Cultura

Las otras batallas  

El mundo del espectáculo y la cultura recibe las esquirlas del conflicto bélico y toma postura   

La invasión de Rusia a Ucrania de los últimos días disparó una serie de otros conflictos que podrían considerarse como los daños colaterales de lo que muchos denominan “una guerra sin sentido”, como si alguna lo tuviese


Como era de esperar, el conflicto bélico desatado en los últimos días entre Rusia y Ucrania disparó una serie de otros conflictos vinculados con el mundo del espectáculo y la cultura que podrían considerarse como los daños colaterales de la guerra. Directores despedidos por no expresarse en contra, escritores de gran prestigio firmando en conjunto un comunicado, curadores y artistas rusos en la Bienal de Venecia que renunciaron a sus tareas y hasta Netflix tomando partido por lo que muchos llaman una “guerra sin sentido” como si alguna lo tuviese.

De un lado o del otro
El polémico director de orquesta Valery Guérguiev.

En las últimas horas, la Orquesta Filarmónica de Múnich echó a su director de nacionalidad rusa Valery Guérguiev por su amistad con el presidente Vladimir Putin y por haber hecho caso omiso a las intimidaciones del alcalde de esa ciudad alemana, Dieter Reiter, para que manifieste expresamente su rechazo a la guerra en Ucrania.

Así lo confirmó el propio funcionario, quien hizo hincapié en la falta de respuestas a sus peticiones de “distanciarse clara e inequívocamente de la brutal guerra de agresión que Putin está librando contra Ucrania”.

Reiter había dado el viernes a la noche un plazo al director de orquesta hasta la noche de este lunes para que emitiera una declaración al respecto.

“Una señal clara para la orquesta, su público, la opinión pública y la política de la ciudad habría sido indispensable para poder seguir trabajando juntos”, dijo el alcalde.

Al frente de la Filarmónica desde 2015, Guérguiev acumuló críticas en los últimos años por su pública cercanía con el presidente ruso, puesta de manifiesto cuando en 2014 adhirió a una solicitada que apoyaba la anexión de Crimea por parte de Rusia.

Además de los reclamos del alcalde de Múnich, el artista había recibido pedidos de la Scala de Milán y la Filarmónica del Elba de Hamburgo, entre otras instituciones, para que tomara distancia de Putin.

Plumas ilustres

Al mismo tiempo, más de mil escritores entre los que se encuentran el británico Salman Rushdie, la canadiense Margaret Atwood y los premio Nobel de Literatura Orhan Pamuk y Svetlana Alexievich firmaron una carta donde expresaron su solidaridad con Ucrania y pidieron poner fin a lo que definieron como “una guerra insensata”.

Los autores afirmaron estar “consternados por la violencia desatada por las fuerzas rusas en Ucrania”  y lanzaron un llamado  “urgente para cesar el derramamiento de sangre”, según expresaron en una carta abierta publicada por la asociación mundial de escritores PEN International.

“Estamos unidos en la condena de una guerra insensata, causada por el rechazo del presidente (ruso Vladimir) Putin a aceptar el derecho del pueblo ucraniano a debatir sobre su futura orientación y su historia, sin la injerencia de Moscú”, señala la misiva, publicada en inglés, ruso y en ucraniano.

En el mensaje, los firmantes señalaron que están unidos “para apoyar a los escritores, periodistas, artistas y a todo el pueblo ucraniano, que está viviendo horas sombrías “.

En paralelo al pronunciamiento del PEN América, que forma parte del centenario organismo internacional pionero en la defensa de la libertad de expresión y los derechos humanos de los escritores, otras figuras de la cultura mundial como el filósofo francés Edgar Morin y el novelista y ex corresponsal de guerra español Arturo Pérez-Reverte manifestaron su rechazo a la operación bélica emprendida por Rusia contra Ucrania a través de las redes sociales.

Sin lugar para el arte
El Pabellón Ruso en la Bienal de Venecia cierra sus puertas.

