Ciudad

No es un buen compañero

El peor de la clase: se quedó con la plata de la graduación

Cursaban el último año del Eempa Nº 1.299 y denunciaron que un compañero se quedó con 60 mil pesos que habían recaudado para la fiesta de fin de año. Desde la semana pasada que no pueden localizarlo


Un grupo de estudiantes que cursan el último año del Eempa Nº 1.299, situado en Córdoba al 2600, denunciaron que fueron estafados por un compañero que se quedó con el dinero que habían recaudado para el festejo de graduación. Según señalaron, el estudiante tenía 60 mil pesos correspondiente a las cuotas que debía abonar al salón. Nunca pagó y desde el viernes no pueden localizarlo.

Según contó José, un alumno de 5° año, M. cursaba en otra división y a principio de año les propuso, junto con otra compañera, hacer una fiesta de fin de año que incluyera a los dos cursos. Les dijeron que ellos ya habían reservado un salón para el 8 de diciembre. Los estudiantes aceptaron la propuesta y cada mes les fueron entregando plata como parte de pago.

Después de unos meses, los encargados de organizar la fiesta les dijeron al resto de sus compañeros que el precio de la tarjeta había aumentado de ochocientos a mil pesos. Los compañeros empezaron a sospechar y les pidieron los recibos por las entregas que ya habían hecho, pero nunca se los dieron.

“Nos ponían excusa para no mostrarnos los recibos. Nos cansamos y fuimos a hablar con la gente del salón. Nos confirmaron la reserva, pero nos dijeron que desde abril sólo depositaron 9.600 pesos y que si no cancelábamos el 50 por ciento del total, el contrato se caía”, contó José.

“Hablamos con mi compañero y nos dijo que tenía la plata guardada, que la iba a depositar. No nos cerró y le dijimos que nos bajamos de la fiesta. Media hora después de terminada la charla, se fue de la escuela y no volvió”, agregó.

Los compañeros fueron hasta la casa, pero no tuvieron novedades del paradero del compañero ni de los 60 mil pesos que habían recaudado. Según contaron era un buen alumno, con buenas notas y buen comportamiento, que asistía a la institución desde primer año.

Los cerca de 30 estudiantes harán rifas y bingos para intentar juntar algo de plata que les permita hacer algún tipo de festejo para celebrar el fin del cursado, aunque ya desistieron de la gran fiesta.

“Nuestras familias habían hecho un gran esfuerzo para juntar la plata. Vamos a organizar actividades pero no creemos que llegaremos a tiempo para cancelar la deuda”, concluyó José.

Sin catering

En febrero de este año hubo otra fiesta aguada. Familiares de una chica que estaba por celebrar los 15 años en un salón de Presidente Perón al 6800, se enteraron cuando ya estaban los invitados y esperaban a la agasajada, que el servicio de catering incluido en el servicio pagado no había sido cubierto por la empresa. Los familiares encararon a una mujer que se presentó como la esposa del dueño del local, pero que no supo explicar el inconveniente. La rodearon con intenciones de agredirla hasta que un móvil del Comando Radioeléctrico llegó al lugar y frenó la situación. La mujer quedó detenida porque el local ni siquiera estaba habilitado. Integrantes de dos móviles de la Guardia Urbana Municipal convocados al lugar informaron que el salón sumaba cuatro clausuras porque, tras la primera, sus dueños reincidieron otras tres veces.

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