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El trasbordador va al museo

Con el lanzamiento del Atlantis, el viernes, Estados Unidos clausurará el programa de vuelos con el taxi espacial, su primera nave reutilizable. El final del ciclo deja a 28 mil técnicos y operarios sin empleo.

El lanzamiento del Atlantis, programado para el próximo viernes, marcará la última misión del programa de treinta años de transbordadores de Estados Unidos que permitió la construcción de la Estación Espacial Internacional (EEI).

Ese último despegue del Atlantis para una misión de doce días será el número 135 del programa y se estima que será presenciado por un millón de personas.

El trasbordador está programado para despegar del Centro Espacial Kennedy, en Florida, a las 11.26 hora de Greenwich. La cuenta regresiva comienza oficialmente el martes a las 17 del uso horario de referencia internacional

La misión –conocida como STS-135– tiene como finalidad transportar la mayor cantidad posible de provisiones a la EEI, cuya utilización fue prolongada el año pasado hasta al menos 2020.

El Atlantis es el cuarto trasbordador construido por Estados Unidos. Tuvo su bautismo espacial el 3 de octubre de 1985 y al regresar a Tierra habrá realizado 33 vuelos; catorce de ellos a la EEI, antes de ir a un museo.

En el Atlantis viajarán cuatro astronautas estadounidenses –contra siete habitualmente– todos muy experimentados, entre ellos el piloto Chris Ferguseson, de 49 años, y el copiloto Doug Hurley, de 44 años.

Se necesitaron veinticinco vuelos de trasbordadores desde 1998 para terminar el proyecto de la Estación en el cual participaron dieciséis países, entre ellos Estados Unidos, Rusia, Canadá, Japón y varias naciones europeos, y que costó 100.000 millones de dólares.

El programa de trasbordadores vivió dos episodios trágicos: el accidente del Challenger en 1986 y el del Columbia en 2003, que dejaron en total catorce muertos.

El fin del programa de trasbordadores es un auténtico golpe para la economía local. Unos ocho mil empleos directos y cerca de veinte mil indirectos desaparecerán según funcionarios locales.

“Sabíamos desde hace algunos años que el programa del trasbordador iba a terminar; (es) un programa al cual muchos de sus técnicos e ingenieros consagraron treinta años de su vida y con el final ahora próximo el ánimo es cada vez más sombrío”, dijo recientemente Mike Leinbach, director del lanzamiento.

Luego de que el Atlantis regrese a la Tierra el programa de trasbordadores de Estados Unidos concluirá de forma oficial, dejando a Rusia como la única nación en el mundo capaz de transportar astronautas al espacio.

Compañías privadas compiten para construir la próxima generación de naves espaciales estadounidenses, pero es poco probable que terminen de construir un vehículo de este tipo antes de 2015.

Con la última misión del trasbordador, “se da la vuelta a una página de la historia espacial, pero el liderazgo estadounidense en el espacio continuará”, afirmó el viernes pasado el jefe de la Nasa, Charles Bolden.

“Tenemos que hacer las cosas de otra forma”, añadió Bolden, refiriéndose a las actuales dificultades presupuestarias de Estados Unidos y defendiendo la anulación del programa Constellation por el presidente Barack Hussein Obama.

“Debemos concentrarnos en la exploración espacial habitada lejana, desarrollando nuevas tecnologías y alentando a aquellos que innovan. A asegurar vuelos sobre la órbita terrestre baja hacia la Estación Espacial Internacional, agregó.

Según el jefe de la agencia espacial estadounidense: “La Estación es el apogeo de nuestras realizaciones tecnológicas actuales y un camino hacia el resto del sistema solar”.

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