El curador y los artistas seleccionados para el pabellón de Rusia en la Bienal de Arte de Venecia renunciaron a participar por la invasión rusa de Ucrania, en una determinación que los organizadores de la gran feria que se inaugura el 23 de abril consideraron como un  “acto de valentía”.

El domingo, los artistas Alexandra Sukhareva y Kirill Savchenkov, junto con el curador Raimundas Malaauskas, anunciaron con un posteo conjunto en Instagram su retiro del pabellón ruso debido al conflicto en Ucrania.

“Cuando los civiles mueren bajo el fuego de los misiles, los ciudadanos ucranianos se esconden en refugios y los manifestantes rusos son asfixiados, no hay lugar para el arte”, escribieron los tres en sus respectivas cuentas.

Las autoridades de la feria oficializaron la decisión de los artistas en un comunicado y, de esta forma y por primera vez en la historia de la Bienal, ese espacio dentro de la exhibición permanecerá cerrado: “La Bienal de Venecia ha sido informada de la decisión del curador y los artistas del pabellón de la Federación de Rusia de renunciar a sus cargos, cancelando así la participación de ese país a la 59ª edición de Bienal de Arte”.

“Expresamos nuestra total solidaridad por ese noble acto de valentía y con las motivaciones que han llevado a esa decisión, que personifica dramáticamente la tragedia que afecta a toda la población de Ucrania”, consideró la Bienal al analizar la actitud de los artistas en un comunicado.

El mensaje también deja en claro que la Bienal apuesta a ser “un lugar donde los pueblos se encuentran en el arte y la cultura, y condena a todos aquellos que utilizan la violencia para impedir el diálogo y la paz”.

La decisión de los artistas rusos es sólo un capítulo más del impacto de la guerra en la organización del evento. La semana pasada, el artista Pavlo Makov y los curadores Lizaveta German, Maira Lanko y Borys Filonenko del pabellón de Ucrania informaron a los organizadores que no podían seguir trabajando en el proyecto debido a la invasión rusa.

El artista Vadim Zakharov es un destacado historiador del arte ruso de vanguardia y miembro fundador del colectivo de “no oficiales” artistas que trabajaron durante la era soviética. Ganador de dos de los premios de arte más importantes de Rusia, el Innovation y el Kandinsky, se exhibió anteriormente en Venecia en 2002, en el Arsenal.

Por su parte, Alexandra Sukhareva nació en 1983 y vive y trabajo en Moscú y Dubna, aunque su obra se expone en las principales ciudades de occidente. Su trabajo está focalizado en la importancia de los procesos y en la influencia entre materia y fenómenos cognitivos.

Netflix dice no

El gigante del streaming también tomó partido. Netflix informó que se negará a transmitir en su plataforma canales estatales y de noticias de Rusia, que desde marzo se incorporarían por ley en ese país a los servicios de streaming, en el contexto de boicot y sanciones internacionales tras la invasión a Ucrania.

Un vocero de la compañía indicó que “dada la situación actual, Netflix no tiene planes de incorporar esos canales a su servicio”.

En diciembre, el regulador de telecomunicaciones ruso puso a Netflix dentro de la categoría de empresa de servicios audiovisuales, lo que implica que la plataforma de streaming deberá transmitir canales con más de 100 mil televidentes diarios, entre los que se incluye las principales señales de aire, como el estatal Canal 1, y emisoras de noticias como Spas, manejada por la Iglesia Ortodoxa de Rusia.

A partir de la vigencia de la nueva regulación rusa de las últimas horas, se le exigirá a Netflix que aloje en su plataforma a los veinte principales canales del país, muchos de los cuales manejan una línea editorial propagandística a favor de Vladímir Putin.

De todos modos, no es clara la estrategia de Netflix en cuanto a cómo seguir, ya que su desafío a la normativa local impactará en su servicio en Rusia, donde tiene planes de producir la primera serie original en ese país basada en la novela clásica de Tolstoy, Anna Karenina, además de otras ficciones locales y películas que quedarían sin realizarse.

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