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“El Motoarrebatador”: Un drama que junta dos soledades

Tras su reciente paso por el Festival de Cine de Cannes, llega a la ciudad la elogiada producción tucumana “El Motoarrebatador”, del realizador Agustín Toscano


Tras su paso por una de las secciones del Festival Internacional de Cine de Cannes en mayo pasado, la elogiada producción tucumana El Motoarrebatador se conocerá mañana en los complejos de cine locales, precedida de elogiosos comentarios.

Agustín Toscano, su director, que firmó junto a Ezequiel Radusky la disparatada y corrosiva Los Dueños, también estrenada en Cannes, propone ahora en solitario una mezcla entre comedia y drama social que tuvo un gran paso por la Quincena de los Realizadores del encuentro galo.

La película transcurre íntegramente en Tucumán y está protagonizada en su mayor parte por notables actores tucumanos.
“Argentina es la periferia del mundo, y esto es la periferia de la periferia”, dijo Toscano para ilustrar el territorio donde transcurre su nueva película, en relación con las afueras de San Miguel de Tucumán, una de las ciudades más pequeñas y superpobladas del país.

La película cuenta la historia de un motochorro que se culpabiliza por haber herido a una víctima y la busca, encontrando una persona tan desvalida como él con la que arma una íntima familiaridad llena de subterfugios.

“Son personajes, son locaciones y nos permitimos jugar un poco, divertirnos con eso. No es una biopic de un motochorro, no es una película para prevenir ni para fomentar robos, sino que el robo termina siendo una excusa para que arranque una anécdota, porque la película habla de otras solidaridades y de otras mezquindades que no tienen que ver con un tipo que le robó a una vieja dos mil pesos de una cartera; tiene más que ver con el aprovechamiento del otro”, expresó el director a la agencia de noticias Télam.

Y agregó: “No estamos haciendo un documental de nada; es una historia superinventada, totalmente ficcionalizada, e incluso fantasiosa en muchos de sus aspectos, pero nos divierte jugarla como si fuese pura verdad. Es esa decisión de llegar hasta un punto y decir cómo forzamos esto para que se produzca lo que estamos buscando, cómo resolvemos todo eso; y en el momento en que lo logramos es muy divertido, es como una jugada de fútbol complejísima, de diez pases, que sale bien”.

Toscano, formado inicialmente en la actuación teatral en Tucumán, habló de su búsqueda a la hora de perfilar los personajes. “Hay algo de la creación colectiva teatral que yo sigo aprovechando para hacer películas, y en ese sentido, la división laboral que hacemos en el cine no es justa al darme todo el crédito de guionista a mí solo; porque si bien soy el guionista en el sentido de que puse esa estructura dramática en movimiento, inventé esos personajes, les di una prehistoria, también fui como un cazador que estaba ahí y las ideas que los actores iban teniendo para sus personajes o para los otros las capitalizaba”.

Y completó: “Sin los actores, el guión no tendría esa complejidad de las varias voces que se ven en la película, gracias a que existe la mirada de Liliana Juárez (la actriz que hace de Elena, la mujer que es asaltada) se puede entender ese personaje porque yo desde mi escritorio nunca lo terminé de escribir bien y depende de la chispa esa de la vieja (por Juárez) para decir siempre algo distinto y algo inesperado y algo desorientado que no es tan fácil de inventar en la escritura formal”.

Finalmente, el director habló acerca del título del film. “Motoarrebatador no es un termino que inventé yo, viene de la prensa tucumana, algunos lo usan, aun cuando el que está de moda es motochorro, pero como en Tucumán decimos «choro» y no «chorro» eso la complica. De todos modos, nadie niega que el diario muy de vez en cuando usa motoarrebatador. Y yo lo utilicé porque limpia la connotación más agresiva de motochorro, más allá de que directamente te lleva a ese lugar”.

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