigioso director teatral Jorge Eines habla de “El mejor futbolista del mundo”, obra inspirada en el ídolo de Central Córdoba


Alguien que pudo haber tenido todo pero eligió la nada, es alguien diferente. Pero alguien que, para algunos, pudo haber sido un jugador de fútbol superior a Maradona pero eligió no serlo, está aún más corrido de la media. Tomás Felipe “Trinche” Carlovich (Rosario, 1946) es un ex futbolista convertido en leyenda del que poco se sabe por estos días. Se crió en Barrio Belgrano, se inició en las inferiores de Rosario Central, y en 1972 se sumó al club que lo tendría como ídolo: Central Córdoba. Jugó además en Colón donde finalizó su recorrido por la Primera División. Lo que vino después, en el fútbol del ascenso, magnificó aún más su figura llevándola a la categoría de mito popular.

Jorge Eines, director.

 

“Esta obra es una proyección: de pronto pensé cuál sería el impulso de ese lugar del deseo más profundo de alguien que quiere jugar al fútbol y no ganar dinero; alguien que ama lo que hace y ama hacerlo, y qué hace con aquellos que se supone esperan algo de él”

El mejor futbolista del mundo, obra teatral que el viernes tendrá su estreno oficial en Rosario, toma como disparador la vida del Trinche Carlovich, un personaje que se reveló como una fuerte inspiración para el talentoso director y maestro del teatro argentino, radicado en España, Jorge Eines, quien junto al dramaturgo José Ramón Fernández elaboró esta especie de biopic con vuelo propio, que mezcla momentos de la vida del personaje con la filosofía, la música y la metáfora que debe encerrar siempre una buena obra de teatro.

“Esencialmente, lo que me llevó a pensar en esta obra fue mi pasión por el fútbol, pero por un fútbol perdido, por un fútbol negado por una realidad que muchas veces nos envuelve en el resultado, en las cuestiones económicas, en el éxito y la fama; aquí está mi amor por un fútbol que yo jugué, es mi amor por un tipo de fútbol muy particular que casi ya no existe. Y buscando un mito que me alumbrara, que me iluminara, lo conseguí en el Trinche”, dice Jorge Eines acerca de lo que, en un principio, fue una especie de “monólogo beckettiano” que poco a poco comenzó a tomar forma y se completó en los ensayos junto a los actores.

De alto vuelo

“Esta obra es una proyección: de pronto pensé cuál sería el impulso de ese lugar del deseo más profundo de alguien que quiere jugar al fútbol y no ganar dinero; alguien que ama lo que hace y ama hacerlo, y qué hace con aquellos que se supone esperan algo de él. Fue desde esa mirada que empecé a construir algo que me permitía asociar al Trinche con cosas que, habitualmente, al jugador de fútbol no se lo asocia. Por ejemplo con lo filosófico, como para entender la vida desde otro lugar, o con la música: nuestro Trinche canta ópera, y todo surge de una manera mía de acercarme a los personajes desde la escritura”, dijo Eines. Y completó: “Después, en los ensayos, me encontré con dos grandes actores, Claudio Garófalo y Lucas Ranzani, y eso fue como cerrar el ámbito de la construcción del objeto de lo que a mí como director me interesa construir, planteándonos interrogantes y elaborando juntos las respuestas; el Trinche es el recurso para generar una fantasía que, obviamente, nace en muchas de las cosas de su vida real”.

“Lo primero que atrapa de su vida son esos momentos de partidos emblemáticos, pero en realidad, lo que más me atrapó después fue poder entender que no le interesó el hecho de colgarse medallas porque fue capaz de decirle no a Pelé cuando en un momento quiso llevarlo al Santos”

El mejor futbolista del mundo, en ciernes, es una puesta teatral que ve la vida “como se mira el fútbol”, con el alma y el corazón en la garganta, y que la quiere entender de la misma manera. En la obra, un joven periodista (Ranzani) se acerca al Trinche (Garófalo) para armar su partido homenaje. Pero una vez ahí, junto a él, descubre que detrás de la leyenda del deporte se encuentra un hombre que tiene mucho más para decir que unas palabras de despedida, y juntos emprenden un viaje por los recuerdos, las anécdotas, los mitos y leyendas que lo envuelven.

“Lucas Ranzani es un periodista que se acerca a la casa del Trinche porque lo que quiere en realidad es armar un partido homenaje: busca saber algo de su vida y lo que le ocurre es que se enamora de este personaje, de su recorrido, de su obra, y sobre todo, de su manera de entender el mundo; se enamora de lo que el Trinche le transmite en oposición a lo que es el mundo del fútbol de hoy, y todo eso adquiere trascendencia porque se vuelve algo inesperado”, expresó el director de, entre otras, una recordada versión de Woyzeck de Georg Büchner, e Ivànov, La Gaviota y Tio Vania, de Chejov, entre muchas más, como Los paraísos perdidos y Alrededor de Borges, sobre textos de Jorge Luis Borges, uno de sus autores más admirados.

“Con esta obra, yo también formo parte de ese mundo que, de hecho, está lleno de contradicciones, pero eso no me inhabilita a pensar como pienso y a ver la vida desde una ideología y desde un modo de entender el mundo, que es lo que busco expresar siempre en mi teatro. En eso Borges tenía razón, aunque no fuera adicto al fútbol”

“Lo primero que atrapa de su vida son esos momentos de partidos emblemáticos, pero en realidad, lo que más me atrapó después fue poder entender que no le interesó el hecho de colgarse medallas porque fue capaz de decirle no a Pelé cuando en un momento quiso llevarlo al Santos. No es un problema de una moral compleja, no fue porque estaba jugando y el entendía que eso era lo que tenía que hacer, pero además era lo que más le gustaba en la vida, jugar al fútbol, y no esa otra parte que tiene que ver con la trascendencia social, con la fama, con el dinero, cosas que hoy en día se consideran prioritarias. El Trinche es un hombre que eligió desde el deseo, desde la realización personal, algo que está muy lejos de la necesidad de colgarse medallas de héroe”

Lejos de la mística

En cierta medida inspirado en el desencanto de un mundo como el del fútbol que poco a poco ha perdido la mística, el director expresó: “Creo que el fútbol está caminando por territorios casi ridículos, sobre todo cuando uno escucha, por ejemplo, que el gran problema de Cristiano Ronaldo es que Messi gana 20 millones de dólares al año más que él y está muy ofendido, sin mirar lo que pasa a su alrededor en el mundo real. Todas estas cosas, como lo que giró alrededor de la derrota de Argentina frente a España de esta semana, son absolutamente agotadoras porque finalmente lo único que importa es el resultado y eso anula la posibilidad de jugar en serio”.

Eines, que sostiene que “el sentido de lo estético en lo teatral es inseparable de una melancolía singular”, y que “la experiencia de lo estético en su fusión con lo ético puede ser la reminiscencia de un paraíso perdido”, expresó finalmente: “Con esta obra, yo también formo parte de ese mundo que, de hecho, está lleno de contradicciones, pero eso no me inhabilita a pensar como pienso y a ver la vida desde una ideología y desde un modo de entender el mundo, que es lo que busco expresar siempre en mi teatro. En eso Borges tenía razón, aunque no fuera adicto al fútbol. Nosotros sí lo somos y por eso necesitamos contar e implicarnos en esta historia”.

Para agendar

El mejor jugador del mundo tendrá su estreno en Rosario con dos funciones: el viernes y el sábado, a partir de las 21, en el teatro La Comedia, de Mitre y Ricardone. Entradas desde 200 pesos.