David Ferrara
El talento brota en cada movimiento, su destreza es tan absurdamente natural que abruma, y su calma ante el desborde emotivo lo coloca en el olimpo de los cracks salidos de esta ciudad, muchas veces olvidada por los dioses del básquet hasta que de tanto en tanto nace un fuera de serie. Y Adrián Boccia es uno de ellos.
Obligado por jerarquía y afecto a ser el último de la fila mientras el locutor toma lista, el más aplaudido, dorsal 32 en la espalda de la camiseta roja que lleva en la piel, Boccia recorre el pasillo saludado por sus compañeros y cuando llega al final abraza con su halo protector al grupo que jura buscar victoria. Para Adrián estar allí ya es un triunfo de por sí, cumpliendo su sueño, el de Cacho, el de tantos.
Como si el partido tuviera algún valor más allá de ser el contexto del regreso del hijo pródigo, Defensores de Villa Ramallo mostró un plan interesante en el arranque para desafiar la fiesta local con una ofensiva de tránsito lento pero ejecución inteligente que encontró espacios y buena resolución con la movilidad de Porta, la mano fina de Matteini y la explosión de Castonjauregui.
Cuando Provincial se dio cuenta de que el partido había arrancado, estaba abajo en el marcador, pero lo solucionó con pasmosa sencillez, sobrecargó cerca del cesto con Fernández y Boccia, además de ajustar atrás con intensidad y solidaridad.
El buen plan de la visita empezó a chocar contra la ausencia de ritmo, el desgaste y la menor jerarquía de la rotación, por lo que un par de triples de Gastón Pérez abrieron una diferencia que nunca más se zanjaría.
La distancia trepó en el segundo cuarto; y en el tercero el partido se definió con Boccia y su inagotable gama de recursos, en combinación con todo lo que ofrece su hermano de la vida Pablo Fernández.
Le quedaban poco menos de siete minutos al partido cuando Gustavo Lalima dispuso los cambios y dio por cerrada otra noche inolvidable para Provincial con la salida de Boccia y compañía. Y bien los jueces lo podrían haber terminado también, no sólo por lo abultado del marcador, sino porque el encuentro no tenía ya razón de ser sin Adrián.
Algún tiempo pasó para el pibe que se fue a Boca a perseguir su futuro, y que hoy es este padre de familia que volvió a soñar con casa y cayó en cuenta de que el momento es ahora y el lugar es acá. Y este Provincial que se afirma en sus raíces, que apela a su pertenencia, lo conmueve, lo invita, lo llama a ser parte.
SÍNTESIS
PROVINCIAL 91: Lucas Rodríguez 0, Tomás Gómez 0, Pablo Fernández 16, Adrián Boccia 21, Federico Pérez 10 (fi), Gastón Gerbaudo 7, Gastón Pérez 6, Matías Rosas 13, Joaquín Bloch 4, Dardo Centanaro 4, Renzo D’Amari 4, Franco D’Angelo 6. DT: Gustavo Lalima.
DEFENSORES 56: Antonio Natalini 4, Martiniano Velardo 5, Bruno Castonjauregui 16, Julián Matteini 9, Agustín Porta 13 (fi), Alex Acuaticci 0, Mauro Sánchez 2, Francisco Añasco 2, Facundo Porta 3, Luciano Pasciullo 2. DT: Martín Blanco.
ESTADIO: Provincial
ÁRBITROS: Miraglia y Helder
PARCIALES: 19/12, 39/25 y 70/33.
TAMBIÉN SE DIO EL GUSTO
Para todos fue una noche especial, pero en el caso de Joaquín Bloch tuvo un plus, ya que el actual jugador de Provincial B que viene entrenado con el elenco Pre Federal pudo ser de la partida y disfrutó del lujo de jugar con Fernández y Boccia. Tanto Joaquín como su hermano Lucho y su padre Marcelo son algunos de los pilares de este crecimiento del básquet de Provincial que en poco tiempo logró concretar las que parecían utopías.
“Le decía a Pablo (Fernández) recién cuánto hacía que no jugábamos juntos, con nuestra gente, en nuestra cancha. Son esos sueños que puedo cumplir estando activo y lo que sea que dure espero disfrutarlo al máximo”, comenzó la charla Adrián Boccia, que le escapó adrede a la charla sobre los sentimientos familiares y la presencia de los afectos y puso el foco en el club y el equipo: “La idea es disfrutar, buscarnos con Pablo en el juego, pero lo tomamos seriamente y no queríamos sorpresas. Quisimos ser intensos, fuertes y sobre todo en el tercer cuarto apretamos el acelerador y lo cerramos muy bien”.
Y Adrián le apuntó de lleno al trabajo de la subcomisión de básquet del Rojo en el último tiempo: “Lo que se está generando en el club es lo más importante, lo que rescato, valoro. Son estas cosas las que hacen que tenga ganas de venir a jugar y estar todos los partidos que sean posibles”.
El talentoso jugador está próximo a definir su futuro en el básquet nacional (o internacional), pero ya da señales claras sobre el futuro no tan lejano. Y será en Provincial. “Por ser el primer partido hubo mucha gente, entusiasma, además al tener la familia acá. Un montón de cosas incitan a que uno tenga ganas de venir, ese sentido de pertenencia que se está generando es muy importante y de ahí se construye, de abajo para arriba desde las inferiores. De nuestro lado queda tratar de aportar un granito de arena”, explicó, y se le escapó casi una promesa: “Tengo ganas de seguir compitiendo un poco más pero soy consciente de que me gusta esto, me atrae la pertenencia del club y quiero todavía estando bien físicamente poder darle algo al club en el corto plazo”.
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