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El tesón por no dejarse vencer

El Movimiento Unidad de Ciegos Ambliopes de Rosario lleva 27 años abriendo puertas a no videntes de la ciudad. También fabrica pizarras y punzones e imprime libros con el sistema de escritura Braille.

Por: Luciana Sosa

Dicen que la lucha, por el motivo que sea, necesita sólo de la fuerza del ser humano. No se habla de contextura física, ni de habilidades motrices; sólo de fuerza interior y objetivos claros. Cuando este objetivo claro es vivir se supone que ya no existe fuerza más grande para ganar una batalla. Guido Maranzana es uno de estos ejemplos. A sus 75 años es padre de dos hijos y tiene cuatro nietos, es afinador de pianos, fue docente de música durante veinte años y un tiempo más como integrante, ahora tesorero, del Movimiento Unidad de Ciegos Ambliopes de Rosario (Mucar, Córdoba 3052, departamento 4). Guido Maranzana es ciego desde los tres años, y aún no puede saber por qué. Desde el Movimiento, tanto en su creación como en el día a día, trabaja por una mejora en la calidad de vida de sus pares no videntes. Hoy el Mucar es reconocido por su fábrica de pizarras Braille y sus impresiones literarias, en el mismo sistema de escritura para ciegos, que no dejan de venderse en el exterior.

El Mucar lleva veintisiete años en la ciudad y se fundó por la inquietud de la mayoría del personal ciego de la escuela para no videntes y disminuidos visuales Luis Braille, hoy centro de rehabilitación.

“En 1981 se creó el profesorado para ciegos. Éramos doce maestros ciegos que formábamos el plantel de la escuela y muchos jóvenes querían seguir nuestro ejemplo de enseñar a pesar de no poder ver. Pero en otros establecimientos se les pedía un título universitario, dado que este perfeccionamiento era un posgrado. Así nació la idea de crear una institución para luchar por el ingreso de los ciegos al profesorado con sólo el secundario completo. Es así como cada 2 de junio, desde 1981, celebramos la creación del Mucar”, relató su tesorero.

A la vez comentó que la lucha por la integración de los no videntes al ámbito laboral y educativo sigue vigente. De hecho lograron la transformación del plan de estudios del profesorado en general, dado que en vez del título de maestro de grado ahora sólo se pide el secundario aprobado. “El profesorado alargó su plan de estudios con materias pedagógicas y se recibieron diez profesores ciegos que trabajan actualmente en la ciudad. Ése es un logro que obtuvimos por la fuerza entre todos”, expresó Maranzana, orgulloso.

Luego informó que el grupo sigue en la búsqueda de trabajo para los ciegos de la ciudad. “Hay un plan desarrollado en España, el país más avanzado en cuanto a recursos relativos a la ceguera. Este plan se llama “Plan Ágora” y tomando esa idea, capacitamos a no videntes en el uso de computadoras, que es el arma más poderosa para que el ciego pueda trabajar hoy en día”, comentó, y agregó que gracias a esta capacitación, muchos no videntes de la ciudad están trabajando en los llamados call center de distintas empresas.

En las instalaciones del Mucar también se fabrican productos de uso diario para ciegos, como bastones blancos y pizarras para escribir en Braille. “Siempre se realizaron con materiales importados, pero nos comprometimos con el gobierno a que, si nos apoyan económicamente, en vez de vender las pizarras a 10 dólares, como las importadas, las hacemos por 5”, apuntó.

Estas tablas, tal como explicó, constan de dos planchas de plástico, una de ellas con cuadrículas donde están los seis puntos clave del sistema Braille, y otra “agujereada”, donde se introduce el punzón que el mismo grupo fabrica. “Muchas de las pizarras importadas son de un plástico de mala calidad, por ende, al introducir tanto el punzón se rompen con facilidad”, explicó Maranzana, y comentó con énfasis que ya han vendido 250 placas a México, esperan la confirmación de otras tantas a Paraguay y tienen consultas desde otros puntos del mundo para nuevos envíos.

Por otra parte, el espacio también alberga impresoras especiales para la producción de libros (para todas las edades, según los requerimientos recibidos) en este sistema de lectura para ciegos.

Consultado sobre el motivo de tanto trabajo, Maranzana opta por una explicación simple: “Soy ciego desde los 3 años, nunca se supo por qué: no tengo antecedentes y mis hijos y nietos no tiene problemas de visión. Lo único que hice fue vivir y tratar de que mis pares también lo hagan, y si eso requería de trabajar y luchar por abrir puertas para integrarlos a la sociedad, bienvenido fue”.

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