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El sueño de ir a Malvinas quedó para otra ocasión

Por Santiago Baraldi.- El empresario Guillermo Moretti viajaba en el crucero al que no le permitieron desembarcar en las islas. Binner y Alfonsín llevaron el reclamo por Malvinas al exterior

El empresario Guillermo Moretti es uno de los integrantes dela Unión IndustrialArgentina (UIA) y vicepresidente dela Federación Industrialde Santa Fe (Fisfe); tiene una cuenta pendiente, como muchos argentinos: viajar a las islas Malvinas y rendir homenaje a los caídos en el conflicto bélico de hace 30 años. Por ello, junto con un grupo de rosarinos se embarcó el pasado 7 de enero en el crucero Star Princess de bandera de Bahamas que partió del puerto de Valparaíso en Chile. Sin embargo, el pasado sábado14, alas 7 de la mañana, cuando el archipiélago estaba a la vista, desde Puerto Argentino (Stanley) informaron al barco que no les permitían amarrar porque unos 20 tripulantes padecían de gastroenterocolitis. “Se manejaron muy mal, el barco nunca se detuvo y pasamos muy lejos de las islas. El capitán era inglés. Yo me puse como loco y le gritaba: «Decime una cosa: si el cementerio hubiera sido una isla de Corea y los muertos eran soldados norteamericanos, ¿hubieras parado o no hubieras parado?»”, narró Moretti.

“Mi única intención era ir al cementerio de Darwin. Contratamos la excursión desde Rosario para ir al cementerio. La semana anterior el mismo crucero bajó en Malvinas sin inconvenientes, pero esta vez el argumento fueron los casos de norovirus para que no bajáramos, pero hubo una muy mala predisposición del capitán Willam Kent, justamente inglés… No me olvido más por el lío que le armamos después: lo puteé en todos los idiomas”, siguió el empresario.

La travesía

El viaje comenzó en Valparaíso, a los pocos días llegaron a Punta Arenas, luego pasaron por el estrecho de Magallanes pero no pudieron ir por el Cabo de Hornos porque había olas de trece metros. “Igual el viaje no fue bueno porque tuvimos olas permanentemente, de cuatro o cinco metros. Tomamos Dramamine para el mareo. El barco es similar al que se hundió en Italia. Éramos casi tres mil personas a bordo”, describió el hombre dela UIA.

Moretti comentó indignado cómo los chilenos de Punta Arenas se jactaban de haber colaborado con los ingleses en 1982 cuando abastecían a los helicópteros. “Está claro que en Punta Arenas a los argentinos no nos quieren; luego fuimos a Ushuaia, pasamos por el Canal de Beagle y estaba previsto desembarcar el sábado a las 7 de la mañana en Malvinas”, narró el empresario.

El pronóstico anunció una máxima de 21 grados y una mínima de 14. “Era un día fantástico, estábamos eufóricos y con una carga emotiva muy fuerte. La excursión comenzaba a las 7 de la mañana porque Puerto Darwin queda a60 kilómetrosy demora dos horas en llegar. En el barco iba gente que estuvo negociando diez años con los ingleses para llevar una lápida: comenzó enviando fax para saber cómo debía hacer, qué tipo de material, que tamaño, en qué idioma, porque en el cementerio no tiene ningún nombre… ¡Diez años negociando para que se la dejaran bajar! Había una expectativa muy fuerte. También había una familia que tenía a dos hijos muertos allí. A medida que uno se acercaba y hablaba con los argentinos, que éramos unos 250, más los uruguayos y brasileños que estaban con nosotros, era algo muy fuerte, uno se iba enterando de los componentes de cada uno”, relató Moretti.

