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INFORME DE LA UNR

El parto respetado es ley

Una investigadora de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) estudia uno de los tipos de violencia contra la mujer más naturalizada, sistematizada e invisibilizada en Argentina: la obstétrica.


Por Gonzalo García – UNR

La violencia obstétrica es uno de los tipos de violencia contra la mujer más naturalizada, sistematizada e invisibilizada en nuestro país. Candela Demarchi, integrante del Centro de Investigaciones en Derecho de la Salud de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), encabeza un proyecto titulado “El derecho a decidir sobre el propio cuerpo: ¿Qué es parir en libertad?”, desde donde aborda la problemática silenciada. Comenzó a partir de la labor de la docente Marianela Fernández Oliva, quien forma parte de la materia electiva “Derecho a la salud”, en la que Candela es ayudante. Se diferencia de las asignaturas tradicionales como derecho civil o penal al ocuparse de una arista muy poco explorada en por la academia. “Me llamó mucho la atención porque está relacionada con todo lo que son los derecho humanos. La cátedra te da la posibilidad de ver al abogado en otras condiciones y cómo puede colaborar con la salud”, contó Demarchi.

La mujer integra el Centro de Investigaciones en Derecho de la Salud del cual Marianela es directora. “Tiene como objetivo ver cómo los sectores vulnerables se relacionan con el derecho a la salud y el mercado”, comentó la joven investigadora.

La violencia obstétrica es la que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres con un trato deshumanizado, el abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales. “Hace varios años empezó a hablar de esto, pero recién con la Ley de Derecho de Protección a la Mujer le dio impulso”, opinó la investigadora.

Como respuesta a este tipo de violencia surge el concepto de parto respetado como derecho de la mujer y la familia. Desde 2004 está en funcionamiento la Ley de Parto Humanizado, reglamentada en 2015. “Muchas mujeres se dan cuenta luego de un tiempo que sufrieron violencia obstétrica, cuándo comienzan a compartir su experiencia con otras mujeres”, explicó la investigadora.

El año pasado estalló la polémica a partir de un caso de una pareja que decidió tener un parto domiciliario sin atención médica y el bebé falleció. “Se empezó a decir que el parto respetado era una moda de los famosos, pero nadie se puso a discutir qué fundamentos había, ni a pensar cuáles fueron los índices de cesáreas que hay en hospitales y sanatorios. Se habló desde el desconocimiento del tema y se apuntó a un solo lado”, recordó Demarchi.

El objetivo de este trabajo es visibilizar el hecho que, a pensar que están dispuestas medidas de protección contra la violencia obstétrica, aumentaron la cantidad de cesáreas que se producen no sólo en Rosario sino en todo el país. “La ley dice que la violencia no sólo consiste en malos tratos físicos y psicológicos, sino también en infantilizar a la mujer con las prácticas invasivas que desnaturalizan el parto. Las mujeres no siempre la denuncian. Hace poco hubo un juicio civil en el cual una mujer denunció a su obstetra por mala praxis en el marco legal de violencia obstétrica. La cantidad de denuncias son pocas en comparación con las situaciones reales y se hace difícil poder tener dato precisos”, expuso la investigadora. El dato chequeado es que aumentaron exponencialmente las cesáreas y se espera que en un futuro uno de cada dos nacimientos sean por este medio. La situación afecta a todas las mujeres sin importar la condición económica ni social. Ocurre en instituciones públicas como privadas, lo que lleva a evaluar la praxis médica. Para la investigadora existen las medidas necesarias para que estas situaciones no ocurran.

Según Demarchi cuando se piensa en un parto, normalmente se suele pensar a la mujer en una cama con suero, pero hay que replantearse la imagen. “En muchos casos no se le da la oportunidad a la mujer de decidir sobre su cuerpo. Parece que la mujer que va a parir no tiene autonomía”, afirmó la investigadora.

Las leyes de Derecho del Paciente, la de Parto Humanizado y la de Protección Integral de las Mujeres son normas nacionales. Están ratificadas por el gobierno de Santa Fe. “Decidir basados en la información y con consentimiento son derechos humanos. Una institución no puede decidir si realiza un parto respetado o no. Es una obligación de la institución y del profesional de la salud de garantizarlos”, sostuvo la abogada.

Puertas adentro la violencia contra las mujeres en parto es un tema sensible para el personal de Salud. Siempre según la investigadora, pocos se atreven a la autocrítica y sostienen que siempre respetan los deseos de las mujeres. Otros piensan que el parto respetado es una moda y la confunden con el parto en la casa, por ejemplo.

“La violencia contra las mujeres está instaurada socialmente y es importante entender que el médico está dentro de ese contexto social como cualquiera. No están exentos de la carga cultural. El sistema de salud también es violento para los profesionales en donde hay rangos, preparaciones diferenciales, etc”, aclaró la investigadora.

Demarchi intenta romper con la idea de que el parto respetado es dentro del ambiente del hogar o sin médicos. “Tiene que ver con velar por los derechos básicos, que se materializan en el hecho de que se pueda conocer y decidir en el momento de la concepción. Es importante garantizar un parto seguro y consensuado”, señaló la investigadora.