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El paro mostró grietas en el ruralismo

Las medidas de protesta impulsadas por Buzzi, de Federación Agraria, no tuvieron el apoyo de la SRA ni de la CRA.

La medida de fuerza que encabezó la dirigencia rural la semana pasada contra la intervención al mercado de trigo que realiza el gobierno para “abastecer al mercado interno”, dejó señales políticas de que al interior del bloque campestre siguen sin resolverse las diferencias. Mientras trascendió que el cese de comercialización de granos tuvo filtraciones, ya que algunas operaciones se habrían realizado, los dirigentes protagonizaron actos y manifestaciones por separado.

Más allá de lo discursivo y de la asamblea de Bahía Blanca el miércoles pasado, el titular de la Federación Agraria (FAA) encabezó una protesta el viernes último frente a una planta del gigante exportador Cargill en la provincia de Santa Fe. Fue en el quinto día de la huelga comercial organizada con sus pares de la mesa de enlace.

El reclamo a las autoridades para que liberen las exportaciones de trigo implicaría poder cobrar el precio de mercado por el grano, ya que argumentan que la intervención oficial favorece acuerdos entre exportadores y molinos para comprarles la materia prima a un valor inferior.

Unas 200 personas con una veintena de tractores se concentraron por casi dos horas en un bloqueo simbólico a la empresa, a la que no llegaron camiones con granos. La metodología no fue del agrado del presidente de la Sociedad Rural (SRA), Hugo Biolcati, ni del titular de Confederaciones Rurales (CRA), Mario Llambías, quienes no participaron. “Claramente tenemos objetivos y formas de pensar distintas”, admitió Buzzi con respecto a sus colegas.

Llambías, Biolcati y Carlos Garetto, presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), optaron por realizar un acto también el viernes en Laboulaye, provincia de Córdoba.

Sumado a esto trascendió que a pesar del llamado a no comercializar trigo, se vendieron más de 640.000 toneladas del cereal en los primeros días del paro que duró siete días.

A todo esto, las declaraciones del intendente de la localidad cordobesa de Leones, conocida como la “Capital Nacional del Trigo”, Fabián Francioni, quien se pronunció en contra del lock-out, no ayudaron a fortalecer el reclamo conjunto. “Buscan posicionarse políticamente”, denunció Francioni, al apuntar contra los dirigentes que componen la mesa de enlace, y acusó de “doble discurso” a su coterráneo Carlos Garetto, presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro).

En medio del reclamo por el trigo, que al parecer continuará en los próximos días, la central sindical que agrupa a los trabajadores del área de San Lorenzo, en los suburbios de Rosario, anunció para esta semana una huelga en reclamo de un alza salarial.

La CGT de San Lorenzo pretende que todos los empleados de las compañías agroexportadoras cobren el mismo sueldo mínimo que los obreros aceiteros, cuyo gremio obtuvo una mejora salarial a fin del año pasado.

Si la protesta actual se prolonga, podría empañar el panorama político en un año electoral en el que se espera que la presidenta busque la reelección en los comicios de octubre.

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