En la cubierta los primeros en estar listos para descender eran los 250 argentinos con sus mochilas preparadas, con camisetas y banderas albicelestes. Pero llegó el aviso del capitán Kent. “Nos llamaba la atención que no veíamos las islas, estábamos en el medio del océano en el horario en que habíamos quedado en bajar. Y ahí escuchamos al capitán, que nos dice que desde Puerto Stanley no nos dejaban bajar por el norovirus. Comenzamos a putear, a gritar. Incluso, de la bronca que tenía casi tiro por la escalera a un argentino que le vino a plantear a un padre que tenía a su hijo enterrado allá que él había firmado el contrato donde este tipo de cosas estaban contempladas… ¡Me lo tuvieron que sacar porque lo tiraba al agua! Incluso, en un momento elegimos a dos personas para ir hablar con el capitán, yo no quise ir porque tenía miedo de ir en cana. Elegimos a una mujer y un médico, pero no hubo caso. Todos los argentinos que estábamos en la tripulación íbamos a Malvinas para homenajear a los soldados, la desilusión fue tremenda. Después tuvimos que navegar tres días hasta el puerto de Buenos Aires sin ningún tipo de aliciente, una tortura, destruidos anímicamente. Luego, cuando comenzaba alguna obra en el barco se la boicoteábamos. A los únicos que no les hacíamos lío era a unos bailarines de tango y un quinteto argentinos”, recordó el empresario.

Pese al desembarco fallido, Moretti avisó que no se dará por vencido: “El mes que viene, o en marzo, te aseguro que vuelvo. No voy hacer el mismo recorrido. Voy a salir desde Buenos Aires, pero voy a ir. Haber estado tan cerca te da un sentimiento de tener más ganas de ir”, agregó el referente de Fisfe, quien señaló además que el norovirus produce diarrea y vómitos, “que se pasa en un par de días”.

“Lo que sucede que estos cruceros son como un feedlot de lujo, porque uno se la pasa comiendo todo el día. Había muchas actividades para hacer, pero se suspendían por las olas que había, se suspendían hasta las obras de teatro…”, indicó.

En el crucero viajaban además muchos latinoamericanos, estadounidenses e incluso ingleses. Consultado sobre si hubo algún inconveniente con ellos, Moretti sostuvo: “Había ingleses también en el barco, pero desde que salí que no estaba con ánimo de confraternizar con ellos, la verdad que no estaba predispuesto a dialogar con ninguno”.

Respecto de la política que está llevando adelante el gobierno en el tema, el empresario dibujó una radiografía: “Inglaterra es un país que tiene un 300 por ciento de su PBI endeudado, con 8,5 por ciento de desocupación, con problemas internos, con la desocupación concentrada en los más jóvenes, sin ningún tipo de esperanzas. David Cameron está haciendo lo mismo que Margaret Thatcher, con la diferencia de que nosotros en vez de tener a (Leopoldo) Galtieri tenemos una presidenta de lujo que no hace ninguna barbaridad, y tenemos una comunidad económica latinoamericana que nos ha respondido muy bien. Malvinas es una causa de todos. Los ingleses lo que quieren hacer es la libre determinación de los pueblos y los habitantes de Malvinas son implantados, no son pueblos originarios, es decir que ellos no tienen ninguna determinación, son tanto ingleses como argentinos. Como dice el canciller (Héctor) Timerman, enla Argentinaviven más ingleses que en Malvinas… y qué, ¿les vamos a dar la autodeterminación a los ingleses que viven enla Argentinaa ver qué quieren ser?”.

Sobre la decisión desde Puerto Argentino de que la tripulación no bajara a las islas, Moretti razonó que “ellos pensaron que si bajan tres mil personas del barco con el virus, cuando Malvinas hay la misma cantidad de habitantes, con dos pequeños sanatorios… pensaron en un contagio masivo y nos dejaron arriba. Pero igual se manejó todo muy mal. El barco nunca se detuvo, se podría haber acercado para que pudiéramos ver de cerca de las islas, poder sacar fotos: nada. Yo me puse como loco y le gritaba: «Decime una cosa: si el cementerio hubiera sido una isla de Corea y los muertos eran soldados norteamericanos, ¿hubieras parado o no hubieras parado? ¡Contéstenme!». Los insulté mucho, estaba muy enojado; yo mido1,94 metro, soy grandote, estaban todos en silencio. El capitán pidió disculpas y no lo vimos nunca más, no dio más la cara…”, concluyó.

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