Política

Cuando un triunviro se va

El rosarino Schmid renunció a la conducción de la CGT

El secretario general de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) era uno de los tres secretarios generales del triunvirato que conformaba junto a Héctor Daer y Carlos Acuña, con quienes tenía desencuentros cada vez más notorios en cuanto a la orientación de la central obrera


Schmid era uno de los tres secretarios generales del triunvirato que conformaba junto a Héctor Daer y Carlos Acuña.

El líder de la Confederación Argentina de Trabajadores de Transporte (CATT), el rosarino Juan Carlos Schmid, abandonó la conducción de la CGT, según confirmó este domingo uno de los triunviros de la central gremial Héctor Daer.

La renuncia de Schmid se produjo de manera imprevista y dejó a la CGT sin triunvirato, dado que en la conducción quedarán sólo Daer y Carlos Acuña.

Daer confirmó a NA la renuncia de su colega, al señalar que la misma es “de público conocimiento”, pero aclaró que “las razones (del alejamiento) las tiene que comunicar él”, aunque fuentes cercanas a Schmid evitaron confirmar o negar el paso al costado del dirigente sindical.

Aunque no salían a la superficie pública, hace tiempo que Schmid exhibía matices en la CGT y no se sentía cómodo con el rumbo de la central obrera, que a su entender expresaba posiciones demasiado indulgentes hacia el gobierno nacional.

La decisión venía madurando hace semanas pero recién tomó estado público este domingo, luego del paro general del pasado martes 25, que para buena parte del arco sindical llegó tarde teniendo en cuenta las consecuencias de la crisis cambiaria en el mundo del trabajo.

“Las medidas de fuerzas son un instrumento legítimo que no hay que desgastar”, había dicho el dirigente de Sanidad este mismo domingo.

Schmid ya había amenazado en el pasado con pegar el portazo por sus diferencias con sus compañeros de ruta en el triunvirato, pero por distintas circunstancias se mantuvo en el cargo.

Ahora, el referente de los gremios del transporte podría volver a replegarse en el moyanismo, espacio que está tejiendo un polo de articulación sindical junto a la Corriente Federal de Trabajadores que encabeza el bancario Sergio Palazzo y las dos CTA.

También el portuario tiene aceitados vínculos con los movimientos sociales, y en especial con el emergente líder de la CTEP Juan Grabois, hoy congraciado con el kirchnerismo, a quien fue a apoyar a la comisaría donde el dirigente social estuvo detenido.

Fue justamente Schmid quien promovió que los movimientos sociales se sentaran en la mesa de la CGT con vistas a integrarlos paulatinamente en la mesa de decisiones, proyecto que no prosperó por la resistencia de los popes de sindicatos tradicionales, temerosos de un posible “copamiento” de los espacios de poder en la central.

En los albores del gobierno de Mauricio Macri, Schmid había sido ungido integrante del triunvirato como representante del ala moyanista de la CGT, pero a los pocos meses de asumir tomó distancia por diferencias políticas.

La nueva coyuntura política, con un Hugo Moyano otra vez ofreciendo una versión de oposición tenaz tras su fugaz apoyo a Macri en la campaña de 2015, podría volver a ubicar al camionero y al portuario otra vez en la misma vereda sindical.

Lo cierto es que el diálogo nunca se había cortado totalmente, y días atrás Schmid y Moyano tuvieron un encuentro en el que recompusieron el vínculo.

La decisión de Camioneros de retirarse de la central de la calle Azopardo habría influido de manera determinante en la ruptura de Schmid con la CGT.

La fuga creciente de sindicatos de peso de la CGT (como Camioneros, Peajes y Canillitas) deja a la conducción en una situación delicada: se desconoce si Daer y acuña citarán en el corto plazo al Comité Central Confederal para normalizar la entidad y convocar a un proceso de elección de nuevas autoridades.

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