Sociedad

Trenque Lauquen

El Pase, la primera cooperativa de trabajo de personas detenidas

La primera fábrica artesanal de pelotas de Trenque Lauquen está a punto de convertirse en la primera cooperativa del país conformada por jóvenes privados de su libertad que funciona fuera de un penal; una experiencia que conmovió al propio Lionel Messi y a la Selección


La primera fábrica artesanal de pelotas de Trenque Lauquen está a punto de convertirse en la primera cooperativa del país conformada por jóvenes privados de su libertad que funciona fuera de un penal; una experiencia que conmovió al propio Lionel Messi y a la Selección, al punto de firmarles uno de los balones hechos por estos internos con salidas laborales diarias.

Se trata de El Pase, un emprendimiento que funciona hace tres años en el centro de esta ciudad bonaerense a instancias de la Pastoral Penitenciaria, que la creó exclusivamente para dar empleo temporario a jóvenes que purgan los últimos meses de condena en el penal masculino de Las Tunas y facilitar su reinserción laboral.

Esta cooperativa en formación que apadrina el polista Adolfo Cambiasso tiene dentro de su plantel de 10 socios-trabajadores no sólo presos de la Unidad 20 bajo el régimen de semilibertad, sino también recién liberados y adolescentes que nunca estuvieron tras las rejas pero se encuentran en situación de vulnerabilidad.

“Cuando recién salís en libertad entrás en desesperación, porque las pocas puertas que te quedan por golpear, te las cierran por tu pasado. La gente habla de reinserción pero lo primero que te piden son los antecedentes penales”, dijo a la agencia Télam Jonathan Jaime, el encargado de 30 años de El Pase que vivió en carne propia la experiencia carcelaria.

“Son dos mundos muy distintos: estando detenido tenés cama y comida, pero de repente estás afuera y todos los días necesitas plata para pasajes, luz, alquiler. Salís a buscar laburo y, como no te dan, volvés a delinquir”, agregó.

Un círculo vicioso que experiencias como la de El Pase consiguen romper porque “fortalecen tu autoestima y te demuestran que hay otra vida”, contó Jaime, quien entró a trabajar en la fábrica durante sus últimos meses de condena y por su empeño y liderazgo quedó como supervisor y capacitador.

El responsable del proyecto, Martín Herrero, contó a Télam que el nombre de la fábrica alude a su finalidad: ser una “pasada” previa por la libertad antes de la excarcelación definitiva, para fabricar un producto que en realidad es “una excusa” para fomentar “hábitos, límites, compañerismo y respeto” pero también para “derribar prejuicios”.

“Este trabajo es de paso y la idea es que cuando logren la libertad, ya estén en condiciones de entrar en otra empresa y dejarle el lugar a alguien más”, dijo.

En El Pase se fabrican unas 250 pelotas mensuales de fútbol y vóley playero; la mayoría de ellas a pedido de firmas -que las adquieren para ser distribuidas como “regalo empresarial”- o de “clubes de la zona”.

“La verdad es que nos está yendo muy bien y hemos logrado la auto sustentabilidad”, apuntó.

Aunque hay muchas cooperativas de trabajo de liberados o funcionando dentro de las penitenciarías, ésta “es una experiencia inédita” a nivel nacional, lo que corrobora Manuel de Arrieta, de la Confederación Argentina de Trabajadores Cooperativos Asociados (Conarcoop).

“Es la primer cooperativa de personas privadas de la libertad que salen a trabajar y regresan al penal todos los días, pero como en el cooperativismo los trabajadores son los dueños, para la inscripción tuvimos que trabajar con el INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) en un nuevo modelo que prevea la transitoriedad”, explicó.

De Arrieta estimó que “en unos meses podríamos obtener la personería jurídica” lo que permitirá “vender a grandes empresas, sacar créditos, realizar aportes previsionales o ser proveedor del Estado”, es decir, operar “en igualdad de condiciones con otra empresa”.

Por su parte, el director del penal Las Tunas, Mario Clementi, explicó a >Télam> que los internos se seleccionan entre aquellos “que están próximos a cumplir la condena, pero que además tienen buena conducta y un perfil acorde a partir de un trabajo en conjunto con el juez de ejecución local”.

“Desde hace un mes, además, funciona una extensión de la fábrica dentro del penal para darle posibilidad a internos que no están tan cerca de recuperar la libertad, de ganarse un peso cosiendo pelotas”, señaló.

“Yo a las 17 me voy al penal, vos para donde quieras”, el consejo a los adolescentes

El responsable de la fábrica de pelotas El Pase de Trenque Lauquen, una cooperativa creada para dar empleo temporario a presos próximos a recuperar la libertad, contó que el objetivo del proyecto es también “prevenir un camino de cárcel” entre los adolescentes libres pero vulnerables que también trabajan allí.

“No sólo trabajamos con jóvenes presos, sino con chicos en riesgo, que necesitan una oportunidad a modo de prevención”, explicó a Télam Martín Herrero, cara visible de “El Pase” e integrante de la Pastoral Penitenciaria.

Herrero contó que entre los 10 trabajadores-socios de la cooperativa que funciona desde hace tres años en el centro de Trenque Lauquen, hay jóvenes de entre 16 y 22 años que “no cayeron presos pero estaban haciendo todos los méritos”.

La idea es alejar los riesgos no sólo a partir del trabajo, sino del intercambio con personas liberadas o a punto de recuperar la libertad y muy decididos a iniciar una nueva vida.

“Los chicos que vienen del penal les dicen vos estás desesperado por entrar, yo por salir. Yo a las 17 me voy al penal, vos para donde quieras. Yo no tengo tantas chances, vos todas: incluso de nunca perder la libertad’“, contó Herrero.

Uno de los que vuelca su experiencia con los adolescentes en El Pase es Jonathan Jaime, encargado del taller.

“Entre los chicos que se crían en las esquinas, hay como un fanatismo de saber que hay allá: hablan y se visten como nosotros porque creen que así los van a respetar más. Y mientras a nosotros nos da vergüenza haber pasado por la cárcel, a ellos les parece una joda porque no tienen conciencia de lo que se sufre”, contó.

Jaime cuenta que empatiza mucho con ellos porque “es como verme a mí mismo unos años atrás”, por eso “trato de fortalecerlos los seis u ocho meses que permanecen acá, para que encuentren otro laburo”.

“Yo tengo dos hijos y me avergüenza haber estado preso por robar. Si yo hubiera tenido ‘El Pase’ en la adolescencia no hubiera terminado en la cárcel: ellos lo tienen, pueden elegir”, remató.

Sus creadores eligieron hacer de “El pase” una cooperativa en lugar de una empresa tradicional porque “las ganancias se distribuyen equitativamente”, después de restar lo necesario para “para volver a comprar material y cubrir todos los gastos”, contó Herrero.

“Más que crecer, a nosotros lo que más nos interesa es que el proyecto se replique: no importa si es con una pelota o con otra cosa, porque mientas más se replique, más posibilidades le vamos a dar a estos chicos sin oportunidades”, agregó.

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