El papa Francisco pidió “abolir la pena de muerte” y que no haya “ninguna ejecución en el Año de la Misericordia”, ya que “también el criminal mantiene el inviolable derecho a la vida”.
“Me apelo a la conciencia de los gobernantes, para que se alcance un consenso internacional para la abolición de la pena de muerte. Y propongo a cuantos entre ellos son católicos que cumplan un gesto valiente y ejemplar: que no se ejecute ninguna condena a la pena de muerte en este Año Santo de la Misericordia”, demandó el Pontífice durante el Angelus de este domingo en Plaza San Pedro.
El Año Santo por el Jubileo Extraordinario de la Misericordia se extiende hasta el próximo 20 de noviembre.
“Mañana tendrá lugar en Roma un encuentro internacional sobre el tema: ‘Por un mundo sin la pena de muerte’ promovido por la Comunidad de San Egidio. Deseo que el simposio pueda dar un renovado impulso al compromiso en favor de la abolición de la pena capital”, agregó ante más de 20.000 fieles.
Luego de las palabras del Pontífice, grupos de sin techo, refugiados y pobres repartieron en la Plaza cajas de “Misericordia”, una “medicina espiritual” que Francisco recomendó para el Año Santo, y que contiene un rosario y un prospecto en favor de la misericordia “que nunca caduca”, en una versión “más fuerte, plus” del mismo obsequio entregado en noviembre de 2013.
“Es un signo de esperanza ver que se desarrolla y difunde cada vez más en la opinión pública una posición contraria a la pena de muerte, también como instrumento de legítima defensa social. En efecto, las sociedades modernas tienen la posibilidad de reprimir eficazmente el crimen, sin quitarle definitivamente a aquel que lo ha cometido la posibilidad de redimirse”, aseveró el Obispo de Roma.
“El problema se debe enfocar en la perspectiva de una justicia penal, que sea cada vez más conforme a la dignidad del hombre y al designio de Dios sobre el hombre y sobre la sociedad. El mandamiento “no matarás” tiene valor absoluto y se refiere tanto al inocente como al culpable”, explicó. “También el criminal mantiene el inviolable derecho a la vida, don de Dios”, sentenció Francisco.
“Todos los cristianos y los hombres de buena voluntad están llamados hoy a obrar no solo en favor de la abolición de la pena de muerte, sino también con el fin de mejorar las condiciones de reclusión, en el respeto de la dignidad humana de las personas privadas de la libertad”, agregó el Sumo Pontífice, que también recordó su encuentro en Cuba del pasado 12 de febrero con el “querido hermano” patriarca ortodoxo ruso Kirill.
En esa línea, Francisco aseveró que durante su viaje a México de la semana pasada mantuvo encuentros que “han sido encuentros llenos de luz: la luz de la fe que transfigura los rostros y aclara el camino”.
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