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El síndrome del cierre de cerebro… lo que el gps me enseñó

Por Rabino Shlomó Tawil

B”H. GPS o Sistema del Posicionamiento Global es el nuevo “juguete obligatorio” para conductores de automóviles que recorren caminos que no conocen…

Con este sistema, en lugar de requerir directivas o usar un mapa, el usuario puede seguir las instrucciones habladas por una voz informatizada que viene de una caja pequeña que se adosa al tablero del automóvil. GPS le da las direcciones exactas al chofer. Es como si hubiese otra persona sentada en el automóvil que lee de un mapa. El único detalle es que el GPS es una máquina y no una persona.

Un reciente artículo de noticias que indudablemente es serio, pero que tiene un toque cómico publicó que, parecería que los conductores de automóviles apagan sus inteligencias cuando encienden sus sistemas de GPS. Algunos chóferes obedecen la voz informatizada, desatendiendo totalmente su propia mente y cerebro. Estos motoristas hacen cosas totalmente irracionales en base a la voz informatizada y han chocado con ríos, sitios de construcción y áreas de descanso a orillas del camino en Alemania y Gran Bretaña.

“Es difícil entender cómo pueden pasar estas cosas” dijo un portavoz para un club de motoristas alemán. Uno piensa que los conductores tienen sus propios ojos e inteligencias comprometidos para tomar las decisiones y no confiar en el SatNav (el modelo europeo del GPS). Pensé que el SatNav era la prueba del idiota, pero no”.

Según archivos guardados, un conductor ignoró el sentido común y, siguiendo el comando de su GPS, manejó directamente hacia un cartel de “cerrado por construcción”. Por suerte, aunque chocó con un montón de arena a alta velocidad, no salió herido.

Otro automovilista escuchó la orden de su GPS que decía que doblase a la izquierda en una milla y después de poner el contador, dobló a la izquierda exactamente después de una milla-y chocó de frente con una barrera de tráfico de concreto.

Hace unas semanas un conductor que seguía las órdenes del GPS que dijo “¡De vuelta ahora mismo!” perdió una rueda y chocó, por suerte, con una casilla vacía a orillas del camino situada 90 metros antes del cruce que él hubiese querido tomar. Siguiendo el GPS informatizado ciegamente, el hombre causó daños por 2,600 euros.

Aunque este artículo tiene un toque cómico, podemos aprender una lección seria de él. Hay veces que hacemos cosas sin hacer uso del cerebro dado por Di-s y actuamos como si estuviéramos escuchando una voz informatizada con los ojos cerrados. Para algunas personas significa estar siguiendo la industria de la moda que genera una necesidad de comprar cada vez más, para otros es mantenerse al ritmo de la Bolsa, o seguir ciegamente a amigos que los llevan a malos lugares. Estas personas están siguiendo alguna clase de sistema de GPS externo en lugar de usar su cerebro.

La próxima vez que realizamos una acción, debemos preguntarnos: “¿Esta decisión tiene sentido? ¿O me estoy desviando descuidadamente hacia un cartel a la orilla del camino siguiendo un sistema que ha reclutado forzosamente mi cerebro y mi libre albedrío dados por Di-s?”

Dicen los sabios del Talmud “¿Quién es sabio? Aquel que ve las consecuencias (de sus acciones)”. Es decir que aquel que quiere tener una vida sabia, una vida orientada por la sabiduría y la objetividad, analice primero si el resultado y las consecuencias de su acción o reacción serán positivas o negativas, para él y para el entorno, sino que siga solamente al GPS.

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