Policiales

juicio a los monos

El peso de la data de buchones

El jefe de la Brigada Operativa que llevó el peso de la instrucción de la megacausa describió cómo se conseguía la llamada información de calle, no contestó si esos dichos se obtenían de detenidos, pero confirmó que los validaban ellos mismos.


La Brigada Operativa de la División Judiciales sigue declarando en juicio a la banda de Los Monos. Es que la investigación se originó por informes que estos policías elaboraban para el juez Juan Carlos Vienna, y de esos datos surgieron allanamientos y escuchas telefónicas. Este lunes había declarado el jefe de Judiciales, Cristian Romero, quien deslindó las responsabilidades en la Brigada. Luego siguió Luis Quevertoque, subjefe de la Brigada, y la jornada se extendió hasta pasada la medianoche. Este martes le llegó el turno al comisario Raúl Saccone Tirrito, subjefe de Judiciales y titular de la Brigada. Cuando el policía prestaba su testimonio, Lorena Verdún, madre de los hijos de Claudio “Pájaro” Cantero, le salió al cruce, ya que Saccone dijo que había allanado su casa, un hecho que no ocurrió. Y además le reprochó que en un allanamiento a la casa del Pájaro le habían robado “hasta la tabla de planchar”.

La abogada de Lorena Verdún, Romina Bedetti, le preguntó a Saccone si en la investigación que hizo la Brigada, siguiendo instrucciones de Vienna, figuraba su defendida. El testigo respondió que no recordaba con precisión, pero agregó que podía ser porque “está mencionada por tenencia o propiedad de taxis u otros vehículos”. Desde el banquillo, Verdún estalló: “A mí nunca me secuestraron nada, ni siquiera me allanaron. Estamos debatiendo y no me dejan hablar. Sólo me secuestraron armas de paintball. Y después lo mandaron a matar (al Pájaro). Sinvergüenza. Vos venís de testigo, sinvergüenza. Mirame a la cara, hijo de puta. Yo no tengo que estar, ustedes me metieron. Viejo rastrero. ¿La delincuente soy yo?”. Verdún fue sacada de la sala por orden del juez Ismael Manfrín.

El comisario repitió los dichos de sus antecesores: es decir que la Brigada fue creada ante la alta tasa de homicidios en la ciudad. Y resaltó la hipótesis que evaluaron sobre el crimen de Martín “Fantasma” Paz, en septiembre de 2012, que derivó en la megacausa por asociación ilícita. Dijo que fue un asesinato en el que intervino un sicario y que el móvil fue una deuda que mantenía Paz con los Cantero.

También contó la estructura organizativa de la Brigada, en la que Quevertoque recogía la información de calle y el sargento Ariel Lotito coordinaba. Saccone aseguró que sólo elevaba los informes que hacía su personal. Al igual que el resto de sus compañeros, se caracterizó por la escasa memoria sobre la causa que tiene a 25 imputados en el banquillo, por no conocer a los informantes de calle y por descargar la responsabilidad sobre Quevertoque y Lotito.

El defensor Adrián Martínez le hizo leer un informe que había elaborado Quevertoque, pero que él había elevado a Vienna. Con fecha de 24 de abril de 2013, sostiene que Paz era narcotraficante y que la causa era competencia federal. Después argumenta que los allegados a Paz dicen que era prestamista, pero ellos, la Brigada, mantienen la teoría de que era narco y que lo mataron por eso.

Otro punto fuerte tiene que ver con la obtención de la famosa información de calle, una fórmula basada en los tradicionales buches, que junto con las escuchas representan por lo menos el 80 por ciento de las investigaciones. En ese sentido fue el abogado Carlos Varela quien le preguntó si los detenidos les daban datos, a lo que contestó que sólo se basaban en declaraciones, pero que los detenidos no eran informantes.

Varios de los defensores apuntan a que uno de esos detenidos,  Mario “Gringo” Visconti –quien sería asesinado en junio de 2016–, era informante de la División Judiciales, pero Saccone lo negó.

Los defensores de algunos de los 13 policías que están en el banquillo apuntaron también contra Visconti como informante y aludieron a “los datos que se filtraban” desde Jefatura. “Se fugaron datos desde Jefatura que usaba la banda”, sostuvo Saccone. Y volvieron a consultar sobre quién controlaba la veracidad de los informantes, a lo que Saccone respondió que lo hacían ellos mismos. “Cuando se investiga un crimen por sicariato por una deuda impaga hay que ver qué hay abajo de la olla. Informamos lo que nos parece, cómo era este tipo de crimen. Lotito era el interpretador”, aunque aclaró que las escuchas las transcribían y luego Lotito las interpretaba en su informe.

El último bondi

Poco antes de las seis de la tarde, y a minutos de que empezaran a reproducir escuchas telefónicas, la defensa del policía Guillermo Cardini pidió permiso para retirarse de la audiencia: “Mi cliente vive en Soldini y el último colectivo sale a las 18.50”.

