El Hincha Mundial

El Mundial de las pibas

El poder de sorprender

La empresa automotriz surcoreana Kia Motors hizo honor a su eslogan: “El poder de sorprender”. Y vaya si lo hizo. Hace unas semanas dio a conocer los premios para los equipos ganadores de la “Kia Champ” y hubo una diferencia indignante: para ellos fue un viaje al Mundial, para ellas… ropa.

La automotriz, patrocinadora oficial de la Copa del Mundo de la FIFA, todos los años realiza un torneo de fútbol entre los equipos campeones de la zona de Pilar, Buenos Aires. Y este año decidió sumar también equipos femeninos, ¿todo una avance no?

Y el premio para los ganadores se anunció en el portal web: “Pasajes de avión a Rusia para todo el equipo, alojamiento y comidas y entradas para un partido de la Copa del Mundo”.

Hasta ahí todo genial. Pero de repente, las redes se revolucionaron luego de que una de las jugadoras participantes del torneo (y del plantel campeón) anunciara la sorpresa: el premio para el equipo masculino efectivamente era un viaje al Mundial, pero para el equipo femenino fue otro muy distinto… mochilas y remeras.

Michelle Ferrer, parte del equipo campeón del torneo que se disputó el pasado 25 de mayo, fue la encargada, a través de su cuenta personal de Twitter, de dar a conocer la noticia.

“Nos vamos a Rusia!!! Ah, no. Cierto que somos mujeres, eso es cosa de hombres. Sabor agridulce el finde largo, campeonas de la #copakia que reúne a los mejores equipos de fútbol amateur. ¿Premios? Ellos, viaje al Mundial; ellas, mochilas y remeras”, escribió.

“Sí, leyeron bien. A nosotras nos dieron ropita rosa (bien minita Pilis y Milis) y a los machos futboleros viaje todo pago a ver el Mundial. Pero, ¿cómo? Si ya hay tantos equipos femeninos como masculinos. ¿Sólo ellos miran fútbol?”, continuó con lógica indignación.

La “denuncia” no tardó en viralizarse por las redes sociales. Sin embargo, hasta hoy no hubo respuestas oficiales de la empresa Kia.

Sería gratificante que den un paso atrás y que les otorguen los mismos premios, sin distinción de género. El asunto es que desde el vamos hay un preconcepto, un estereotipo marcado a fuego, que no se borra ni siquiera con la inclusión de equipos femeninos en el torneo: las chicas pueden jugar, pero no viajar a ver el Mundial. Porque a pesar de que les gusta jugar a la pelota, más adecuado es premiarlas con ropa.

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