Economía

Crisis industrial

El sector textil, uno de los rubros más golpeados del modelo macrista

“No hay ventas y no hay posibilidades de trabajar porque los bancos se quedan con tu plata”, dijeron empresarios textiles en relación a la caída del poder adquisitivo y las altas tasas de interés del sector financiero. “Nos van a dar un tubo de oxígeno cuando estemos muertos”, agregaron


La industria nacional sufre los efectos de la crisis económica y el sector textil no es la excepción. Tampoco es casualidad que sea uno de los más afectados, ya que el modelo ataca los puntos más sensibles que lo sostienen. Las políticas que implementa el Banco Central es uno de los blancos apuntados por los productores textiles. Tasas altas y falta de liquidez se traducen en dificultades para hacer frente a los pagos y sostener el funcionamiento de las fábricas.

El empresario textil Damián Regalini analizó la situación que atraviesa un sector afectado por la baja del consumo, que además depende del crédito y los plazos para efectuar y recibir pagos. “No hay ventas y no hay posibilidades de trabajar porque los bancos se quedan con tu plata, es una espiral”, señaló quien también integra la Fundación Pro Tejer. Explicó que ir a cobrar un cheque para convertirlo en dinero es ir “a pérdida”, y que la caída de poder adquisitivo se tradujo en un nivel de actividad 37,3% menor del que tenían en 2015.

 

“Hacen inviable el trabajo”

Para simplificar el funcionamiento del sistema, Regalini contó: “La tasa de interés es como la tarjeta de crédito de la familia, el 95% de la industria argentina vive de cambiar cheques y financiarse con el descubierto de los bancos”. Pagar o cobrar en cuotas es una de las alternativas tan apelada por el sector productivo como acceder a un crédito, que actualmente implica tasas a partir del 80%. “Si para comprar materia prima tenés que acceder a un crédito y te están cobrando eso, hacen inviable el trabajo, no lo podés cargar al precio y por lo tanto el banco se está quedando con tu plata”, manifestó.

El empresario cargó contra el gobierno, al que consideró responsable dado que “es el que regula las tasas de interés a través del Banco Central”. Aseguró que esta situación lleva a evitar la financiación, algo que de una u otra manera la actividad necesita para seguir adelante.

“Es un círculo vicioso porque por un lado no hay trabajo y si trabajás, el banco se queda con tu plata”, insistió el empresario textil. Y agregó que “de 2015 a hoy viene un proceso de destrucción veloz y rotundo”, sumado a que “las recomendaciones del FMI por equilibrar el déficit fiscal están destruyendo el entramado productivo”.

Por otra parte se refirió a expresiones de la gobernadora de Buenos Aires María Eugenia Vidal, que asoció cierres de fábricas a una supuesta falta de competitividad: “Lo que nos hace poco competitivos es entre otras cosas la tasa más alta del mundo, eso tiene que ver con su gobierno, no con nuestra actitud”.

 

En primera persona

Marco Meloni es otro empresario textil, vicepresidente de Pro Tejer. En diálogo con El Ciudadano aportó la experiencia cotidiana de quienes integran el rubro. En primer lugar, contó que “el sector compra materia prima por la cual hay que pagar al contado, máximo a treinta días”. A menudo sucede que esa materia prima proviene del exterior, lo que demanda anticipar dólares al proveedor. “Como primer punto no hay previsibilidad en el dólar, en lo que se paga, y encima uno vende en pesos”, resumió.

En segunda instancia, explicó que generar el tejido implica un lapso de noventa días, mientras que vender masivamente las prendas a las grandes superficies y cobrar requiere otros dos meses. “Tenés un lapso de noventa días donde pagás la materia prima al contado y recibís a los ciento ochenta días el valor de la prenda que vendes”. A la cuenta que realizan diariamente tienen que sumarle costos de un eventual alquiler, pago de IVA y servicios. En función a esto, calculó: “Son impuestos a pagar a los quince o veinte días del producido habitual, y uno cobra a ciento veinte días de que lo produjo”.

 

El impacto de los cheques

Meloni mostró preocupación por las pérdidas que registran en la cadena de pagos por el nivel de tasas. “Si tomo un cheque de 100 mil pesos a noventa días, hay que pensar que el descuento es cercano a un 20%, te quedan 80 mil pesos, el resto se lo queda el circuito financiero, gastos bancarios, impuestos”, ejemplificó. Este escenario se ve agravado cuando las operaciones se llevan adelante con cheques de terceros y algunas no se pueden completar por irregularidades de origen. “Cuando hablan de rotura de cadena de pagos, es porque el 70% no pueden pagar, pero el otro 30% tiene la cuenta embargada”, contó Meloni.

Explicó que la interrupción de esa cadena implica empresas que salen del circuito por los embargos que reciben. Y evaluó: “Cuando se juntan esos cheques rechazados, se arma una cadena de atraso que puede provocar una cesación de pagos”. Este panorama es “el ejemplo de una cadena productiva con valor agregado expuesta a los costos financieros de una manera irreparable”.

 

Medidas para evitar el colapso

Desde el sector consideran que lo ideal sería “cambiar toda la política económica” del gobierno de Cambiemos para salir adelante. Más allá de esta idea, los textiles proponen una serie de puntos para modificar el panorama:

  • Subsidiar las tasas de interés para poder volver a trabajar, para que la rueda vuelva a girar.
  • Establecer un proyecto de moratorias de Afip porque hay muchas industrias con la cuenta embargada. Los resultados de la caída en ventas se tradujeron en deudas a la Afip y esas deudas en embargo de las cuentas.
  • Shock salarial que mejore el poder adquisitivo de los trabajadores. La gente no tiene plata y con gente sin plata no se generan clientes.
  • Pesificación de las tarifas energéticas
  • Administrar las importaciones.

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