Ciudad

Centeno, afuera

El salvataje llegó a Sancor con sabor a flexibilización laboral

El gobierno nacional, la empresa y Atilra firmaron el acuerdo por $ 450 millones a cambio de ajuste para los trabajadores


El salvataje llegó a Sancor. Después de meses de idas y vueltas, ayer el gobierno de Cambiemos, el gremio de los lecheros y las cámaras empresarias firmaron el acuerdo que flexibiliza el convenio colectivo del sector a cambio de una asistencia financiera de 450 millones de pesos. Entre otras medidas, estipula congelar las paritarias y reducir el aporte solidario a la obra social del sindicato en hasta 70 por ciento. El gobernador Miguel Lifschitz celebró el salvataje que “permite a Sancor salir de la terapia intensiva”, aunque recordó que no significa que esté recuperada. La planta de Centeno, a 100 kilómetros de Rosario, quedó afuera y crece la incertidumbre entre los 61 trabajadores que desde marzo están cesanteados. Para el presidente comunal, Juan Gufi, el impacto en la economía del pueblo de 3.200 habitantes es devastador: “Se está produciendo un efecto dominó. Son 2 millones de pesos que no entran más y que están matando a la economía de nuestro pueblo. Necesitamos una solución urgente”.

La pulseada entre el gobierno y la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (Atilra) por el salvataje económico para Sancor terminó ayer con la firma de un acuerdo de flexibilización laboral. El gremio accedió a reducir hasta en un 70% el bono extraordinario que percibía para la obra social, punto que había trabado las negociaciones. El aporte pasará de $3.200 por trabajador a 1.500 y para industrias de menos de 70 empleados se abonará 750. Además, el acuerdo congela las paritarias y estipula que se revisará por completo el convenio colectivo de trabajo. A cambio, el gobierno desembolsó $ 450 millones del Fondo para el Desarrollo Económico Argentino.

La puja se había acrecentado la última semana luego de que se conociera que las intenciones de la Rosada eran las de extender el acuerdo de flexibilización negociado para Sancor a toda la industria láctea, algo a lo que el gremio se opone. Pero, además, a las versiones sobre la posible caída del acuerdo se sumó que los funcionarios macristas a cargo de las negociaciones fueron denunciados por conflicto de intereses. Es que el vicejefe de Gabinete de Mauricio Macri, Gustavo Lopetegui, es el dueño de Pampa Cheese, una láctea de la localidad santafesina de Progreso. En esta empresa de 50 empleados comparte acciones con el secretario de Comercio, Miguel Braun, y con el jefe de Gabinete, Marcos Peña. No sólo eso, Lopetegui, Braun y el coordinador del Gabinete Económico de Macri y dueño de Farmacity, Mario Quintana, lideran la cámara empresaria de las lecheras chicas.

Tras la firma del salvataje, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, dijo que el acuerdo “incluye un compromiso de un nuevo convenio colectivo de trabajo donde se mejoran condiciones de trabajo para los productores y para la industria”. Sostuvo que Sancor “se tiene que hacer responsable del desmanejo que ha tenido, el Estado no puede ser el pagadios de siempre”. Y agregó: “A veces nos toca hacer el papel de malos por instrucciones del presidente. Lo más importante es que ahora Sancor dé una muestra de austeridad y de estar a la altura de la crisis”.

 

Celebración con cautela

Lifschitz celebró la noticia que, dijo, permite a Sancor salir de la terapia intensiva, aunque “no quiere decir que esté recuperada”.

“Hay que ver lo que ocurre en los próximos cuatro o cinco meses para ver si realmente se recupera o esto es nada más una aspirina. Los directivos ahora tienen una gran responsabilidad que es aprovechar esta transfusión de sangre que le hizo el gobierno y usarla para fortalecer la empresa, ponerla al día con los proveedores y los trabajadores, y retomar el rumbo de producción”, expresó.

Lifschitz, quien recibió anoche a los directivos de Sancor para interiorizarse de los detalles del acuerdo, remarcó que la dilatación en las negociaciones llevó a que la cooperativa pierda $ 200 millones más. Además recordó que la provincia dispuso $ 400 millones para los tamberos “para que puedan volver a producir y entregar la leche que necesita Sancor para seguir trabajando y mantener las fuentes de trabajo”. Es que el principal problema de la empresa láctea es el abastecimiento.

El ministro de Producción santafesino, Luis Contigiani, apuntó en la misma dirección: “La hecatombe de Sancor y el hecho de haber estirado las negociaciones de manera peligrosa no es neutro. Eso benefició a determinados sectores. El gobierno cometió un error estratégico al querer arreglar todo un problema de la lechería sin antes solucionar el problema Sancor”. Según él, pusieron las condiciones laborales como el problema de la lechería y no se habló de los precios de los supermercados, “que remarcan hasta un 500% la mercadería”.

 

Centeno en crisis

Foto: Juan José García

La planta de Sancor de Centeno cerró en marzo y 61 trabajadores quedaron cesanteados con la promesa del cobro del 70% del sueldo, algo que nunca ocurrió. Desde entonces, la crisis entró en la pequeña localidad de 3.200 habitantes. “Estamos en un cuadro de incertidumbre terrible, buscando alternativas para salvar una planta que tiene más de 50 años y que es fundamental para la economía del pueblo”, dijo el presidente comunal Juan Gufi a El Ciudadano. “Es bienvenido el acuerdo para que Sancor siga funcionando, pero en particular no nos beneficia. Lo único que esperamos es que la empresa resuelva la situación con los trabajadores, que les pague los que le deben y los indemnice”, agregó Gufi. Según el presidente comunal, el panorama que vive Centeno es “desolador y gravísimo”. Y añadió: “Todo el pueblo gira entorno a la planta. Son 2 millones de pesos que no entran más. Se está produciendo un efecto dominó que está matando a la economía de nuestro pueblo”.

Los trabajadores, con 23 a 42 años de antigüedad, evalúan conformar una cooperativa para sostener las fuentes laborales, aunque también hay una empresa de Buenos Aires interesada en comprarla. Pero para avanzar en cualquier sentido, Sancor debe definir primero qué hace con los empleados. Lifschitz apuntó que la planta de Centeno es “muy competitiva” y que es posible sostenerla: “Si Sancor decide desprenderse, vamos a buscar alternativas a través de otras industrias que puedan hacerse cargo para llevarle tranquilidad a los trabajadores”.

 

Comentarios