Política

Idas y vueltas

El trasfondo de la renuncia fallida del jefe de gabinete de Berni: reproches y bronca con la Rosada

Mario Baudry anunció que daría un paso al costado pero finalmente seguirá en un puesto clave dentro de la cartera de Seguridad bonaerense. Había apuntado fuerte contra un funcionario muy cercano a Alberto Fernández


Por Data Clave / Manuel Jove

Mientras un aumento en los casos de inseguridad sacude al Conurbano, una serie de polémicas y pujas internas sacuden al ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. Mario Baudry, hombre de confianza de Sergio Berni y virtual segundo de la cartera, presentó su renuncia y pretendía alejarse del cargo, pero finalmente seguirá.

El ministro bonaerense la aseguró a Data Clave que desconoce los motivos de la renuncia. “Ni le acepté ni a rechacé. No se la puedo aceptar sin saber de que se trata, pero él armo este quilombo, que se haga cargo ahora”, disparó en diálogo con este medio.

Berni tuvo públicos y reiterados cortocircuitos con su par de Nación, Sabina Frederic. El nuevo escándalo en el área de Seguridad esta vinculado de forma lateral con esos roces y, sobre todo, con otras diferencias con funcionarios nacionales. Baudry reconoce que su intento de salida tiene que ver con un desgaste importante.

La semana pasada Mario Baudry salió con los tapones de punta en la red social Twitter. Apuntó directamente contra uno de los integtegrantes del círculo más íntimo de Alberto Fernández, aunque sin nombrarlo. Se trata de Juan Pablo Biondi, vocero presidencial, a quien le atribuye una operación en su contra.

Mario Raul Baudry on Twitter

Baudry tiene una relación con Verónica Ojeda, la expareja de Diego Armando Maradona y madre de su hijo menor. A fines de junio ella había sido denunciada por violar la cuarentena. Fue detenida en un control policial y, según el relato de los oficiales a cargo, quiso “chapear” con el cargo de su novio y su contacto directo con Berni. Presentó un permiso para circular exclusivo para funcionarios públicos y llamó al propio Baudry, quien arribó unos minutos después y fue acusado de “abusar de su autoridad”.

Esos hechos fueron relatados ante los medios de comunicación nacionales por el secretario de Protección Ciudadana y Habilitaciones de Brandsen, Marcelo Castillo. Sergio Berni respaldó entonces a su Jefe de Gabinete: “Me aseguró que no pasó lo que se dicen y me contó su verdad. No tengo por qué no creerle”, le dijo a la señal de noticas TN.

Unos días antes de la publicación de Baudry contra Biondi, había circulado en la misma red social una noticia falsa sobre Verónica Ojeda y un supuesto cargo en el ministerio de Seguridad bonaerense con un sueldo elevado. El hombre cercano a Berni cree que el vocero presidencial fue uno de los que ayudó a esparcir esa versión. Desde el gobierno nacional lo desmienten de manera contundente.

Baudry junto a su novia, Verónica Ojeda.
Baudry junto a su novia, Verónica Ojeda.

Juan Pablo Biondi es uno de los pocos funcionarios nacionales que tiene una oficina instalada en la Quinta de Olivos y trato diario con Alberto Fernández. Conoce a Baudry por su pasado como asesor de prensa de Alejandro Granados intendente de Ezeiza, municipio en el que reside el Jefe de Gabinete del ministerio de Seguridad.

Tanto en Casa Rosada como en La Plata coinciden en que es Mario Baudry uno de los responsables del alto perfil de Berni. Aseguran que lo arenga en ese sentido. Desde el entorno del ministro bonaerense dicen que ese planteo es falso. “Berni es así porque es así, no porque alguien le diga lo que tiene que hacer o decir”, explican desde su entorno.

Mario Raúl Baudry es abogado y escribano. Se define a si mismo como “un caballero” y fue hasta diciembre de 2019 director de la revista La Tecla, un medio dedicado a la política provincial. Además, estuvo casado con Myriam René Balcedo, la hermana del ex dirigente del Sindicato de Obreros y Minoridad Y Educación (SOEME), Marcelo Balcedo.

Para afuera, desde el Frente de Todos buscan bajarle el precio a la pública e ininterrumpida interna de Sergio Berni con su par de Nación, Sabina Frederic. Puertas adentro, no alcanzan las manos para agarrarse la cabeza con cada nuevo capítulo de esa mediática pelea. “Lo de Berno es insólito”, reconoce una fuente de uno de los ministerios más importantes de la Provincia.

El “show” de Puente La Noria todavía hace ruido. Fue, para muchos, el punto de inflexión. La cuarentena estricta ya quedó atrás pero la cicatriz de aquella secuencia en la que Berni aleccionó a los efectivos de la Policía Federal, hipnotizó las cámaras y se adueñó de los micrófonos, no termina de curar. Todo lo que vino después no hizo más que acentuar las diferencias entre el grueso del oficialismo y llanero solitario del espacio.

“No se entiende a qué juega”, repiten varios referentes bonaerenses. Y no es la única frase en común. “Pareciera que está en campaña todo el tiempo”, coinciden. La respuesta sea quizás más sencilla de lo que se cree: Berni juega para él. Aceptó su actual cargo con cierta disconformidad. Después de fracasar en su deseo de ir por la gobernación en 2019, el médico cirujano con pasado militar quería ser el elegido para ocupar cartera de seguridad en el gabinete nacional. Alberto Fernández necesitaba a alguien con un perfil más moderado y, muy a su pesar, quedó relegado a la Provincia.

Desde entonces, el ministro provincial marca una presencia casi constante con su estilo confrontativo y no se calla nada. Se considera a sí mismo “un capitán del sentido común”. Apareció con un arma larga en un operativo Zárate, comparó los contagios en barrios populares con “una explosión nuclear”, chicaneó sin disimulo a un íntimo “albertista” como Juanchi Zabaleta por redes sociales y aseguró que Cristina es la única líder del peronismo cada vez que tuvo oportunidad.

Se cruzó con intendentes por la escasez de recursos en el conurbano pero se había enojado antes con Frederic por “saltearlo” al momento de consultarle a los jefes comunales respecto a sus necesidades en temas de seguridad. Ese hecho puntual, potenciado por el recelo lógico por ocupar el puesto que él pretendía, fue el gran detonante en la relación de los ministros. Lo que pasó después es de público conocimiento.

Descartan, por el momento, una pronta salida. “No son tiempos para hacer cambios, ahora no se puede hacer nada”, confiesan en el kicillofismo. Además, Berni aun cuenta con el visto bueno de Cristina, que parece ser la última en guardar un dejo de tolerancia hacia sus reacciones. Sin embargo, aseguran que la tensa cuerda que ata al gobierno bonaerense con su ministro de seguridad podría cortarse por cualquiera de los dos extremos.

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