Debate sobre las escuchas

Cuando Claudio Cantero fue asesinado, la mayoría de sus allegados ya tenía el teléfono intervenido y a los policías de la División Judiciales detrás. Por eso, la primera reacción de los familiares del Pájaro durante la trágica madrugada del 26 de mayo de 2013, cuando dos pibes lo atacaron a tiros en la puerta de un boliche, quedó registrada. Algunos de esos audios, y otros de los días siguientes donde mencionan a los presuntos responsables y la toma de represalias, fueron incorporados ayer en el juicio que se le sigue a la banda de Los Monos. La producción de esa prueba se realizó ante la presencia de la testigo protegida V.R., miembro de la Agencia Federal de Informaciones (AFI-ex Side), quien diligenció las escuchas. Sin embargo, la incorporación de ese material en el juicio generó un intenso debate entre las partes, ya que los defensores resaltaron que la mayoría de las personas que conversan por teléfono no están identificadas y que la agente secreta entregó las grabaciones en CD sin conocer su contenido.

Durante el debate, la agente de la AFI, quien solicitó que se vacíe la sala de periodistas y público para preservar su identidad, reiteró que el contenido de las escuchas le era totalmente desconocido, ya que su función era diligenciarlas y entregárselas en CD “inviolables” a la División Judicial. No obstante, para que la Fiscalía pueda incorporar el contenido de las mismas en el juicio debió quedarse como testigo idónea, a lo que la defensa se opuso sin éxito.

El defensor Fausto Yrure le recordó al fiscal Luis Schiappa Pietra que fue la Fiscalía la que desistió de realizar peritajes de voz en todas las escuchas y sólo lo hizo en una porción, cuyos resultados positivos fueron mínimos. Por eso pidió que sólo se reprodujeran las que estaban identificadas. Con el mismo criterio se explayó Carlos Varela, aunque con tono irónico. Dijo que si se podía escuchar conversaciones sin saber a quiénes pertenecían “podríamos tropezar con la novia de un fiscal o de un ministro”, en referencia a recientes escándalos con escuchas sobre funcionarios.

“No te das cuenta que me la quieren poner”

La caída del Pájaro Cantero y también la de la banda, al menos como se la conocía, comenzó poco tiempo antes de que lo mataran. Él lo sabía. Ese episodio volvió ayer en forma de expediente, lectura, testimonio y se refería a un allanamiento “absurdo” en la casa del Pájaro, en Regimiento 11 al 300.

“Me robaron la ropa, las zapatillas, la moto”. El Pájaro Cantero estaba sacado. Fue el 10 de mayo de 2013, dos semanas antes de que lo mataran. La División Judiciales había entrado a su casa. Buscaban a un tal Termo, en una causa por el robo de un maletín con 170 mil pesos. Aunque ayer el comisario Raúl Saccone sindicó al Pájaro como el responsable de ese asalto.

Un abogado del Pájaro se juntó días después con él en Oroño y Lamadrid. El Pájaro venía de pescar en lancha por el río Paraná. No había estado en la casa cuando fue el procedimiento.

—Dejate de joder. No te podés enojar así, le dijo el abogado.

—Me faltaron el respeto.

—Pero es una boludez…

—¡No te das cuenta que me la quieren poner!

El Pájaro había descifrado la jugada que dos semanas después, un 26 de mayo, se lo llevaría puesto para siempre. Sabía que estaba entrando a un territorio de confrontación. Ahí empezó a deambular para que le devolvieran sus cosas. Fue a Tribunales, al juzgado de Juan Andrés Donnola, quien firmó la orden. Le dijeron que ellos ya le habían avisado a la Policía que debían devolverle la ropa y los electrodomésticos. El Pájaro fue a la Jefatura y confrontó a los policías de Judiciales. También fue a la casa de un jefe, pero no le abrieron la puerta. Si bien el Pájaro vio la jugada, no alcanzó para evitar su muerte.

Ayer, sentado en el banquillo de los testigos, el comisario Saccone, jefe de la disuelta Brigada de Judiciales, se refirió al episodio: dijo que allanaron porque sospechaban del Pájaro y que la ropa y la moto las había comprado con ese dinero ilícito. Ese episodio le valió los gritos y los insultos de la madre de los hijos del Pájaro, Lorena Verdún, quien lo trató de delincuente y le recordó que se llevaron de la casa hasta la tabla de planchar. Poco después, fuera de la sala de audiencias, el abogado Carlos Varela apuntó contra los policías: “Yo creo que ese allanamiento fue hecho por Judiciales para dañar a Claudio Cantero y fue el inicio de un plan letal en su contra”. Varela consideró como “absurdo” un hecho en el que se investigaba un robo de 80 o 100 mil pesos, donde se llevaron ropa y zapatillas. “Ha habido una complicidad que escapa a cualquier persona que pudiera darle muerte a Claudio Pájaro Cantero, ha habido complicidad de funcionarios”.