Daniel Zecca
“Hoy llegué un poco más tarde porque antes de venir acá estuve con la familia de Carlos (Orellano)”, dijo el presidente Alberto Fernández, en una de las muchas frases relacionadas con la seguridad en Rosario que tuvo su discurso en el acto de homenaje a Belgrano en el Monumento.
Y con esa frase de referencia al joven hallado muerto en el río tras ser sacado del boliche Ming River House por patovicas le dio el tono a un acto que fue recorrido de punta a punta por la crisis de seguridad que pega fuerte en Rosario y que ya contabiliza 45 muertes en lo que va del año. “Ellos me necesitan más que ustedes”, clarificó todavía más el presidente al pedir perdón por la demora en el inicio del acto.
“Arreglar la Justicia”
“Fue una reunión amena, en privado, no querían abusarse de mi situación, tanto el presidente como el gobernador (Omar Perotti), y el intendente (Pablo Javkin), estuvimos todos de acuerdo en que lo primero es arreglar la Justicia, y que tenemos que trabajar todos en conjunto para que cambie”, dijo el padre de Carlos, Edgardo Orellano, tras la finalización del acto.
“Que nunca más muera un pibe en manos de patovicas o de narcotraficantes, hay que terminar con esta joda de algunos jueces que son impresentables, y arrancamos con un país mejor”, agregó casi en sintonía con el presidente, que unos minutos antes dijo: “Yo sé lo que pasa con la Policía de Santa Fe, yo sé lo que pasa con la Justicia de nuestro país, yo sé lo que pasa con la Justicia en Santa Fe, y vamos a hacer todo lo que haga falta para que de una vez por todas dejemos de reclamar justicia para uno, justicia para el otro, y que veamos castigados a los culpables de tanto delito”.
Sobre la relación con el presidente, Orellano dijo que habrá continuidad: “Me dieron su teléfono personal, nos vamos a reunir tranquilos, con un equipo, las horas que sean necesarias, hay que cambiar la Justicia de este país”.
“Ellos terminaron con la vida de mi hijo y tiene que terminar la vida de ellos también, pero dentro de la cárcel. Y si los largan yo voy a aplicar mi propia justicia”, dijo en relación a los autores del crimen. “La muerte de mi hijo no va a ser en vano”, insistió.
Marcha y pedido a la Justicia
Antes del encuentro con el presidente, en la previa del acto, cerca de las cinco de la tarde, centenares de amigos, vecinos y compañeros del joven llegaron al monumento para hacer oír su reclamo.
Más de 250 personas recorrieron los 300 metros que los separaban del frente de Ming hasta el acto por el aniversario del primer izamiento de la bandera argentina, con pancartas: “Basta de impunidad” y “Justicia por Carlitos”.
Antes de la reunión con el presidente, el padre de Carlos Orellano pidió la “inmediata detención” del jefe de los patovicas y de una agente de la Policía santafesina que realizaba tareas de adicionales en la disco, al considerar que están “encubriendo” el hecho.
“Nos resulta rara la denuncia de la mujer policía. Esa mujer hizo un llamado al 911 la madrugada en que Carlitos desapareció dando a entender que mi hijo se había caído o tirado al río”, dijo el hombre, durante el encuentro en el que los manifestantes reclamaron el esclarecimiento del caso.
Además, dijo que la mujer policía “que llamó haciendo la denuncia fue verdugo y testigo”.
En tanto, el abogado que representa a la familia de la víctima, Salvador Vera, afirmó que tanto la agente como el jefe policial “ya habían declarado en el marco de la causa, pero llamativamente volvieron a presentarse de manera voluntaria con otra representación jurídica, para tratar de acomodar su declaración en función de las contradicciones que nosotros marcamos públicamente que padecían las declaraciones”.
“Por eso decimos que deberían estar evaluando la detención, fundamentalmente de una agente policial y del jefe de seguridad del boliche en función de severas contradicciones en sus declaraciones”, indicó el abogado.
Por otra parte, Vera informó que la autopsia del cuerpo se realizará el próximo miércoles, cuando también se conocerán los resultados de los análisis complementarios de las manchas de sangre detectadas en las afueras y el interior del local bailable.
“Perdimos las primeras 36 horas, las principales. Si no iba yo a mover el asunto todavía estaríamos esperando. Si no me empezaba a mover con los fiscales no pasaba nada”, remarcó Edgardo, quien llamó a movilizarse por “un país en libertad donde un patovica no tenga licencia para matar, donde la Policía no embarre la cancha cuando uno levanta pruebas, donde otro no cajonee pruebas”.
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