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El paseo turístico que inquieta a Colombia

Pablo Escobar fue uno de los narcotraficantes más buscados de mundo y hoy cuenta con su propia ruta turística después de la insólita agencia que montó su familia.

La figura de Pablo Escobar (1943-1993) está vinculada con la muerte de más de 10.000 personas, múltiples atentados con choche bomba y, sobre todo, una larca época negra de la que aún intenta recuperarse Colombia. Quien fue uno de los narcotraficantes más buscados de mundo, hoy cuenta con su propia ruta turística después de la insólita agencia que montó su familia. La empresa, que levanta ampollas entre las autoridades, es un éxito entre turistas extranjeros.

La vida de la persona que condujo los hilos de la droga y sembró el pánico en la ciudad de Medellín es la que lleva a un gran número de visitantes a querer conocer los lugares que marcaron la historia. El hermano y vieja mano derecha de Pablo Escobar, Roberto (alias Osito), afirmó a los medios que fue precisamente ese interés el que lo llevó a construir la idea: el proyecto se materializó y los interesados fluyeron.

Mientras que “La ruta de Pablo” toma forma, hay quienes se debaten entre si es correcto o no permitir este tipo de tour. Los primeros en enarbolar la bandera opositora son los empresarios que han logrado instalarse en la zona con numerosos hoteles de lujo y convertir la capital de Antioquia en un polo urbano muy recomendable.

Las autoridades también han hecho un esfuerzo por despegar a la región de su trágica relación con el narcotráfico, por lo que cualquier intento por resucitar el pasado es considerado negativo para sus planes. La que hace dos décadas fue la zona más sanguinaria del planeta es hoy uno de los puntos preferidos del turismo acomodado y las intenciones de la familia Escobar podrían arruinar la imagen que se pretende dar sobre la zona.

El viceministro de Turismo, Óscar Rueda, aseguró al respecto que la guía que conduce el recorrido no cuenta con el aval oficial y que la agencia que lo organiza tampoco figura en los registros. “No me hace feliz que esta sea la forma de promover a Medellín”, aseveró.

Lo curioso es que para un nutrido grupo de turistas la gracia es precisamente la huella del horror, y son muchos los que diariamente consultan en agencias si las zonas residenciales de Pablo y familia pueden ser visitadas. Aunque la idea de convertir a uno de los criminales más despiadados del mundo en un atractivo resulta inaudito, hay quienes ya le encontraron la veta. El primero fue Roberto. A sus 64 años de edad, casi sordo –cuando purgaba una pena en prisión en 1993 una carta bomba le estalló en las manos y las secuelas fueron irreversibles– y con aspecto de paisano, este hombre afirma que las necesidades económicas lo han llevado a hacer de su vida y de la de su hermano un cebo para extranjeros.

Así, su campaña comenzó primero en internet, para luego ofrecer sus servicios en varios hoteles de Medellín. Entre los puntos de interés figuran la tumba, la casa donde murió y la cárcel donde estuvo preso, llamada La Catedral. El costo es de 30 dólares y toma toda la jornada. A la vista del turista quedan todos los detalles: los agujeros de balas en las paredes, escritos de sus seguidores, el comedor en el que Pablo celebró su último cumpleaños antes de ser asesinado por miembros de la Policía Nacional de Colombia, el 2 de diciembre de 1993, y hasta los escondites.

También, el “Pablo Escobar Tour” ofrece una visita a la Hacienda Nápoles, donde Escobar montó un zoológico y una serie de lujos. En la entrada principal se exhibe, como trofeo, una réplica de la avioneta que el narco utilizó para enviar su primer cargamento de droga a Estados Unidos. Se alimenta a la vez la historia no oficial sobre su deceso. De acuerdo con las versiones de sus allegados, el líder del Cartel de Medellín, viéndose acorralado por las fuerzas de seguridad, se suicidó con un tiro en la cabeza. En el lema de una organización de la que formaban parte varios grupos de narcotraficantes, Los Extraditables, “preferimos una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos”, se encontraría el porqué de su decisión. Mientras se alimenta la leyenda, sigue la polémica.

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