En las últimas semanas un par de plataformas han lanzado, casi al mismo tiempo, algunas propuestas destacables. Prime, cambiando su política habitual para estrenar todos los capítulos de las temporadas de una sola vez, subió Fallout, fantasía post-apocalíptica basada en un famoso videojuego, comandada por Jonathan Nolan y Lisa Joy, responsables de la maravillosa Westworld. Bajo la misma forma de estreno simultáneo, la cadena sorprendió con la segunda temporada de Outer Range, una de las joyas de los últimos años, que aún permanece algo escondida. Apple +, por su parte, viene de presentar su destacable Constelación, intrincada trama de universos paralelos que no cumplió con las expectativas de público y terminó en cancelación, y la semana pasada, insistiendo en el tema del multiverso, lanzó Dark Matter, otra notable aproximación al tema.
El tema de la existencia de universos paralelos no es nada nuevo en el cine de ciencia ficción, aunque durante los últimos años las películas de superhéroes lo hayan popularizado a otro nivel, hasta cristalizar, por fuera de ese terreno, en la pobre y sobredimensionada Everything Everywhere All at Once. Las ricas aristas narrativas posibilitadas por el tema, la mayoría de las veces no pasan de ser meros recursos narrativos que apuntan a una confusión tan canchera como innecesaria.
En el mundo de las series se ha explorado repetidas veces, con el estandarte erigido allá por el 2005 por la fantástica Fringe, que supo extraer del tema infinidad de derivas complejas e incómodas sin abandonar su juguetón espíritu de clase B. También por esos años la cadena AMC se jugaba con un proyecto oscuro e interesante pero lamentablemente sin continuidad, Wake Up. Más cercanamente harían su aparición la también destacable y poco conocida Counterpart, a la que se irían sumando otras propuestas, como las contemporáneas La señal, otro inconsistente producto de Netflix, y las mencionadas Constelación y Dark Matter, ambas de Apple +.
Una realidad paralela
Dark Matter es una creación del escritor Blake Crouch, de quien ya se había visto la divertidísima adaptación de Wayward Pines. En este caso, Crouch asume la responsabilidad de adaptar él mismo su obra para llevarla al formato serial.
La serie narra las peripecias de Jason (Joel Edgerton), un profesor de física que lleva una vida ordinaria junto a su esposa Daniella (Jenifer Connely), y a su hijo de 15 años. Una noche, de regreso a su casa tras un encuentro con un amigo, es raptado por un hombre enmascarado. Jason despertará en una suerte de mundo alternativo, en el cual no está en pareja con Daniella, su hijo no existe, y él mismo es un famoso científico que lleva adelante un experimento radical de física cuántica. Todo esto sucede apenas comenzado el relato, sin demoras, develándose rápidamente que el hombre enmascarado que lo raptó es otra versión de sí mismo proveniente de una realidad paralela, y que, por algún motivo desconocido para él, ha decidió cambiar los roles.
Si en algo destacan los productos de Apple+ es en su singular abordaje dramático de las situaciones. Con mayores o menores logros, la cadena apuesta por desarrollar ideas intrincadas sin abandonar la sólida construcción de personajes y el despliegue de conflictos dramáticos consistentes. En Dark Matter, como ya se ha visto en otras propuestas (Counterpart, por ejemplo), las realidades alternativas, más allá de su dimensión fantástica ligada a la siempre atractiva especulación científica, son el vehículo coherente para abordar temas intimistas ligados a la toma de decisiones personales y a sus consecuencias vitales, en la propia vida y en todo el entorno.
El desocultamiento de otros mundos
Siguiendo la intrincada trama de un thriller de ciencia ficción, Dark Matter, se aferra sin embargo a la situación de Jason, quien se ve enfrentado a dos versiones de sí mismo que han partido de un momento de decisión en el que se abrieron diferentes vidas alternativas. No se trata por tanto solamente de dilucidar un complicado misterio, sino de tomarlo como base para otro tipo de conflictos. El tema central, en ese punto, es el enfrentamiento con ese otro yo en el que se cristaliza la posibilidad de otra vida, y con ella el desocultamiento de innumerables posibilidades capaces de engendrar otras vidas y otros mundos.
Se trata de la angustia inevitable ante lo posible de otra vida propia, de que todo hubiese sido de otro modo ante decisiones en apariencia menores. Angustia que podía permanecer latente pero que aquí sale a luz con violencia al enfrentarse a la existencia de un otro mundo que, sin más, la materializa en una “otra” existencia concreta. En esa situación anómala, al verse cara a cara con esa otra situación, se hace patente lo posible de otras vidas, quizás mejores, quizás peores, pero fraguadas extrañamente sobre bases similares. Allí, las variadas posibilidades de lo que pudo haber sido la propia vida dejan de ser una pura especulación para volverse una realidad concreta. La otra vida está allí, frente a frente, cara a cara, vivida, dejando a la intemperie lo peor y lo mejor del propio presente y del “uno mismo”. Allí está ese otro/otra que es uno, pero que al mismo tiempo ya no lo es, porque acontecimientos fortuitos lo han constituido de otro modo. En ese otro/otra está la duda sobre lo que a uno/una lo constituye: todas las miserias ocultas que allí se visibilizan y todas las carencias propias que allí se encuentran solventadas, los daños que se han hecho, las heridas infringidas. Y ese es el dilema que se abre a la perspectiva dramática más interesante de la serie. De un modo o de otro, el terror que abisma es enfrentarse a otra posibilidad de uno mismo, que en ciertos aspectos, devela la miseria personal que permanecía oculta tras el velo de la rutina.
DARK MATTER / APPLE + / 1era. TEMPORADA
Creador: Blake Crouch
Intérpretes: Joel Edgerton, Jennifer Connelly, Alice Braga
Comentarios