Cultura

Un viento fresco del sur

El sello Discos del Saladillo lanzó “Populismo de vanguardia”

El sello independiente y autogestivo rosarino Discos del Saladillo acaba de lanzar “Populismo de vanguardia”, un álbum que compila toda su producción musical de estos últimos doce meses.


La producción musical independiente en Rosario, cuna de bandas y solistas que traspasaron todas las fronteras con su arte, no se detiene. Por el contrario, sigue firme y contundente con relación a los fructíferos años 80 que suelen alumbrar aún hoy las principales estadísticas. Allá (o acá), por fuera de las grandes avenidas que demarcan la zona céntrica, Discos del Saladillo, un sello autogestivo liderado por músicos rosarinos, viene desde hace años proponiendo una alternativa.

Ahora, con motivo de la despedida de 2016, acaba de lanzar su compilado anual titulado Populismo de vanguardia, en donde vuelca alguna de las producciones de estos doce meses en doce temas que responden a múltiples géneros como la psicodelia, el ambient y el rock, pero que busca, sobretodo, convertirse en una misma obra, orgánica. El disco puede escucharse en la plataforma en internet Bandcamp: https://discosdelsaladillo.bandcamp.com.

Hubo preguntas que sirvieron a la conformación del sello que hoy celebra poco más de tres años de vida y cuenta con casi treinta discos editados en su historia. Una de esas inquietudes fue la de cómo producir música popular desde el barrio. El título de este compilado vuelve un poco sobre esas motivaciones históricas.

“Populismo de vanguardia surgió en un momento jocoso pero quedó sonando como un slogan que puede representar un poco al sello”, indicó Jorge Capriotti en diálogo con El Ciudadano. El músico, integrante del sello y de la banda Aguas Tónicas, contó que el título del compilado tiene también algo contradictorio: “Nos pareció interesante plantear esta cuestión de que lo popular, o la canción popular, muchas veces viene de un lugar de vanguardia”.

“Pensaba en David Bowie, un tipo que terminó siendo un artista súper popular pero que siempre rescató elementos de las vanguardias para llevarlas a las masas”, indicó Capriotti, a modo de ejemplo, aunque sopesando objetivos grandilocuentes. “Hacemos música para que escuche la mayor cantidad de gente posible”, expresó.

El catálogo festivo de Discos del Saladillo reúne algunas canciones inéditas, versiones en vivo y adelantos de obras grabadas, próximas a editarse, en un popurrí de rítmicas que van desde la electrónica y el ambient a la canción de autor, pasando por las estructuras revisadas de la psicodelia y el blues espacial. “Hay una búsqueda en las ruinas de la canción. La deconstrucción de las formas para una nueva alquimia aparece como opción. Una recombinación de los factores que altere el producto”, indica Andrés Conti en un texto que acompaña el disco virtual.

“Es raro como ciertas coordenadas barriales se traducen en una ubicación cultural desde el inconsciente: los artistas del sello no comparten casi nada, salvo un extraño amor por el humedal pampeano, la nostalgia proletaria y el caminar cerca de los límites de las cosas, a veces del lado de adentro, otras, del lado de afuera o, por qué no, con una pata en cada lado. Periferia, que le dicen”, abunda el periodista que decide citar la obra de Raymond Williams para ampliar el horizonte . “Es en el contraste entre el campo y la ciudad en donde de forma más clara nos volvemos conscientes de una parte central de nuestra experiencia y de las crisis de nuestra sociedad”, escribió el intelectual galés en 1973 y recoge Conti.

“Creo que el barrio termina determinando las formas de hacer las cosas, de pensar cuestiones generales que tienen que ver con el arte y con la vida en general”, opinó por su parte Capriotti.

El sello se sitúa en la producción de “canción popular” desde el barrio, desde la periferia de la ciudad. “Saladillo es un lugar de partida, es el barrio donde crecí, donde tiene la sala Aguas Tónicas, pero el sello no está limitado a un criterio barrial o a un criterio de géneros musicales”, completó.

En Rosario existen muchas experiencias de producción musical independientes, algunas con vigencia como Polvo Bureau, Soy Mutante, Júbilo, Sublatir y Fluorescente, y otras que marcaron un rumbo hace años como Planeta X lo hizo desde mediados de los 90. Cada una hizo un camino y dejó un aprendizaje en la creación desde  periferias siempre heterogéneas.

En 2016, Discos del Saladillo creció exponencialmente en comparación con lo que venía sucediendo en el pasado lo que hace que, sus integrantes, hoy se entusiasmen con lo que viene. “Tenemos muchos proyectos musicales. Estamos armando un equipo más amplio y cada banda que llega sabe que entra en una especie de colectivo”, confió el músico.

Y respecto de cómo se apuesta por la cultura en momentos como los que vive el país, detalló: “Tratando de hacer las cosas que nos gustan con una ética que se construye de manera colectiva. Eso tiene que ver con esta cuestión del «populismo de vanguardia»; ser popular pero animarse a meterse en otras cosas y juntarse con otra gente para mostrarlo. La coyuntura no es la mejor pero a veces que la cosa sea tan negativa termina dando fuerzas para que las cuestiones artísticas de contracultura puedan terminar de aflorar. Tenemos un debate interno sobre el lugar de apoyo estatal. El Estado tiene que aportar a estos proyectos pero si no hay subsidios hay que encontrar otras formas de seguir adelante sin precarizarnos a nosotros mismos”.

Coherencia musical

Populismo de vanguardia contiene canciones de proyectos como Automaton, Cromattista, Mariano Conti, Aguas Tónicas, Nubemadre o Los Muchachos. “Salieron tantos discos que había que aprovechar y dejarlos plasmados”, repasó  Capriotti y contó que, a la hora de compilar, buscó que los temas pudiesen armar una coherencia. “Traté que tuvieran un relato de comienzo a fin”, ejemplificó.

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