Ciudad

El papel de los municipios

El cambio en salud pública que busca el oficialismo confía en el aporte de las comunas para mejorar la equidad del sistema mediante el desarrollo del primer nivel de atención y la participación social.

Para el gobierno de Hermes Binner, el debate sobre el rol de los municipios en el sistema de salud no puede demorarse mucho tiempo más: dieciséis localidades ya comenzaron a delinear servicios propios que se sumarán a los 28 centros de salud municipales que ya existen en el interior de la provincia, además de los siete hospitales y 47 centros de salud de Rosario. El modelo implementado desde la gestión de Héctor Cavallero como intendente –cuando Binner era secretario de Salud– ha sido presentado, en el proyecto de nueva ley de salud pública enviado a la Legislatura, como el sistema a aplicar en el resto de la provincia. De hecho, en los fundamentos del proyecto se puede leer una fuerte crítica al ex intendente Horacio Usandizaga.

“La ciudad de Rosario es un caso muy singular en el sistema de salud de la provincia. Luego del último intento de desmantelar los servicios públicos de salud por parte del entonces intendente (Horacio) Usandizaga, desde 1990 viene desarrollando una fuerte inversión en salud con siete hospitales, 510 camas, 47 centros de salud y aproximadamente 3.600 agentes”, sostienen Binner y el ministro de Salud Miguel Ángel Cappiello.

Entre las características que buscan imprimirle al nuevo sistema se destacan: el derecho a la salud entendida no sólo como el acceso a servicios de calidad sino también como una equidad en la protección de los principales riesgos de enfermar, discapacitarse o morir por causas evitables y una equidad en la información ciudadana y en la capacidad de tomar decisiones en salud. Y la concepción integral de la salud vinculada con la satisfacción de necesidades básicas, como alimentación, higiene, vivienda, ambiente, trabajo, educación, indumentaria, cultura y participación.

Según el proyecto oficial, es indispensable un mayor compromiso de los municipios, especialmente en la atención primaria, para generar mejores condiciones para la participación social, a la vez que se fomentarán los mecanismos de presupuesto participativo y de aportes solidarios para una mejor articulación entre la salud de las personas y las políticas públicas.

De sancionarse el proyecto tal como lo elaboró el Ejecutivo, el Ministerio de Salud tendrá más atribuciones. Además de custodiar la equidad global del sistema –lo que significa garantizar a todos los habitantes una adecuada protección de los riesgos ambientales y condiciones de vida que no pongan en riesgo la salud–, deberá reglamentar el funcionamiento de los efectores públicos, puesto que se reemplazará el antiguo régimen establecido por las leyes 6312 y 10608 (ver página 3).

También se prevé una regulación más firme sobre el sector privado. El proyecto establece que los servicios que éste brida deberán reunir una serie de requisitos para su funcionamiento, además de los que establece el régimen legal vigente: “Garantizar los primeros auxilios a personas sin cobertura que se encuentren en situación de riesgo hasta garantizar que otro servicio se haga cargo y entrar en la red de emergencias y catástrofes”, según se puede leer en el proyecto.

En lo referido al personal de hospitales y centros de salud, la idea de Binner y Cappiello es promover políticas de formación continua, educación permanente, remuneración adecuada, mecanismos de ingreso por concurso, promoción por mérito, evaluación de desempeño y un régimen disciplinario para todos los trabajadores de salud de las redes públicas.

Para poder desarrollar la estrategia de atención primaria, el gobierno propone establecer una extensa red de servicios de primer nivel de atención que permita que todos los habitantes de la provincia puedan tomar contacto con un centro de salud a no más de 60 minutos de su domicilio.

Además, el Estado se compromete a promover el papel del llamado “promotor social polivalente”. Su tarea será visitar casa por casa a los vecinos, en su carácter de referente barrial, y tendrá un papel fundamental en lo referido a la información, los cuidados, la prevención, la ayuda y el apoyo a las familias, no sólo en el ámbito de la salud sino además en alimentación, higiene, ambiente, tratamiento de efluentes y aguas, educación, trabajo, vivienda, cultura y participación. La base del promotor social polivalente será el hospital o centro de atención primaria barrial.

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