Ciudad

CIPDH-UNESCO

El programa Nueva Oportunidad obtuvo un premio internacional de la Unesco

Luciano Vigoni contó que el programa también trabaja con ejes en los vínculos y el productivo, que este año se abocó fundamentalmente a la producción de casi 60 mil barbijos. Además produjeron panificados que se destinaron a la venta en los barrios


La última semana de noviembre se anunciaron los proyectos ganadores de la distinción anual que otorga el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos – CIPDH- de la UNESCO, llamado Construir Igualdad. Su objetivo es reconocer y visibilizar políticas públicas locales de América Latina y el Caribe que promuevan transformaciones sociales en favor de la inclusión y la no discriminación. En este marco el programa Nueva Oportunidad recibió una mención especial entre las 68 postulaciones presentadas de 42 ciudades que representan a 8 países de la región (34 fueron de México, 16 de Argentina, 8 de Brasil, 5 de Colombia, 2 de Chile, 1 de Bolivia, 1 de Costa Rica y 1 de Honduras).

“Una política sólida desde el punto de vista técnico, con un destacado sistema de monitoreo”, fue la valoración que realizó el jurado del Nueva Oportunidad que nació en 2013 bajo la órbita municipal, luego se extendió al territorio provincial y con el último cambio de gestión fue reemplazado por otro programa. Entonces, el Nueva Oportunidad volvió al territorio local y hoy constituye una Dirección General de la Municipalidad de Rosario.

Por la pandemia, la ceremonia será de forma virtual y el premio consiste en una placa de reconocimiento, una declaración de “Ciudad amigable con políticas públicas locales en igualdad y no-discriminación” y la difusión de la política pública en las plataformas online del CIPDH-UNESCO

El programa local trabaja con una población de entre 16 y 35 años, con aquellos sectores desfavorecidos de la ciudad que no estudian, ni trabajan. Su coordinador Luciano Vigoni estuvo en el armado desde el inicio en 2013 y resalta que este año de aislamientos intermitentes por la pandemia por coronavirus, planteó un desafío a la hora de darle continuidad a este tipo de programas que tienen como eje el acompañamiento.

“Trabajamos con aquellos que están inmersos en un mayor nivel de violencia en la ciudad. Con los pibes que estuvieron heridos por armas de fuego, los que salen del post penitenciario, aquellos que tuvieron algún conflicto pero que no terminó en condena y también trabajamos con algunos juzgados de menores que nos han derivado algunos casos. Este es uno de los ejes centrales del programa, trabajar con aquella población que creemos que está más en riesgo en esta ciudad”, planteó.

A su vez destacó lo que consideró una definición de la gestión del intendente Pablo Javkin al darle jerarquía de Dirección General dentro de la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat. “Hicimos un trabajo mucho más cualitativo. En un año de pandemia, lejos de retirarnos, de cerrar las puertas y apagar la luz del Estado, lo que hicimos en coordinación con la Secretaría de Salud fue tener abiertos los espacios sociales y de convivencia municipales. Trabajamos con grupos de 4 o 5 pibes talleres de derechos humanos, violencia de género, acceso a la justicia, violencia institucional”.

Vigoni contó que el programa también trabaja dos ejes más, aparte del principal que tiene que ver con el trabajo de los vínculos. El productivo, que este año se abocó fundamentalmente a la producción de casi 60 mil barbijos. Además produjeron panificados que se destinaron a la venta en los barrios de la ciudad e hicieron trabajos vinculados a la producción agroecológica local. “También convertimos lugares del programa que se daban en espacios estatales al plan de cuidados municipal, con la Escuela de Gerontología, pensando en un horizonte vinculado a la configuración de cooperativas que tengan que ver con el cuidado.

Por otro lado, tienen un eje educativo que este año se enfocó en acompañar a organizaciones con equipamiento de computadores y servicio de internet para que quienes están vinculados al programa hace unos años puedan terminar la escuela.

También manifestó que las condiciones materiales de muchas de las personas con las que trabajan dificultaban la posibilidad de pensar un aislamiento tal como se planteó en otros países.  “Creo que las desigualdades en América Latina marcan que teníamos que trabajar la pandemia desde otra perspectiva y es cómo lo hicimos: no retirándonos, estando presentes, con todos los cuidados necesarios para seguir en el territorio, seguir vinculados”.

“Es importante que un Estado local priorice la población que entendemos que está más al margen, que ocupa un lugar de trascendencia. Las desigualdades es una temática que vino para quedarse. Las condiciones materiales en las que nacen muchos de los pibes y pibas de los centros urbanos de Latinoamérica explican una parte importante de la violencia y cómo se vinculan. Por eso creemos que es una gran apuesta la de la Municipalidad”, concluyó.

Construir Igualdad

Además, el jurado seleccionó como ganadoras a las políticas Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (PILARES) de la ciudad de México en la categoría de áreas urbanas de más de un millón de habitantes y al Centro Especializado de Atendimento a Mulher – CEAM Brasilete Ramos Caiado, de la ciudad de Goiás, Brasil, en la categoría de ciudades de hasta un millón de habitantes.

El jurado estuvo integrado por un representante de la Oficina Regional de Ciencias de la UNESCO, una representante de la CEPAL, una representante del CIPDH-UNESCO y tres expertos independientes. Para seleccionar a las políticas ganadoras tuvo en cuenta la innovación, la relevancia local y regional y los resultados obtenidos por las políticas.

El premio Construir Igualdad se propone visibilizar estas políticas para contribuir a posicionarlas como referentes, promoviendo el intercambio de experiencias en la región. Busca resaltar el rol estratégico de los gobiernos locales, en el marco de la Agenda 2030 y en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS-. Esta iniciativa, cuya primera edición se realizó en 2018, es parte del eje de trabajo Ciudades Inclusivas del CIPDH-UNESCO, del que también forman parte la Guía ODS y Ciudades: Movilidad Humana Internacional, y el proyecto de Asistencia Técnica a Ciudades.

Comentarios