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El rojo fiscal que esconden los números

El Banco Central, junto con la Ansés, es el que aporta los recursos extra para sostener los números en positivo.

Si no fuera por los recursos extra que provienen del Banco Central y de la Ansés, las cuentas fiscales no aparecerían como positivas (como ocurre actualmente), sino que evidenciarían un rojo. Es así que pasarían de representar el 2,2 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) a equivaler a un negativo de 0,4 por ciento. El cálculo surge de un estudio del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina (Ieral), hecho en base al análisis de las cuentas fiscales desde 2001 hasta la fecha.

Desde la crisis por la que atravesó el país a fines de 2001 y 2002, con la consecuente caída de la actividad económica que significó a su vez una fuerte baja en la recaudación de impuestos, los distintos gobiernos de turno fueron buscando la manera de obtener ingresos echando mano a otros recursos. “La crisis obligó al gobierno nacional a introducir fuentes de financiamiento extraordinarias, con la finalidad de garantizar la ejecución del gasto público, ante la caída en la recaudación de los impuestos tradicionales. Así fue como se creó el Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios (IDCB) en 2001 y los Derechos a la Exportación (DE) en 2002, en su momento justificados por la emergencia”, sostiene el informe de Ieral. Según explica, estos recursos en parte contribuyeron a recuperar el superávit primario, pero una porción importante se destinó a incrementar el gasto público.

Sin embargo, el impuesto al cheque –tal como se reconoce al IDCB– y las retenciones no fueron suficientes. Fue así que en 2007 se comenzaron a utilizar nuevos conceptos de recursos extraordinarios que permitieron, en pleno año electoral, un avance adicional del gasto público, manteniendo todavía el saldo fiscal en terreno positivo.  En ese sentido, el Banco Central generó utilidades el año pasado (gracias a las inversiones en bonos y a la devaluación del peso por 23.500 millones de pesos. De ese monto, decidió capitalizarse por  3.341 millones de pesos, por lo que en total transferirá al Tesoro durante 2010 20.205 millones de pesos. También desde la Ansés se llevan giradas utilidades del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, por alrededor de 5.000 millones de pesos.

Es así que, para 2010 se estima que el total de recursos extraordinarios considerados (esto es tanto los fondos de BCRA, Ansés, el impuesto al cheque y las retenciones) representarán el 31,6 por ciento de los ingresos totales y aportarán un 34,7 por ciento al gasto primario. Si no se consideraran las dos fuentes primeras mencionadas, el déficit sería de 0,4 por ciento del PBI (tal como se dijo al principio). Pero el panorama luce aún más desalentador cuando se analiza el impacto de los derechos de exportación y del impuesto al crédito y débito bancario: sin todos estos recursos extraordinarios, el déficit fiscal primario sería superior al 5 por ciento del PBI, escenario bien lejano del superávit de 2,2 por ciento que muestran hoy las cuentas argentinas.

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